La productividad se enfrenta constantemente a estos enemigos, que intentan seducirte para que tu trabajo tenga poca calidad y eficacia.
Como fantasmas al acecho, te persiguen por todos lados, están siempre alertas para aprovechar cualquier descuido y pueden provocar mucho daño.
El primer enemigo es la mala organización. Este enemigo silencioso es muy común en los centros de trabajo y termina por complicar la vida de todos.
Cuando ataca nadie sabe qué hacer, no conocen sus funciones, duplican actividades y el trabajo importante nunca está listo.
Generalmente hace que todos se ocupen de los urgentes, pero nadie resuelve las necesidades primordiales y el ambiente de trabajo es muy incómodo.
Otro enemigo son las distracciones digitales. Aunque no lo crean, el tiempo que uno dedica a revisar mensajes, chats o redes sociales, afecta la productividad
“¿Cuantas veces miras el celular o revisas Facebook? Tu respuesta te dirá si a veces tu dispositivo se transforma en un obstáculo”, dice el experto Fermin Hung.
Esto provoca desatenciones y desconcentración en la actividad laboral y mantiene a la persona alejada mentalmente del trabajo.
Darle prioridad a tus actividades profesionales mientras estás en la oficina, es primordial para que este enemigo digital no se apodere de ti.
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Y uno de los enemigos más comunes y poderosos es el cansancio. A pesar de que en la cultura laboral se habla poco de él, influye y mucho en la productividad.
Todo trabajo representa un desgaste físico, emocional y psicológico, provocando que se acumule el cansancio a lo largo del día.
Para contrarrestar estos efectos, es recomendable hacer una pausa cada cierto tiempo, salir a tomar el aire, caminar y relajarse.
Así, el cerebro también se relaja y esto permite mayor nivel de concentración y por ende, mayor calidad en las actividades.
También recomiendan hacer comidas ligeras en estos tiempos, para así recuperarse físicamente, en lugar de esperar hasta la hora de la comida.
