Movernos diariamente de nuestro hogar al trabajo, escuela o al lugar donde deseemos, se ha convertido en una aventura en donde nos encontramos con una gran pared que simboliza tiempo, salud y dinero perdido.
Ciudad de México (elsemanario.com).- La Ciudad de México es una de las más conflictivas a nivel mundial en el sentido de la movilidad y ese, no es un secreto para nadie. Somos muchos, caminando, conduciendo, en el transporte público… moviéndonos grandes distancias para llegar a nuestros destinos.
Y en esa encomienda, perdemos horas valiosas de nuestras vidas, producto de varios factores como: falta de transporte de calidad, falta de una infraestructura que se enfoque más al peatón, además del mejoramiento de la existente en materia de autotransporte. Se trata de necesidades primigenias que aparecen ante las inminentes crisis de tránsito pesado en las mañanas, en las tardes… todo el día.
Pero son varios actores los que confluyen en el problema de movilidad de una de las ciudades más grandes del mundo.
Acallis, carretas, tranvías y todo tipo de automóviles y camiones han transitado por las ahora desquiciantes vialidades de la ciudad aberrante en temas de movilidad, pero bella por momentos. No es difícil de entender si tomamos en cuenta que para el 2010, el DF contaba con 8,851 080 habitantes.
Además el DF “comparte población” con las ciudades hermanas conformantes de la zona metropolitana del Valle de México, con lo que, día a día esta población itinerante se anexa al problema de movilidad en la zona. Así, la población itinerante, llega diariamente a trabajar o realizar diversas actividades y utilizan sus servicios públicos, siendo uno de los principales: el transporte público.
Pero no es una cuestión actual. Ya en 1967 comenzaba a crecer la demanda de trasporte, es por ello que surge el STC-Metro. Dos años después del surgimiento de uno de los transportes predilectos de los capitalinos, nace la Línea 1, en el tramo de Zaragoza a Chapultepec. Estamos en el 2015 y el metro sigue siendo el favorito para los capitalinos, por muchas razones, entre ellas la rapidez con que es capaz de transportarte de un extremo a otro de la ciudad, eso, sí no llueve o se descarrila o no puede avanzar por la cantidad de gente que hay dentro de él.
Para 1968 y ante la creciente demanda, surgen los “peseros”, que no eran nada más que automóviles que daban un servicio fijo y cobraban un peso. A través de los años se llegaron a conformar unas 103 rutas que movían a los citadinos en camionetas, combis, la hoy extinta Ruta 100, transporte eléctrico, RTP, taxis; hoy en día a estos transportes podemos agregar el Metrobús, además de corredores que existen en las principales vialidades de la ciudad.
Cada uno de estos transportes se han constituido como intentos de mitigar el crecimiento exponencial de la población, intentado desmotivar el uso del automóvil, pues son los coches los que se llevan el primer lugar de la causa del tráfico.
En algún momento fueron los autobuses y microbuses los que transportaban el mayor número de pasajeros. Con el tiempo, la movilidad en la capital del país tuvo que dar un giro, motivado por el crecimiento, por las unidades pero por un tema que también fue parteaguas para acabar con todos aquellos peseros y camiones: reducir las emisiones contaminantes.
Es así como, al día de hoy, el problema de la movilidad se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para los capitalinos; de hecho, estudios revelan que los trabajadores del DF pierden hasta once días laborales al mes en transporte, gastando entre $200 y $1,000 pesos a la semana para transportarse.
Así, con transporte e infraestructura deficiente, el transporte en la capital y parte de su movilidad queda en manos del Metro, Metrobús y luego los microbuses y camiones, que los usuarios consideran como la peor forma de moverse.
Es importante destacar lo siguiente: mientras que el 53% de la población utiliza el transporte público, un 17% usa un automóvil propio; además y 30% se traslada a pie o en bicicleta.
Cabe añadir que el 83% de los trayectos ocurren dentro de la capital, mientras que el otro 17% se desplaza del Estado de México al DF y de regreso.
En la Zona Metropolitana del Valle de México habitan más de 20 millones de personas, las cuales realizan aproximadamente 49 millones de traslados a diario dentro de las 16 delegaciones del DF, los 59 municipios del Estado de México y 1 de Hidalgo.
Ahora bien, con esta demanda también han surgido nuevas formas de movilidad que buscam disminuir los índices contaminantes, además de contribuir a que los pasajeros lleguen a sus destinos con la menor cantidad de contratiempos posibles.
Una de esas nuevas opciones es Tripda, una forma alternativa de movilidad en la metrópoli que ofrece la opción llamada carpooling, es decir, el uso compartido del auto para los viajes en coche.
Evidentemente el servicio de Ecobici es una más de ellas, sin embargo, el servicio no tiene cobertura total en la ciudad. No por ello, la bicicleta queda fuera, pues cada día s suman nuevos ciclistas a las calles de la ciudad.
Hace diez años surgía una forma de movilidad prometedora e innovadora que ayudaría con estos problemas de transporte: el Metrobús, que pronto se vio rebasado por al afluencia de usuarios. y que, sin embargo sigue añadiendo rutas para conectar a los capitalinos.
Ello desembocó en seguir buscando formas de mover a tanta gente que diariamente así lo requiere en esta ciudad: segundos pisos construidos más por concesión que por necesidad, supervías, ciclovías y más líneas de Metrobús se convirtieron en una aparente solución para ese problema. Y justamente sobre esos casos tratará la segunda entrega que EL SEMANARIO prepara en el tema de la movilidad capitalino, un tema que nos interesa a todos.
Por Alberto Cedeño.