En mucho países votar es obligatorio, en México no lo es, pero ¿y la obligación moral?
Ciudad de México.- El voto es un ejercicio de la democracia, es una herramienta útil para la participación ciudadana, es al mismo tiempo lo que nos brinda la calidad moral suficiente para después exigir un rendimiento de cuentas.
Estoy consciente que nuestra democracia está en ciernes, pero también lo estoy que esto se debe, por sobre todo, a una ciudadanía poco informada y poco participativa; aunque mi primera aseveración tendría que ser matizada debido a que son los medios de comunicación quienes deforman la información y a la ciudadanía esta información le llega digerida a la manera en que los medios lo planean, ya que estos se han convertido en la vía de poder más fuerte y, por supuesto, más manipuladora.
A mi parecer no es esta la manera de castigar a los políticos, si es que debieran ser castigados como algunas voces aseveran, sino es la manera de castigar a nuestro país mediante un importante retroceso democrático.
Me queda muy claro que la decisión de no votar es una incongruencia con la esperanza de una país mejor, también tengo claro que la decisión de anular el voto es un acto cívico válido, pero que inhibe la posibilidad de pronunciarse por un partido o candidato que de todas maneras, tendrá votos de la ciudadanía y que estos se darán desafortunadamente debido a la inversión de las prerrogativas en publicidad o en el peor de los casos, por las dádivas. Se puede votar por un partido, por una persona, por un proyecto o porque no gane alguien más, pero anular el voto es regalar la oportunidad de hacer ganar o de hacer perder.
En mucho países votar es obligatorio, en México no lo es, pero ¿y la obligación moral? Hoy la competencia existe entre los diferentes partidos políticos con posturas incluso antagónicas. Las opciones existen, aunque la credibilidad siga a la baja. Para rescatar a la política los ciudadanos tenemos que ejercer nuestros derechos y entre ellos está el voto.
Por otra parte me preocupa de sobremanera que quienes se ostentan como candidatos independientes (que en muchos casos no lo son y/o sirven a una partido político o sirven a intereses particulares), puedan llegar a ganar, esto lo comento porque hoy tenemos un sistema de partidos, que tal vez no sea el mejor, pero ahí está y es perfectible. Si ganaran los candidatos independientes, veo muy difícil que se les pueda controlar con respecto a sus gastos de campaña y sus fuentes de financiamiento, pero no solo eso, sino que puede llegar quien sea y que por ser popular gane, aunque no tenga ni experiencia ni probidad. En ellos no existen idearios que los guíen, ni partidos a quienes rindan cuentas, en su caso ¿por quién serán substituidos?
La próxima elección deberá ser una muestra ciudadana de participación responsable, yo por su puesto ¡iré a votar!