Dicen que viviendo en el DF es prácticamente imposible aburrirse, y tienen razón, pues todos los días y a todas horas existen espacios que nos brindan la oportunidad de conocer cosas y mundos muy diversos e interesantes.
Digamos que llegó el fin de semana y no tenemos nada planeado. No tenemos invitaciones a ninguna boda, ni bautizo, ni XV años, ni reunión familiar, ni salida con los amigos, ni un largo etcétera de todos aquellos eventos que pueden tener lugar en fin de semana. Entre que suben los precios y no llega el aguinaldo, no contamos en realidad con mucho dinero como para ir a cualquier lugar que implique más que un boleto del metro –que ya está bien caro también-. Así que ¿por qué no pasarla bien en la ciudad?
Los museos del centro de la ciudad de México siempre tienen hermosas exposiciones para deleitar a su público. Si nos decidiéramos, podríamos el itinerario de todo un día, tan sólo caminando de una calle a otra. He aquí una propuesta, comenzando desde la estación del Metro Bellas Artes:
1. Museo del Palacio de Bellas Artes. (Eje Central Lázaro Cárdenas, esq. con Av. Juárez).
Este recinto fue el primer museo de arte de todo el país. Además de la majestuosa arquitectura del palacio, sus muros se hallan engalanados con murales de Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros, Rufino Tamayo, Jorge González Camarena, Manuel Rodríguez Lozano y Roberto Montenegro.
Así mismo, siempre hay exposiciones temporales; del 28 de noviembre y hasta el 02 de marzo, se podrá admirar la obra de la escultora francesa Louis Bourgeois, en la muestra titulada Petite Maman, que incluye 75 piezas –entre pinturas, trabajos en papel y tela, esculturas, instalaciones, gouaches, impresiones y la obra monumental Maman instalada en la explanada del Palacio-.
El curador de la exposición Philip Larratt Smith, explicó que el espectador podrá percibir en cada una de las obras la complicada relación de la artista con su padre, el dolor por la muerte de su madre y su gran temor al abandono; dichas piezas son consideradas como “tardías” por pertenecer a la etapa más madura de la artista.
2. Palacio Postal del Servicio Postal Mexicano. (Eje Central Lázaro Cárdenas, esq. con Tacuba).
No es un museo, pero echar un vistazo al espectacular edificio basta para entretenerse un buen rato. Se trata de una construcción que data de finales del siglo XIX, cuando la importancia que cobró el correo hizo necesario que se contara con un edificio especial para la administración del mismo. Así, se encargó al arquitecto italiano Adamo Boari el diseño del recinto, cuyo estilo se considera ecléctico por mezclar elementos españoles antiguos anteriores a la conquista –Isabelinos- con rasgos de la arquitectura italiana de la época.
En esos años estaba de moda la estructura de acero tipo Chicago, la cual fue traída desde Nueva York; es un edificio muy estable debido a sus cimientos de emparrillado de acero ahogado en concreto, entrepisos de vigueta y bovedilla, y los muros de tabique revestidos con piedra blanca de Pachuca, la cual se oxida al contacto con la intemperie, lo que le da su característico tono de oro pálido.
Tanto el interior como los exteriores del palacio, se encuentran llenos de obras de arte, ornamentados con mármoles y trabajos de escayola. Sobresalen los frescos de Bartolomé Gallotti, alusivos al correo, las gárgolas y los detalles de los pórticos, como la herrería de bronce dorado, así como las majestuosas escalinatas, hechas con mármoles mexicanos que conducen de la planta baja al primer piso.
3. Palacio de Minería – Museo Manuel Tolsá. (Tacuba No. 5).
Seguimos el recorrido de los palacios y llegamos al de Minería, ubicado justo detrás del Palacio Postal. Este edificio constituye la obra maestra del neoclasicismo en América. Fue construido entre 1797 y 1813 por el escritor y arquitecto valenciano Manuel Tolsá, con el propósito de albergar el Real Seminario de Minería.
El majestuoso monumento es una de las construcciones más relevantes dentro de la historia de la arquitectura mexicana; forma parte del patrimonio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y se encuentra bajo el resguardo de la Facultad de Ingeniería.
Cuenta con una biblioteca que consta de cinco fondos bibliográficos, entre los que destaca el Fondo antiguo, pues lo integran títulos como Química de Lavoisier, Óptica de Newton, Le antichita romane, uno de los más importantes en ingeniería, y documentos muy antiguos escritos en latín con temas religiosos, como las bulas papales en las que se instauró el Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición en México.
El museo Manuel Tolsá consta de tres salas que buscan la recreación de diferentes escenografías del siglo XIX, transportando con ello al visitante a diferentes momentos históricos. Las obras que se exponen son propiedad de la UNAM y de coleccionistas particulares.
Otra exposición muy interesante en este recinto es el de meteoritas mexicanas, que constituyen una de las colecciones más notables del mundo, destacan por su tamaño y una de ellas, “El Morito”, es excepcional porque es la pieza orientada –que conserva las líneas de vuelo y el sentido de su caída- más grande del planeta.
4. Museo Nacional de Arte. (Tacuba No. 8)
Cruzando la calle, nos encontramos con esta imponente museo que desde 1982 permite a los visitantes tener una visión de los procesos artísticos nacionales e internacionales.
Las obras de sus exposiciones permanentes dan prioridad al arte del siglo XIX, pero por medio de sus muestras temporales, ofrece la más rica panorámica en nuestro país del desarrollo y de los logros del arte mexicano del siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX.
Del 21 de noviembre al 02 de marzo, presentan la exposición Escuelas de pintura al aire libre, que exhibe la producción plástica realizada por diversos artistas pertenecientes a la generación del quiebre con la Academia de San Carlos, que encabezó la huelga de 1911 que culminó con la creación de la Escuela de Pintura al Aire Libre de Santa Anita. A partir de estos procesos de educación artística en crisis, la desagregación y la reintegración, se llegó a la conformación de la Escuela de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” en 1943.
Esta exposición se encuentra estrechamente vinculada a la otra que se exhibe actualmente, La enseñanza del dibujo en México, que fundamenta cómo la Academia de San Carlos no fue la única que concentró el poder de enseñanza e irradiación de códigos estéticos en lo que al dibujo se refiere, sino que hubo otras instancias, a lo largo de todo el territorio nacional, que contribuyeron a la formación de artistas.
En el siguiente enlace, se puede seguir una visita virtual del museo:
http://www.bellasartes.gob.mx/recorridos/munal/
5. Museo Interactivo de Economía.
Si ya nos cansamos de ver tanta belleza, una propuesta muy innovadora es traida por el MIDE, que se precia de ser el único museo interactivo del mundo dedicado a la economía, las finanzas y el desarrollo sustentable.
Al igual que el Universum o el Papalote Museo del Niño, esta institución está dedicada a promover la interactividad museográfica, con exhibiciones pensadas para que el visitante participe activamente y convierta así su experiencia en significativa y perdurable.
Con sus cuatro salas permanentes, logran que el visitante cobre consciencia de lo que significa realmente la economía en nuestras vidas; en la primera, Crecimiento y bienestar, se muestran los diferentes niveles de bienestar y desigualdad en México y en el mundo. Continúa con Las finanzas en la sociedad, que nos enseña cómo hacer para alcanzar nuestras metas y mejorar nuestro bienestar personal y nacional por medio del buen manejo de nuestras finanzas personales.
En la siguiente, Principios básicos de la economía, la comprensión de conceptos como escasez, necesidad, deseo o economía, nos ayudan a decidir cómo utilizar mejor los recursos con los que contamos para satisfacer nuestras necesidades y deseos. Por último, la sala Desarrollo sustentable explora el equilibrio entre las decisiones económicas, el bienestar de la sociedad y la conservación de la naturaleza.
Este fin de semana podrán visitarse también dos exposiciones temporales; la primera es Pequeños consumidores –para los que van con niños-, en donde a partir de la lectura, el diálogo, la exploración, el trabajo en equipo, la observación y el análisis, las actividades que dan vida a este espacio acercarán a los pequeños a conceptos que derivan del consumo responsable.
La otra es Sala de tesoros, espléndida colección numismática de piezas selectas del Banco de México, que van desde el cacao mesoamericano, los reales o maravedíes de después de la conquista, y el primer billete emitido en México, que es serie A y folio 1.
6. Museo Mexicano de Diseño (Madero No. 74)
Para este punto del itinerario el cansancio ya debe haber aparecido, así que terminemos con una visita al Mumedi, un museo donde se reúne lo más sobresaliente de la creación de los diseñadores mexicanos.
Desde la entrada, se nota el trabajo que ha representado la configuración de este espacio, pues siempre hay exposiciones de cartel y la muestra de trabajos muy característicos del diseño contemporáneo.
Además, se convierte en un espacio de reunión y esparcimiento con el café – restaurante, donde se puede conocer a mucha gente interesante, degustar un platillo especialmente diseñado para la ocasión o simplemente admirar el lugar mientras se toma un cafecito.
Así mismo, la tienda ofrece muchísimas cosas muy bonitas, desde muebles, accesorios, libretas, juguetes, playeras, hasta libros especializados para quienes se dedican profesionalmente al diseño gráfico, o sólo gustan de conocer las nuevas tendencias y disfrutar de los originales proyectos mostrados en sus páginas.
Y bien, hasta aquí termina este itinerario; obviamente, nos faltan muchos museos aún, pero tendremos más fines de semana. No hay que olvidar que si somos estudiantes, profesores o de la tercera edad todos los museos ofrecen precios preferenciales. También hay que tomar en cuenta ir preparado con una buena cámara, pues aunque no seamos turistas, uno nunca sabe qué se puede encontrar en las hermosas calles del Centro Histórico.
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