El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte dice que estaría feliz de matar a drogadictos como Hitler masacró a judíos.
Manila, Filipinas.- El presidente filipino de 71 años, Rodrigo Dutarte, quien gobierna el país asiático desde junio, quien lanzó una brutal campaña contra el narco y la delincuencia, ha vuelto a estar en el ojo de los medios, tras declarar que tomaría acciones como Hitler.
Así piensa y actúa el presidente de Filipinas, que ha sumergido a su país en un baño de sangre.
“Si Alemania tuvo a Hitler, Filipinas tendrá…” , dice señalándose a sí mismo Rodrigo Duterte, el presidente filipino quien llamara “hijo de puta” a Barack Obama y que afirma que estaría “feliz de masacrar” a millones de drogadictos, publica The Guardian.
Desde que llegó al poder, Duterte no masacró a millones de drogadictos, pero en eso está. Desató un baño de sangre con más de tres mil 300 muertos, presuntos narcos y drogadictos, muchos asesinados a manos de la policía y otros por civiles, bajo el guiño presidencial, explica BBC.
“Hitler masacró a tres millones de judíos”, dijo Duterte este viernes en un discurso tras su vuelta a Manila de una visita a Vietnam. “Ahora hay tres millones de drogadictos (en Filipinas). Estaría encantado de masacrarlos”.
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“Si Alemania tuvo a Hitler, Filipinas tendrá…”, siguió. “Saben, víctimas mías, me gustaría que fueran todos criminales para acabar con el problema de mi país y salvar a la próxima generación de la perdición”, escribe First Post.
Durante el régimen nazi fueron asesinados seis millones de judíos y no tres millones como dijo Duterte.
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Ya no es ninguna sorpresa que Duterte sea famoso por su lenguaje soez. Pero la violencia verbal del presidente filipino no se detiene en la retórica explosiva de líder populista tercermundista, delinea Time.
En la campaña electoral, primero, y cuando llegó al poder en mayo, después, prometió matar a decenas de miles de criminales con el objetivo de eliminar las drogas ilegales del país en seis meses. Y cumplió, explica Global Nation.
El resultado es una masacre fuera de control: una montaña de cadáveres.
Numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos y gobiernos occidentales han criticado duramente esta política.
