Es revalorado Teatro Colón de Argentina

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Mederico Faivre, arquitecto encargado de la restauración, explicó los trabajos realizados al inmueble argentino, en  el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México.

Ciudad de México, 12 de noviembre.- Considerado uno de los cinco teatros líricos más importantes de todo el mundo, por su tamaño, acústica e historia que data de comienzos del siglo XX, el Teatro Colón de Buenos Aires, Argentina, fue sometido a un arduo trabajo de restauración de 2008 a 2010.

Luego de 105 años de grandes éxitos, el recinto presentaba deterioro debido a la falta de mantenimiento e inversión, al desgaste del tiempo y a los agentes climatológicos. Los trabajos de restauración implicaron una intervención a todo el edificio centenario, sobre todo en la sala principal, que ha visto desfilar por su escenario a lo más granado del arte y la cultura de todo el mundo.

Reinaugurado el 24 de mayo de 2010 –luego de cuatro años de haber estado cerrado por las obras—en la celebración de las fiestas del Bicentenario de la Argentina, el Teatro Colón se encuentra hoy “renaciendo, con miras al siglo XXI, y está funcionando con temporadas bien vistas y muy aplaudidas. Es, sin duda, un gran orgullo para nuestra ciudad y para nuestro país, y lo vamos a seguir mejorando”. Así lo expresó el arquitecto Mederico Faivre, responsable de los trabajos de intervención, durante la conferencia titulada “Restauración, puesta en valor y actualización tecnológica de la Sala Principal del Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires”, que se llevó a cabo el pasado fin de semana en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes.

En el marco del ciclo “Presencia de la arquitectura” que organiza el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) a través de la Dirección de Arquitectura, el arquitecto Faivre, especialista en temas de medio ambiente, la recuperación patrimonial y la innovación arquitectónica con manejo de recursos escasos, hizo una emotiva exposición de los principales trabajos que se realizaron en el Teatro Colón de Buenos Aires, los cuales, dijo, no estuvieron exentos de muchas dificultades de carácter principalmente político.

Apoyado en proyecciones fotográficas, Faivre partió de una premisa para explicar la restauración: la metodología de una intervención conservativa debe poner en equilibrio el proyecto original, volver a hacer funcional esta gran pieza arquitectónica original del siglo XIX.

De visita en México a propósito de la exposición Sociedad y naturaleza.Arquitectos Iberoamericanos Siglo XXI, en la cual se incluyen algunos de sus trabajos, Faivre explicó que primero se elaboró un Plan de Contingencias para prevenir incendios y detectar tempranamente anomalías y riesgos; se realizó un exhaustivo inventario y relevamiento del estado de los elementos constructivos y del equipamiento, que incluyó fotografías, filmaciones, planos y fichas.

Comentó, asimismo, el trabajo de desarme de platea, el  retiro de butacas y de mobiliario de la sala, realizando a la vez mediciones acústicas intercaladas en el proceso de desarme para verificar el comportamiento acústico previo a la intervención y luego del retiro de cada conjunto de elementos de la sala.

También destacó el posicionamiento horizontal de la platea y el reforzamiento de la estructura de sostén, además del retiro de instalaciones impropias existentes, tareas de limpieza y de ejecución de instalaciones nuevas acordes con las normas de seguridad actuales, y la renovación del andamio que cubrió la totalidad del perímetro interno, entre otras tareas.

El proceso de restauración estuvo lleno de vicisitudes, comentó el especialista, ya que, contratado para encabezar los trabajos, tuvo que renunciar por falta de pago. Luego, las autoridades locales hicieron una licitación internacional, cuyos ganadores lo invitaron nuevamente a incorporarse a los mismos.

“Ellos tomaron muy en serio el reto y lo abordaron como si fuera la última obra que fueran a realizar”, dijo Faivre en una larga charla llena de anécdotas de todo tipo. “Lo que hicimos entonces fue seguir la “metodología para no destruir”: hacer un diagnóstico, comprender la posición del monumento y de ahí sacar un proyecto de restauro”, acotó el arquitecto

Comentó que la víspera de las celebraciones del Centenario de Argentina se desató una competencia entre las autoridades del país y las de la ciudad. El gobierno federal trabajaba en la restauración de otro gran monumento arquitectónico: el edifico del antiguo Correo, y el gobierno de la ciudad tenía, para posicionarse políticamente, el Teatro Colón.

Después de todo, con los resultados de la intervención del Teatro Colón, consideró Faivre, “logramos un trabajo realmente como para enorgullecernos, y fue muy difícil, que pudo haber errores, pero realmente el balance a mí me llena de orgullo”.

Luego externó: “Es un renacimiento; en Argentina hemos atravesado por tantas crisis, de toda índole, que lo logrado es como una maqueta en pequeño de lo que debemos hacer los argentinos: trabajar con profundidad, con capacidad y con sentido del compro miso”.

Mencionó que el principal problema que enfrentó la restauración del Teatro Colón fue “la falta de diálogo de las grandes autoridades políticas, y diría que también de las académicas; diría, además, las miserias humanas, que destruyen todo, y en ello va parte del patrimonio de la nación. A las piezas patrimoniales, hay que dejarlas en paz, no hay que usarlas como lucha política”, concluyó.

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