Los trastornos del sueño pueden ser los causantes de otras enfermedades, especialmente aquellas relacionadas con el corazón ¿tienes estos síntomas?
Si tienes la presión sanguínea alta probablemente te encuentres en un plan de ejercicio y dieta regulado por tu doctor para ayudarte a reducir esos números de BP pero ¿sabias que tu sueño -o la falta de él- puede ser la raíz de toda tu hipertensión? Si experimentas sueño excesivo a lo largo del día, problemas de concentración, boca seca, sensación de ahogamiento mientras duermes y ronquidos fuertes, puedes tener apnea del sueño y esta puede ser la contribución más fuerte a tu presión sanguínea elevada.
Durante la apnea del sueño, los pacientes tienen lapsos repetidos en los que la respiración puede detenerse por periodos de segundos o minutos y ocurrir tanto como 30 veces por hora. Esas pausas cortan el oxigeno al cerebro e incrementan la presión de la sangre lo que, con el tiempo, puede llevar a problemas cardiovasculares. Por suerte el tratamiento para controlar la apnea del sueño es capaz de controlar al mismo tiempo la presión sanguínea alta.
¿Cómo es eso posible?
Un análisis reciente estudio más de 51 investigaciones para detectar como la presión positiva continua de la vía aérea (CPAP) y los dispositivos de avance mandibular (MADS) -dos tratamientos populares para la apnea del sueño- afectan la presión sanguínea. El análisis que fue publicado en el Journal of the American Medical Association encontró que ambos tratamientos reducían la presión sanguínea sistólica y diastólica (los más altos y más bajos niveles en una lectura). Al parecer el CPAP tiene una increíble habilidad para aliviar la presión sanguínea sistólica. Además de reducir los niveles sanguíneos, ambos tratamientos ofrecen muchos beneficios desde mejorar la calidad del sueño hasta disminuir la fatiga e incrementar la energía.
¿Cómo saber si tienes Apnea del Sueño?
La apnea del sueño puede traer serias consecuencias a la salud, es importante que le hagas saber a tu médico si tienes alguno de estos síntomas de alerta:
- aumento en tus niveles de presión sanguínea
- problemas de memoria o concentración
- sensación de cansancio al despertar
- sentirse exhausto o quedarse dormido durante el día
- constantemente presentar ardor en la garganta o jaquecas
- ronquidos extremadamente fuertes
