México en Paris: la(s) expo(s)

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En Francia y particularmente en Paris, el regreso a clases se da en el mes de Septiembre y con él, una serie de actividades se encadenan.

La rentré Literaria es un fenómeno del que se habla cada vez mas en México y cada año las nuevas novelas (pleonasmo?) se agolpan en las librerías, los títulos se hablan, y los lectores se inquietan. Hemos hablado de esto en otras ocasiones.

Por eso hoy nos ocuparemos de otras implicaciones del regreso a la vida activa después del privilegiado período estival que viven los gozosos franceses entre julio y agosto. Animando este fenómeno de “rentré” están las nuevas exposiciones: Segundo Imperio en el museo d´Orsay,  que se inaugura en unos días, la retrospectiva de Fantin-Latour, en el Luxemburgo, la expo Magritte en el Pompidou, la extraordinaria de Rembrandt en la intimidad en esa joya arquitectónico-museográfica que es el Jacquemart André y la gran retrospectiva de Bouchardon Una idea de lo bello, organizada en conjunto con la fundación Getty de Los Ángeles en el Louvre. Llega también en un par de semanas, la exposición de México en el Grand Palais, que queda para el 5 de octubre. Comisariar estas odiseas es trabajo siempre de varios años, transportes, seguros, negociaciones con museos y coleccionistas son asunto de especialistas y curadores expertos que se empeñan en estos ejercicios al punto de convertirlos muchas veces en el clímax de sus carreras.

Vayamos a la Exposición de Fantin-Latour, pintor de mediados del siglo XIX, quien se vincula con la intelligentsia de su tiempo y la retrata con maestría y afanes de revelación sicologista, mostrando en los personajes su carácter y sus mundos. Emblemática y archiconocida resulta la pintura en que muestra la relación de complicidad íntima y transgresora entre Verlaine y Rambaud y que forma parte de la retrospectiva. También, Monet, Manet, Renoir, aparecen en sus universos internos y en complicidad cedente ante al pintor. La fratría en torno al piano de Chabrier, es singular en la composición y convocatoria. Me gusta mucho aunque es menos conocido, su trabajo de representación de naturalezas y particularmente su fuerza expresiva y realista en el tratamiento floral. Su pincel otorga a las peonias, (una de mis flores favoritas) las rosas o las flores de lis o las hortensias de un realismo que se desvanece con el instante en que se las mira, se animan de un carácter único y expresivo que revelan la personalidad de la flor y el animo del artista.

El montaje en el  museo del Jardín de Luxemburgo junto al Senado  francés, es una delicia por la intimidad que crea este espacio casi personal e ideal para las retrospectivas individuales. La relación de Fantin-Latour con la música es especial y destacan en este  sentido sus imágenes Wagnerianas para el Oro del Rin, con ninfas seductoras y traviesas que se deleitan ante la mirada lasciva  del enano Alberich. De sus primero años descuella la imagen de su hermana menor en La lectora y alguna escena de luto. En materia de autorretrato Fantin-Latour se complace y en cada época le encontramos presente y complacido, orgulloso.

En el este de la ciudad de Paris, reina ese paquebote de museo que es el Georges Pompidou. Su gran explanada invita a hundirse y a contemplar cada vez mas de cerca esta inmensa masa de fierros y funciones que transparenta la infraestructura y la ingeniería de esta obra mayor de la segunda mitad de los años 70.

En el Pompidou se acogen ahora dos exposiciones mayores: una retrospectiva Magritte y otra sobre la Cultura Beatnik.  Magritt es un artista multicitado y todavía inexpugnable, complejo, radical, cambiante, transgresor, innovador siempre, curioso y de una factoría excepcional. Filósofo escritor epistolar y pintor a quien los intelectuales de su tiempo buscaron siempre acercarse.

Magritte, de quien la sicóloga mexicana Yolanda Pica, ha estudiado las implicaciones biográficas en su obra, no es sólo un buen pintor surrealista o fovista, sino un intelectual en diálogo con su tiempo y con las ideas de todo tiempo. Hegel divertido en el paraguas que rechaza el agua, Platón en su caverna como motivo de contemplaciones, Foucault y su ensayo sobre la pipa que nunca fue tal… Magritte no hace reír, Magritte expande el espíritu, es un viaje a la libertad. Su obra es filosofía que se esculpe en la pintura que narra y que a diferencia de muchos que suelen avanzar y distanciarse de  lo hecho, Magritte vuelve en todas sus épocas a sus temas esenciales: la naturaleza humana, la libertad, la luz. De Chirico es quizá su principal fuente de inspiración plástica, pero también hay con Lèger su coetáneo un diálogo de formas  y  en Balthus una influencia clara  en el tratamiento algo hierático y misterioso de los personajes captados en en un instante de la luz y del tiempo.

En el mismo piso que Magritte, vive hoy la exposición de Beatnik culture. En el espacio de una inmensa sala las pantallas de video, la cultura de la radio, el advenimiento del transistor se replican en objetos del tiempo.  Beatnik es simple y complejo. Es cultura del alcohol, pero también un primer paso en la ruptura generacional. Nace una perdida de respeto por esa civilización de los padres que llevo a nuevas atrocidades en la guerra. Crecen las barbas, el lenguaje se libera de las formas alambicadas y convencionales. Emerge un nuevo tipo de poesía transgresora.

Allen Ginsberg, poeta iconoclasta que abandona el este norteamericano y migra a una California mítica que atrae por su capacidad de ruptura y regeneración. Gysin, inglés, viajero, iconoclasta, rompe papel y hace recortes, rompe reglas y visita todas las artes, cine para mirar con los ojos cerrados, performances, escritos como “nada es verdad todo esta permitido”, sutil y radical, influencia, explota en su elegancia una suerte de yo femenino que es un respiro en ese mundo transgresor pero masculino con sus caligrafías orientalistas árabes o japonesas, trata el lienzo como papel delicado para sus aplicaciones y lo acaricia de pinturas  resueltas en bellezas improbables y mezclas simplísimas de colores térreos que engalana la exposición. Burroghs es el paradigma de todas las rupturas beatnik, Queer y Yonqui, son obras que se proscribieron y que se revelaron necesarias.  Un burgués adinerado que pudo optar por disfrutar los beneficios del negocio familiar de maquinas sumatorias y proto-inteligentes y que decide leer su tiempo y vivirlo con  intensidad.

Miremos un momento esta imagen tomada en la exposición, del video en que Allen Ginsberg, acompaña a Bob Dyan en visita y culto a la tumba de Jack Kerouac, una suerte de padre fundador del movimiento Hippie, poeta y escritor que pendula sus escritos entre la religión y la libertad sexual, entre el budismo y la espiritualidad católica, entre el fut-bol y la marihuana, franco canadiense y norteamericano, Kerouac es inspiración del beat, del viaje juvenil  a nuevas sensibilidades estéticas como el bebup jazz y sociales perfectamente descritas aunque censuradas en On the road, su obra mas emblemática e influyente en figuras como Paty Smith o Jim Morrison y mas recientemente Tom Waits y en el cine en todos los trabajos de los ya hiper recurridos road-movies.

Me parece que los autores de esta generación de artistas, particularmente los escritores, están mas ocupados en la transgresión que en la creación y que sus aportaciones deben entenderse mas como invitaciones a la ruptura a la innovación, a la libertad,  comprometidos en un deber ser  nuevo, sin rumbo claro pero con dirección perfecta..

Pero la escena del arte parisino no se agota en las exposiciones de los grandes museos, se continúa en las galerías y repercute en el trabajo de los talleres cada vez mas cotizados y mas escasos en el intra-muros de esta ciudad que hoy rechaza el multiculturalismo, acusándolo de la desintegración de la cultura franco-francesa des Ancetres les Gaulois.

Asistimos en la Gallerie Bellechasse 55 al “vernissage” (Bautizo) de la exposición de  dos artistas en diálogo, el ruso, Vladimrir Sulyaguin y el Húngaro, Janos Kalmar. Bertrand Schoeller, joven emprendedor del arte viene tomando desde hace unos cuantos años, riesgos bien calculados  a través de este espacio que va tejiéndose expresión tanto en el “apretadito” barrio 7 de la ciudad y en el súper  hípster art district de Miami

Los dos autores parecen entenderse bien, la obra plástica de Kalmar, se basa en la creación de contínuums entre el travertino y el bronce, reduciendo la bipolaridad a una unidad escultórica bien resuelta con pátinas nuevas y formas sensuales y evocadoras de figuras que preexisten a los materiales y que suceden al autor.

Por lo que hace a Sulyaguin, presenta un par de oleos poderosos y sensuales de una luz perfecta, abstractos, tangibles y una serie de recortes de una precisión que se descubre en su capacidad expresiva a medida que se observan los trozos de papel haciendo sentido y ofreciendo una rara pertinencia seductora en que aparecen rostros caucásicos y mongoloides bajo o por encima de esa Rusia absolutista bajo todos sus regímenes, juegos de ninfas picassianas o referencias a trans-evidentes de Magritt.

La Bellechasse 55, propone un club de encuentros y discusión con sus artistas  y miembros asociados, unos 10 o 15  almuerzos y cenas anuales, en torno a un menú sencillo, elegante y sabroso. Éste 22 de Septiembre, aux chandelles (a la luz de velas) respondimos en animada discusión los invitados, a la provocación de una frase lanzada por Bertrand, en torno a un tema suficientemente abstracto para sustanciar la reflexión de los 20 o 25 invitados: ¿Vivir como ser humano implica un riesgo?. En Ruso, Inglés, francés, húngaro y farsi, se hicieron los mas variados comentarios que fueron desde las confesiones de fe, hasta las lecciones morales y la condición del artista en la sociedad.  Un pretexto para animar espíritus encendidos con la flama del diálogo y el combustible del alcohol.

En una Francia endurecida o quizá rigidizada por su incapacidad de construir diálogos francos(..) como lo hizo en otro tiempo, bribona en algunas de sus prácticas sociales, racista,  proclive a la corrupción, autista en la formación de sus cuadros y sus élites, aislada de la Europa que construyó, por una búsqueda de alianzas fáciles y poco consistentes como la reciente promovida con Tsipras Renzi y Muscat en el grupo sur-europeo que tanto molesto a la Federación Alemana, éstos diálogos son un excelente pretexto para abrir otras vetas de relación entre una Europa fracturada por la angulosidad de los intereses.

Con las expos del Bosco en el Prado de Madrid y con Rembrandt en el Jacquemard André de Paris, aunque con 100 años de diferencia etaria, ambos señalan con su trabajo la salida de la edad media y la entrada al renacimiento. Este recuerdo parece también acompañar a Fantin-Latour, Magritte y La beatnik Culture, que también con 100 años de diferencia marcan la salida de la camisa de fuerza del formalismo para lanzarse a nuevas creatividades.

Esperamos que la presentación del Secretario Tovar, en la inauguración de la Expo México 1900/1950, considere, las condiciones del nuevo entorno global y construya en su discurso, compasivamente, un buen análisis de las gestas que han inspirado el arte mexicano y que pudieran hoy ser una fuente de innovación para el abasto intelectual del desgastado y confundido mundo político europeo que rechaza el multiculturalismo, porque le considera destructor de su renovado nacionalismo anti migrantes. Un multiculturalismo que es esencia de la nación mexicana cuya identidad es la mixidad, el mestizaje que reflejan los tres autores emblema de esta muestra en el Grand Palais, Rivera, Khalo y Orozco.

Rafael Tovar puede añadir en el territorio galo, -donde tiene historia personal y buenos amigos en el medio de la administración dela cultura-,  al trabajo que los cuatro representantes de la política exterior mexicana destacada en Paris materializan cuando se alinean. En Francia, México esta bien representado: Nicho Pérez Jácome en su epónimo de negocios en la representación ante OCDE es dinámico, eficaz y elegante, Gómez Robledo, diplomático de alta escuela, formado en las reglas del cartesianismo galo y la alta escuela de formación de cuadros diplomáticos en México, lleva la relación bilateral con fino análisis ponderación y acentos, mientras el académico, prolijo, voluntarista, jovial, siempre en producción de nuevos proyectos, Andrés Roemer, conceptuador-promotor de Ciudad de las Ideas, esta animando a la anquilosada UNESCO y el paradigmático Ángel Gurría,  en quien la política mexicana debiera inspirarse para muchas de sus acciones. Aplomo, conocimiento, cultura, sensibilidad, empatía, compasión y sentido de orientación, han hecho del trabajo de este jugador global de origen mexicano, un paradigma de bien-hacer las cosas particularmente en su década al frente de la OCDE.

México puede ser una voz armónica y gregaria en el hoy desafinado coro de las naciones, bastaría se propusiera reconocer el sentido de su historia, decidir su integración, hacer de la igualdad de posiciones el motor de su visión de porvenir, encontrar primero y  buscarla después activamente (Picasso dixit) una mejor definición de su identidad, escuchar, observar y aprender del planeta en que vivimos sus diferencias y saber tomar en él una posición que haga menos la tarea a que le orillan los grandes actores institucionales y las corrientes internacionales para emprender un verdadero diálogo desde sus mas legítimos y mejor entendidos valores, ofertas e intereses: “Weltanschauung Mexico”.

 

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