¡Cerrojazo!

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Con la muleta toreó por nota al noble, aunque por momentos distraído, astado y el público recordó las grandes tardes de Arturo Macías

 

Con la actuación de tres toreros a pie y el punto y aparte del rejoneo, Hermoso de Mendoza, se  cerró la Temporada  Grande de La México el domingo 23 de febrero de 2014. Pablo ratificó lo que ya es sabido, pero con la frescura de verle cada día más maduro, si eso es posible, año con año viene a darle gusto a una gran cantidad de aficionados y desde luego a los muchos espectadores ocasionales que únicamente asisten a los festejos, cuando él torea. En la actual campaña en México lleva en un mes,  20 festejos y demuestra la vigencia de su categoría y popularidad. A algunos que no son afectos al rejoneo, les parece que es demasiada la expectación que provoca,  al final la evidencia es rotunda, es un refresco para atraer a nuevos aficionados y un imán de taquilla y eso cabría subrayarlo.

 

Luego cuando se muestra tan amalgamado con sus cabalgaduras, producto del trabajo y el talento, poco se le puede cuestionar y por el contrario, más bien reconocer que estamos disfrutando de quién revolucionó al rejoneo. Los trofeos por la falta de precisión al oficiar con el rejón de muerte,  le privaron de salir en hombros, una oreja es pálido reflejo de lo que sucedió en el ruedo frente a los de Julio Delgado.

 

Esta temporada fue de ratificaciones para algunos,  como las de Joselito Adame, El Payo, Saldívar, Juan Pablo Sánchez para dar nombres y apellidos, sobre ellos y otros de sus colegas, vale la pena extenderse posteriormente, pero habría que celebrar el reencuentro de toreros con la afición y me parece que puntualmente fue el caso de Arturo Macías con su primero de Lebrija en el que desde que desplegó el capote y luego de que interpretó un quite por Gaoneras, el enamoramiento resurgió con la afición capitalina. Con la muleta toreó por nota al noble, aunque por momentos distraído, astado y el público recordó las grandes tardes de Arturo de hace pocos años y a mí, como a muchos, nos recordó al de la tarde del mano a mano con José Tomás en el ruedo capitalino, perdió dos orejas por la suerte suprema pero ni cabe duda que el reencuentro fue pleno como incluso la tarde que se fue a hombros en esta misma temporada como no había ocurrido.

 

Fermín Spinola tuvo una actuación valiente y decidida con su primero de Lebrija y la oreja la ganó por una estocada bellamente ejecutada, luego le tocó en suerte un sustituto de su toro de Lebrija que se lesionó un cuerno y hubo de reemplazarlo uno de Javier Garfias noble y de gran recorrido, al que le faltó un punto de codicia para ser más rotundo, lo toreó bien Fermín pero desde el prisma del tendido, le faltó ceñirse más para dotar de mayor emotividad a sus muletazos. Cosas del toreo,  me parece que toro y torero no se amalgamaron, lo toreó correctamente, pero queda la impresión de que dejo ir al toro Patroncito con las orejas prendidas cuando bien pudo haber salido en hombros. Sin embargo, Fermín es un matador de los que habría que tomar en cuenta para fechas futuras.

 

Como también es el caso de su tocayo Fermín Rivera quién indudablemente es un torero que se inclina por lo clásico y aunque tuvo momentos destacados, no pudo sacar más agua de las piedras de los toros que le correspondieron en suerte.

 

Temporada Grande para hacer un análisis detallado pero trae como consecuencia que los toreros mexicanos van al alza en el favor de aficionados y espectadores, presagio de tiempos mejores  producto del trabajo de muchos que ojala tenga consecuencias positivas al futuro. Por lo pronto a disfrutar de ellos en sus tardes de actuación en la República Mexicana y en el extranjero ¡Toreros Habemus! ¡Enhorabuena!

 

 

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