¿Cuánto cuesta enviar un dólar a México?

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¿Cuánto cuesta enviar un dólar a México? es una pregunta cuya respuesta no tiene palabras. Por el contrario, son las emociones, el sudor y la motivación de que todo pasa por algo mejor, las que pueden dar un atisbo de las remesas que recibe el país por parte de sus migrantes; los hombres y mujeres que cruzan fronteras, con la ilusión de llevarse un dólar a la bolsa y sentir que su trabajo realmente vale el esfuerzo dado.

Ciudad de México.- En México las remesas aparecen a través de depósitos en tarjetas de débito o con la visita a establecimientos con servicios de Money Gram, Telégrafos de México o Wester Union y que sumadas se convierten en ingresos por 24 mil millones de dólares.

Son muchos los negocios que intervienen en el envío de remesas, hay más productos participantes, lo cual se ha observado de manera muy importante en los últimos 15 años, con un crecimiento muy rápido”, explica en entrevista para EL SEMANARIO, el economista senior de BBVA Bancomer Juan José Li Ng.

Respecto a los que ya están en EU, lo que hemos observado de la crisis económica, es que ha habido un proceso en el que ya cuesta más para los mexicanos migrar a EU y ya no tienen las mismas oportunidades”, explica Li.

Pero a pesar de que el costo y el riesgo no necesariamente justifican el ingreso que pudieran tener en EU, los mexicanos siguen aspirando a trabajar del otro lado de la frontera, a pesar de que no necesariamente se garantiza que en Estados Unidos hallen empleo, puedan insertarse rápido y cubran el costo de haber llegado.

Cuánto cuesta enviar un dólar a México

A la pregunta de ¿cuánto cuesta enviar un dólar de Estados Unidos a México? Li tiene dos respuestas: primero, la económica y segundo, la social.

Y es que de acuerdo a estimaciones del Banco Mundial, explica Li, cuesta de cinco a 6% del valor en pesos por dólar enviado, colocando a México como el país con las tasas más baratas de envío de remesas.

El envío de remesas implica muchas cuestiones como la separación familiar, la gneración de familias transnacionales, el rompimiento familiar. Implica muchas cuestiones como derechos humanos, percepción, integración, que son difíciles por cuestiones culturales, idioma e ideología, esto genera la nostalgia al estar en EU al no sentirse totalmente integrados”, describe Li, cuyas declaraciones son respaldadas por los testimonios de quienes han buscado vivir el sueño americano.

Una de estas historias es la de Juan, y no es diferente a ninguna otra de mexicanos que logran llegar a Estados Unidos para trabajar. En un testimonio ofrecido al Centro de los Derechos del Migrante (CDMigrante), Juan recuerda que en 2011 fue contratado con una visa H-­‐2B, para trabajar para una compañía de ferias en New Hampshire alrededor de ocho meses.

En México la situación de vida es muy difícil y el sueldo que uno puede ganar es muy bajo y no es suficiente para mantener a la familia. Por eso decidí irme a trabajar a Estados Unidos. Para llegar a mi trabajo tuve que pagar al reclutador de mi comunidad cinco mil pesos. Para cubrir el costo pedí dinero a mi familia y tardé hasta tres meses y medio para poder pagar mi deuda. En Estados Unidos, trabajaba alrededor de 105 horas a la semana montando las ferias, armando y desarmando juegos, operando los rides, limpiando el espacio para después movernos al siguiente poblado y volver a comenzar. Recibía un pago semanal fijo de 354 dólares. El patrón nos descontaba cada semana 25 dólares como una garantía para cubrir cualquier daño que pudiéramos causar a la casa a pesar de las pésimas condiciones de la vivienda. Durante los primeros tres meses tuve que dividir mi salario entre el pago de mi deuda en México, el envío de dinero a mi familia y el costo para mantenerme en los Estados Unidos. El dinero que enviaba a mi familia no era suficiente para su sustento”, cita parte del testimonio de Juan.

Como Juan, de acuerdo al Centro de Derechos del Migrante, cada año miles de mexicanos migran a Estados Unidos, para trabajar en empleos de alto riesgo y de bajos salarios. Algunos de estos trabajadores migrantes viajan a sus lugares de trabajo en Estados Unidos con visas para trabajadores huéspedes H-­‐2A (para trabajos agrícolas) y H-­‐2B (para trabajos no agrícolas) mientras que otros llegan como trabajadores sin documentos. Todos en busca de mejores oportunidades de vida para ellos y sus familias.

Independientemente de la forma en la que lleguen a los Estados Unidos, los trabajadores migrantes enfrentan abusos durante el reclutamiento y durante el empleo, afectando seriamente la economía de sus familias”, explica la organización.

Trabajar en EU para mejorar ¿se puede?

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reporta que actualmente Estados Unidos tiene muy buenos resultados en muchas medidas de bienestar general en comparación con la mayoría de los demás países incluidos en el Índice para una Vida Mejor.

Estados Unidos tiene un alto desempeño en vivienda y en ingresos y patrimonio. Se ubica por arriba del promedio en estado de la salud, empleo y remuneración; seguridad personal, satisfacción, calidad medioambiental y compromiso cívico, pero por debajo del promedio en balance vida-trabajo”, cita el reporte de la Organización.

En el documento, la OCDE advierte que si bien el dinero no puede comprar la felicidad, “es un medio importante para lograr estándares de vida más elevados”.

En Estados Unidos, el ingreso familiar neto disponible ajustado promedio per cápita es de 41 mil 355 dólares al año, cifra mayor que el promedio de la OCDE de 25 mil 908 dólares al año y la más alta en la Organización”, explica la OCDE.

A decir de las autoras, Regina Cortina y Mónica Gendreau, los mexicanos que residen en Estados Unidos se enfrentan a la discriminación debido a que no tienen acceso a servicios se seguridad social, aunado a que viven en condiciones marginadas, como parte de su negativa a tomar empleos que exijan habilidades como el dominio del inglés o habilidades matemáticas, por ejemplo, por lo que incluso deciden residir en zonas donde exista población latina y las rentas sean económicas, ya que buscan enviar la mayor parte de sus ingresos a México vía remesas, por lo que la opinión de los estadounidenses que comparte la OCDE y en la que refiere que estos se encuentran más satisfechos con su vida que el promedio de la Organización, no incluye a los migrantes mexicanos.

¿Rinde más un dólar enviado a las familias mexicanas con la coyuntura peso-dólar?, preguntamos a Li.

En el primer trimestre de este año, en términos de dólares habrán crecido 33% las remesas pero si lo transformamos en pesos reales el ingreso de estas remesas ha aumentado 15% lo cual es un ingreso muy importante”.

En este contexto, los mexicanos que migran, lo que si buscan es ahorrar, generar ingresos. “Creo que más del 90% que migra a EU tiene la intención de volver al país, de acuerdo a algunos estudios que se han hecho en algunas universidades. Sin embargo, con el paso del tiempo, el arraigo que genera pasar tiempo en EU o si forma una familia o se pierde el vínculo con su comunidad de origen, esto hace que a la mejor su plan de vida ya no sea volver a México, sino que a la mejor considera la oportunidad real de quedarse a vivir”.

El impacto en el gasto de las remesas

De acuerdo al estudio publicado por BBVA Bancomer, Anuario de Migración y Remesas 2015, existen medio millón de negocios que surgen de hogares receptores de remesas en México.

Li explica que si bien gran parte de las remesas van a pago de deuda y a consumo, cuando invierten en emprender un negocio lo hacen para la manufactura de prendas de vestir, la venta de abarrotes y alimentos; esto además de restaurantes o locales de venta de comida.

Es común ver en algunas comunidades que surjan restaurantes muy al estilo americano, que uno no esperaría que existieran en ese lugar”, refiere Li.

De acuerdo al anuario, los empresarios que reciben remesas generalmente son dos terceras partes mujeres, porque la persona que migró es el esposo o uno de sus hijos. “La edad promedio de estas empresarias que reciben remesas es de 50 años y tienen de las escolaridades más bajas, casi la mitad no ha cursado ni siquiera la secundaria”, explica el estudio, al tiempo que justifica, “el objetivo del negocio no siempre es tener una renta monetaria o con una visión empresarial, sino más bien es cómo tener activos a mediano y largo plazo, de forma que cuando regrese el migrante ya tenga un negocio iniciado, aunque actualmente no sea de tamaño considerable”.

 

Oportunidades de negocio a partir del envío de remesas

Li comparte con EL SEMANARIO, su creencia de que “sí ha habido un crecimiento en el mercado que asesora a estas personas para poner un negocio, sin embargo gran parte de estos siguen siendo micronegocios y no necesariamente ven la rentabilidad de largo plazo”.

La respuesta del analista de BBVA Bancomer era para obviar el potencial que tienen los emprendimientos que se hacen con las remesas desde el desconocimiento, ¿cuál es el potencial para que surja un sector de asesoría o de soluciones a problemas que enfrentan?, se preguntó a Li.

Es un mercado que puede crecer de acuerdo al Anuario, desafortunadamente muchas de estas empresas de los migrantes mexicanos cuando regresan o mandan remesas no necesariamente se asesoran para iniciar los negocios, solo hay dos vertientes: cuando arrancan (en invierten en un negocio que) ya hacían antes de que hayan migrado, lo que hacía su familia en la comunidad de origen y se dedican a ello. La otra vertiente es que todo lo que tenían en Estados Unidos tratan de adaptarlo a México“, acota.

Por Octavio N. Cervantes.

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