Aunque los materiales y significados han cambiado con el paso del tiempo, ésta ha sido una práctica empleada desde hace miles de años como símbolo del compromiso entre dos personas.
Ciudad de México (elsemanario.com).- Las alianzas de matrimonio, esos anillos que las personas casadas deben usar en todo momento, son la muestra más presente del compromiso constante que se tienen dos personas que han decidido mantener sus vidas unidas pero ¿de dónde viene esta costumbre?
No, no es un invento eclesiástico para segregar a las personas disponibles de las que ya están ocupadas, ni un truco comercial de la época moderna para orillarnos a adquirir las sortijas más extravagantes en orden a probar nuestro amor; por el contrario ésta costumbre pagana tuvo sus inicios desde mucho antes de lo que imaginamos.
¿Cómo comenzó todo?
Se dice que las argollas de matrimonio iniciaron a usarse como representación de las argollas que los antiguos bárbaros utilizaban para capturar a las mujeres de otros pueblos con la finalidad de convertirlas en sus esposas; sin embargo, ésta versión no comprobada lucha contra la evidencia del inicio de su uso en el antiguo Egipto.
Durante el año 2,700 a.C. en Egipto los enlaces matrimoniales se sellaban regalando anillos que, por su forma circular, personificaban eternidad. El anillo simbolizaba una línea sin fin del amor que mantenían las parejas y estos eran de tela, aunque también se realizaban con otros materiales dependiendo de la escala social a la cual se perteneciera. Los matrimonios egipcios renovaban sus promesas de amor cada año y con ellas renovaban también sus alianzas matrimoniales.
Los Hebreos, al rededor del año 1,500 a. C., también llevaban a cabo ésta práctica, con la diferencia de que el anillo se usaba en el dedo indice. Muchas culturas solían delegar la sortija de unión a otros dedos, en la India, más o menos por el mismo periodo, utilizaban la argolla matrimonial en el dedo pulgar.
Para el periodo Ptolemaico, el ritual del anillo había sido adoptado por todos los territorios helenizados pero fueron los Griegos quienes arraigaron la costumbre de portar el anillo en el dedo anular debido a su clasificación anatómica, ya que ellos pensaban que por este dedo corría una vena que comunicaba directamente con el corazón. El compromiso de amor y lealtad existía mientras que el corazón del portador latiera, lo que significa ‘hasta la muerte’; fueron ellos a quienes debemos de atribuir las inscripciones interiores que se realizan dentro del anillo de boda, pues ellos solían colocar las iniciales de ambos y la fecha de la celebración del rito.
Posteriormente los romanos adoptaron dicha tradición, para éste momento la norma era que los anillos fueran echos con materiales resistentes pero fue hasta el la Iglesia Católica comenzó a desarrollarse cuando se estableció que las argollas de matrimonio debían ser de oro pues se buscaba otorgar mayor valor a esa unión.
¿Así que vas a casarte eh?
¿Y conoces bien cuál es el tipo de anillo que se ajusta a tu personalidad? Las alianzas de matrimonio existen en diferentes materiales, tamaños y precios pero, en la actualidad, representan la personalidad de la pareja. Te presentamos algunos consejos a la hora de elegir tus anillos de matrimonio:
OPCIÓN #1
Si te gustan los retos, evitas lo ordinario, sueles ser dedicado y pasional, entonces, éste es tu diseño. Para todas aquellas personas que sienten afinidad a las artes y que mantienen un espíritu sensible que les hace pensar que nada en la vida tiene sentido a menos que haya total entrega. Estas personas suelen ser románticas y buscan rodearse de cosas bellas; las argollas en oro blanco con diamantes representan todo ésto y además son un elemento duradero e irrompible.
OPCIÓN #2
Si eres una persona responsable, que gusta de pautas establecidas y trata de evitar conflictos, opta por un diseño clásico. Lo mejor para estas personas son anillos de un metal como el oro que muestre neutralidad pero mantenga detalles de zirconias o diamantes que lo hagan ver exquisito.
OPCIÓN #3
Si sueles ser una persona muy autocritica, no te gustan los errores y aprecias el equilibrio en todos los aspectos de tu vida, opta por este diseño. Estas personas suelen tener una personalidad bastante fuerte de gustos exigentes, por eso, los modelos clásicos pero fuertes se apegan mejor a aquellos que busquen una combinación perfecta entre la más alta calidad y diseño.
Por Diana Caballero.
