Algunos pros y contras sobre el Nuevo Aeropuerto

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El proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México avanza a paso fuerte; será hasta su total construcción que podamos emitir la última palabra. Entre dimes y diretes, con puntos a favor y en contra, el NAICM sigue en pie.

Ciudad de México (elsemanario.com).-  Los dimes y diretes en torno a la construcción del nuevo aeropuerto que se construirá en lo que actualmente es el lago de Texcoco, han mantenido la controversia además de polarizar dos sectores de la sociedad de por sí atomizados desde el primer intento para el desarrollo de este proyecto en el sexenio de Vicente Fox. En torno al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) hay opiniones encontradas. Se han manifestado los impactos negativos para el medio ambiente, por ejemplo, pues la ciudad de México perdería la única zona que le puede dar sustentabilidad en cuestión de agua a mediano y largo plazo: Texcoco.

Anteriormente se había informado que la zona donde se prospecta la construcción es de las que más se inundan en la ciudad; por medio de infraestructura se tratará de evitar que el aeropuerto se inunde a toda costa, pero en época de lluvias fuertes, si se evita que se inunde el aeropuerto, se estima,  lo más seguro es que se inunden las zonas aledañas.

Ante esta situación, Conagua asegura que desarrolla un plan hídrico sin precedente que va a beneficiar a la Zona Oriente del Valle de México, mismo que se planifica paralelamente al del NAICM y que ayudará casi 7 millones de personas de las zonas de Nezahualcóyotl, Ecatepec, Chimalhuacán y Texcoco.

Al respecto, en entrevista para un diario nacional, Roberto Ramírez de la Parra, director general de Conagua, mencionó que “vimos una gran oportunidad de no solamente sacar el agua que está adentro del lago, sino también de poder ayudar a toda la Zona Oriente del Valle de México”, que reconoce, se inunda cada año:

Muchas de estas obras están conceptualizadas desde hace 10 años y no se habían podido hacer por falta de presupuesto. Ahora que hay una oportunidad, logramos que el presidente Enrique Peña Nieto nos diera los recursos, y esto nos va a ayudar a prevenir las inundaciones o por lo menos disminuir el riesgo a través de obras hidráulicas que también ayudarán a la población de la región”.

Es decir, se sacará el agua de las zonas de Chimalhuacán, sobre todo de Texcoco mediante un tubo de 7 centímetros de diámetro. Al mimo tiempo, indicaría Ramírez de la Parra, se prevé un sistema lagunario que será el encargado de controlar el agua de lluvia. Se sabe que esa zona regula 13 millones de metros cúbicos de agua; con las obras pretendidas, se estima alcanzar la regulación de 39 millones de metros cúbicos de agua.

Ahora bien, otras voces invitan a rescatar el lago para tener el potencial de captar nuestra propia agua y evitar inundaciones, e incluso, evitar hundimientos en la ciudad, pues de otro modo, el ecosistema de la capital del país se vería aún más afectado.

Sin embargo, una vez “resuelto” el problema hídrico se debe contemplar otra cosa: el proyecto paralelo a este aeropuerto, llamado Nuevo Santa Fe, mismo que generará una presión inmobiliaria en torno a este desarrollo urbano. Además de que la “aerotrópolis” estará conectada a la red municipal de agua potable en una zona con escasez del líquido; eso es lo que nos menciona el biólogo y miembro de la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad, Fernando Córdova.

Según el citado, la Manifestación de Impacto Ambiental sólo habla de las pistas y la autorización, por lo que Semarnat habría firmado un “cheque en blanco” con el permiso para diseñar esta nueva “aerotrópolis”. Son 3.7 millones de metros cuadrados conectadas a la red de agua potable, que se sobreexplotará y en donde la especulación estará a la orden del día, justamente, por el desarrollo inmobiliario y comercial.

Urge que empiece el aeropuerto porque (…) se justifica que se tenga que hacer esta nueva infraestructura”, diría Córdova Tapia en entrevista para EL SEMANARIO, en el marco de un foro adonde los ciudadanos llegaron a expresar las anomalías y el caos que actualmente impera en la ciudad.

Además, el también Premio Nacional de la Juventud menciona que, para la construcción de este nuevo aeropuerto, tenemos un factor vital que no se consideró la ocasión anterior:

Ahora hay una mancuerna entre el Gobierno Federal, el Gobierno del Estado de México y el Gobierno del Distrito Federal; mientras las tres instituciones estén de acuerdo y se puedan sentar a decir sí, entonces va por que va. Independientemente de las oposiciones que pueda haber en contra”.

Intereses: Una fuente inagotable de dinero.

Para Córdova, también se ponen en la mesa distintos intereses, la mayoría económicos, desde las licitaciones de construcción del aeropuerto: “ellos saben que va a ser muy caro el mantenimiento”.

Córdova es de los que considera, igual que muchos científicos, que es imposible evitar hundimientos en la zona; por lo que ese será el factor determinante para “meter dinero” una vez construido; una vez que la infraestructura esté puesta, se tiene que mantener.

El proyecto se encuentra en una etapa avanzada, han sido presentadas las propuestas y la manera en que se llevarán a cabo. Aunque algunos siguen considerando que el NAICM es un proyecto poco transparente, por lo que las preocupaciones, dudas y falta de información, son variables que se repiten en el imaginario ciudadano sobre la construcción de este puerto aéreo.

Es más, de la misma manera, se han prospectado las opciones para mejorar la movilidad en torno al proyecto, por ejemplo, la construcción de dos líneas del Metro.

Vale aclarar lo siguiente. Margarita Campuzano, directora del Área de Comunicación del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), en el marco de uno de los foros donde el Observatorio Ciudadano en torno al Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, mencionó que “a la Conagua le autorizaron un estudio para que evalúe si (…) va a haber o no inundaciones y qué medidas se deberían de tomar a cabo”. Por su parte, el  Instituto de Ingeniería de la UNAM lo ha cuestionado, argumentando que para que se evalué la situación del riesgo de inundaciones “tiene que haber un tiempo de observación y que el estudio de la Conagua no está cumpliendo con esos tiempos”.

Como sea, el proyecto seguirá avanzando, y será hasta su total construcción que podamos emitir la última palabra. Entre dimes y diretes, con puntos a favor y en contra, el NAICM sigue en pie.

Por Alberto Cedeño.

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Miguel

Todos sabemos los que hemos viajado que se necesita agrandar el aeropuerto,o construir otro,la pregunta es el lugar de la obra a construir es viable por su costo de construcción ,que me imaginó para algunos lo va ser ,por su posición geográfica, que me imagino para algunos lo va a ser,quienes son dueños de esos terrenos ? Y el costo va aumentar? Ovio que si ya conocemos esa politica, y si nosotros lo vamos a pagar que beneficio vamos a tener,descuentos?? O solo los dueños de los terrenos a construir y los constructores,yo no entiendo porque todos los aviones van a la capital,si yo no voy para allá,bueno creo que si lo entiendo y la respuesta se esta construyendo en Texcoco,ovio que seguirá el congestionamiento de
Aviación asta que tengan vuelos directos

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