¿Son los músculos un determinante para medir la fortaleza de una persona o a caso se necesita un poco más? ¿Qué tan fuerte eres realmente?
Ciudad de México.- Puede ser que levantes 65 kilos de puro metal en el gym o que seas la persona más buscada cuando de abrir frascos de mermelada se trata pero si lloras como bebé al final de cada pequeña pelea con tu ‘peor es nada’ y aún haces rabietas cuando las cosas no te salen como esperabas ¿sigues siendo fuerte?
Nosotros hablamos de la clase más pura de fortaleza, aquella que viene con una estructura mental bien desarrollada, es decir, la resiliencia -o la capacidad para afrontar los problemas-.
Jean Paul Sartre hizó bien en decir “somos lo que hacemos con lo que hicieron de nosotros”, es verdad, no podemos elegir las circunstancias de nuestra vida, pero definitivamente podemos modular nuestros pensamientos y actitudes ante ellas.
Modificar indirectamente el ambiente en el cual nos encontramos es posible cuando se trabaja en una personalidad fuerte -y nada tiene que ver con que las cosas cambien en la realidad externa pero si se relaciona con que nuestra perspectiva interna logre transformarla, al menos para nosotros-.
Nadie es inmune a una ruptura sentimental, a la muerte de un familiar querido o a una mala situacion laboral pero las personas más resilientes eligen no sufrir el problema como un duelo, en cambio, son capaces de mantener la fuerza, resistir las adversidades y salir a flote.
De acuerdo con Suzanne C. Kobasa, psicóloga de la Universidad de Chicago que dirigio varias investigaciones sobre la personalidad resistente, los individuos con alto grado de compromiso, control y orientados al reto son los seres más resilientes, Tres habilidades básicas:
Capacidad de Compromiso
Indica que la persona cree en lo que hace y tiene en mente un fin que justifica las adversidades encontradas hasta llegar a este. Las personas comprometidas no solo enfrentan de una forma más impasible las situaciones estresantes, también, suelen ser hábiles a la hora de ayudar a otras personas a afrontar este tipo de vivencias.
Control
Hace referencia a la capacidad que tiene el sujeto para encontrar motivación intrínseca, es decir, las personas fuertes son capaces de sentirse motivados sin la necesidad de ser compensados directamente por una tercera persona o por el resultado especifico de alguna acción. Sienten pasión por aquello que hacen y esta actitud les ayuda a sentirse ellos mismos y disfrutar de su tiempo. Al experimentar un mayor control sobre la vida es posible notar que son capaces de afrontar sus problemas, porque dependen de sí mismos.
Reto
El cambio es inevitable y las personas resilientes lo saben. Ellos eligen verlo como algo consustancial a la vida y comprenden el cambio no como un fracaso sino como un reto beneficioso para el desarrollo individual. Los retos son percibidos como una oportunidad para mejorar, cambiar o progresar en cualquier ámbito de la vida.
Sobreponerse
Sobreponerse a periodos de dolor emocional y a las adversidades es uno de los principales objetivos de la resiliencia y funge como moderador en la tensión física y mental que la persona mantiene -pues es el regulador por excelencia del estrés que alguien pueda llegar a sentir- .
Una personalidad fuerte buscará fomentar un afrontamiento mental y una conducta eficaz ante ciertos problemas; también conoce la importancia del apoyo social y las prácticas efectivas de cuidado personal y salud. Se apoya de una serie de herramientas internas que le permitirán desempeñarse mejor en su medio, invirtiendo el mínimo de esfuerzo, dolor y estrés.
