Las finanzas personales son un área en donde muy pocas personas pueden presumir que tienen control sobre ellas, lo que deriva en problemas económicos.
Esto te parecerá muy común, si sufres de una mala administración personal y eres de esas personas que mágicamente desaparecen el dinero.
Y la realidad es que no es magia, sino una serie de gastos excesivos e innecesarios, derrochar más de lo que se tiene y abusar de las tarjetas crédito.
¿El resultado? Deudas que crecen y el dinero nunca alcanza. Pero esto se puede resolver aplicando ciertas medidas para saber en qué se va nuestra quincena.
La primera es un monitoreo de los gastos, apuntar en una hoja de control cada uno de los gastos que hacemos durante el día.
¿Suena excesivo? Tal vez, pero es la única forma de saber en dónde termina tu dinero y las cosas en las que lo gastas.
Una vez que eres constante en este registro, te darás cuenta que la mayoría de los gastos pueden evitarse o reducirse.
Y ahí ya tienes la posibilidad de ajustar un presupuesto real a lo que verdaderamente necesitas, con lo que reduces gastos.
De tal manera, que para salir de deudas habrá que apretarse el cinturón, eliminar los lujos y los gastos innecesarios y respetar ese presupuesto.
Con esto no solamente reducirás de a poco tus deudas, sino que gastarás lo que verdaderamente tienes disponible para hacerlo.
Recuerda que las tarjetas de crédito no es tu dinero y que tarde a temprano tendrás que pagar eso que gastas.
Por eso, lo mejor es ajustarse a tu nivel real de ingresos, cubrir tus necesidades con esos recursos y solventar deudas.
De esta manera, tus finanzas personales comenzarán a tener un poco de orden, podrás planificar hacia el futuro y hasta tendrás ahorros importantes.