Pequeñas Causas, Grandes Efectos

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Cuánto cuesta no hacer las cosas que deben hacerse, cuando se tienen que hacer?

La micro-sicología  de la vida cotidiana nos enseña a analizar aquello que no tiene –en apariencia- razón de ser. Los fenómenos observables de los que el individuo no es necesariamente consciente. Las cosas que hacemos sin darnos cuenta y que son pesadas en sus consecuencias. Pequeñas causas, grandes efectos

Buena parte de la vida de todos los días, pasa así. Despertar, asearse, transportarse, comer, dialogar…  qué pasa si tomamos ese instrumento simbólico, el Microscopio del Ingeniero social  y penetramos en el detalle de cada uno de estos actos. Transportarse por ejemplo… Cuántos elementos de acción están implícitos en ese acto,  cuantos movimientos, gestos, esfuerzos, frustraciones, placeres, miedos, angustias están implicados en esa parte de la vida.

En general nuestros presupuestos los hacemos mal. Transportarse, para seguir con nuestro ejemplo no es sólo tomar el metro, el autobús o el auto sino que implica incurrir en un considerable número de elementos que nos siempre tomamos en consideración:

Costo Energético (cuanto esfuerzo me implica tomar el transporte público,  si soy joven o formo parte de las filas del  “tercer acto”, o si tengo una capacidad diferente… Para cada uno el costo energético es distinto). El costo Temporal -está realmente la estación, la parada, el garaje, a 5 minutos? Porqué entonces llevo invertidos 15 o más?… El costo Económico (implica tener el cambio justo, o pasar al cajero o pensar en considerar el presupuesto dividiendo el número de veces que pondré gasolina, pagaré el boleto o debo tener el recurso necesario…). El costo Espacial, el costo Sicológico y otros, se agregan para adicionarse en un Costo Generalizado de las acciones, generalmente superior a nuestros presupuestos iniciales no programados y poco informados.

El mal análisis de los costes de las acciones, es un  factor importante  de frustración, de stress,  de la procrastinación, es uno de los orígenes de la cotidiana jaqueca, una de las causas que acumuladas pueden llevar al accidente vascular cerebral, al infarto,  en todo caso a la reacción desproporcionada e inexplicable(…)

La procrastinación es el resultado de una mala presupuestación del cotidiano. En México, particularmente en las grandes ciudades, Puebla, Monterrey, Guadalajara,  Distrito Federal, entre otras;  estar a tiempo es una obra mayor, implica la posibilidad de llegar muy temprano y tener que llenar el vacío no programado. Implica la previsión,  la del accidente, del tapón de tránsito, del semáforo mal funcionando, de la salida o entrada de las escuelas, de la lluvia, del lugar de estacionamiento. Llegar temprano es raro en nuestra sociedad, una acción de turistas mal advertidos contra los males de la ciudad.  Tanto es así, que quien recibe, en estas sociedades, destina un tiempo extra a la espera, un tiempo que es mal planeado por definición… Si se recibe a otra persona, se corre el riesgo de no terminar la reunión por la intempestiva llegada del “esperado”.

Vivir con presupuestos adecuados en la cotidianidad de nuestras ciudades es un arte que quizá debamos comenzar a practicar. Un arte que paradójicamente nos hará mas productivos, mas eficaces, menos procrastinadores. Más capaces de hacer hoy lo que habríamos hecho mañana… Menos felices y mas eficaces.

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