El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, entregó y dio a conocer a los representantes de los grupos parlamentarios de la Cámara de Senadores, la Propuesta para un Acuerdo “Por una política de recuperación de los salarios mínimos en México y en el Distrito Federal”.
Ciudad de México.- Mancera refrendó ante los legisladores y legisladoras, su compromiso de sumar voluntades y aprovechar las coincidencias con las diferentes fuerzas políticas para concretar la meta planteada. Ello, tras sostener que estamos ante la oportunidad de no dejar al salario mínimo como “tasa referente” cuando su función es otra.
El Jefe de Gobierno afirmó que este documento ha sido presentado igualmente a las fuerzas políticas de la Cámara de Diputados y Asamblea Legislativa del Distrito Federal, mismas que mostraron coincidencias respecto a la importancia de mejorar y fortalecer los ingresos de la población mexicana.
Mancera Espinosa expresó que la estrategia (conformada por 10 puntos: cinco nacionales y cinco locales para incrementar el salario base de manera responsable y sin afectar la economía del país), requiere de diversas fases en su planteamiento, una de ellas, dijo, la desindexación del salario mínimo para que -en una primera etapa- se incremente 15.57 pesos y pase de 67.29 pesos actuales, a 82.86 pesos/día. Asimismo se propone ir aumentándolo de manera paulatina hasta alcanzar como meta sexenal los 171.03 pesos.
El mandatario explicó que la cifra anterior tiene como base los parámetros del Consejo Nacional de Evaluación (Coneval) en el sentido de que los ingresos mínimos de un trabajador, deben ser suficientes para que él y un familiar tengan acceso a la canasta básica establecida.
Al hacer la presentación del documento -elaborado por expertos nacionales e internacionales a solicitud del Gobierno de la CDMX-, Salomón Chertorivski, secretario de Desarrollo Económico del DF, aseguró que de 1996 a la fecha, México se ubica con el salario más bajo de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y de América Latina en términos reales, “más aún, es el único caso de estancamiento absoluto a lo largo de la última década”. Agregó que “si lo hacemos en términos de su poder adquisitivo, es más bajo que el salario mínimo de Haití, y se encuentra a la par del de Bolivia y Honduras”.
Al referirse al tema federal, detalló a las y los senadores que en caso de incrementarse el minisalario de quienes menos ingresos perciben, no provocaría inflación, ya que se plantea como un escenario máximo de aumento de precios (en una sola ocasión) hasta de un 0.9 por ciento, lo anterior de acuerdo a información empírica recabada de hechos acontecidos en el año 2008, cuando hubo un incremento a la percepción de los trabajadores en la “Zona B” de México, así como escenarios de mejora de ingresos en países como Chile.
Abundó que se requiere desindexar, es decir, desvincular al salario mínimo como referencia de otros precios y variables ajenas al mercado laboral, mediante la emisión de una Ley General de la Unidad de Cuenta del Estado Mexicano, retomada de la experiencia uruguaya.
De igual manera, precisó que se requiere dar autonomía, institucionalidad, representatividad y capacidad técnica al organismo encargado de emitir los decretos anuales que determina el salario mínimo, así como integrar una Comisión Interinstitucional, en este caso el Banco de México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para garantizar los objetivos de la nueva política y quienes deberán monitorear y hacer seguimiento puntual de los efectos del aumento en los sueldos mínimos.
