Para cerrar el 16

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En el longevo programa de Televisión Española Tendido Cero a cargo de Federico Arnás, con motivo del cincuentenario de la alternativa de Palomo Linares, le realizó una entrevista Carlos Ruiz Villasuso, en la que el torero se explayó sobre su magnífica trayectoria y en la que resaltó el dato de ser él, el único torero español que ha recibido el trofeo del rabo tanto en La México, como en Las Ventas de Madrid en la historia del toreo.

Es desde luego recomendable la disfruten completa lo cual es posible gracias a la magia de Internet en RTVE y así puedan escuchar los conceptos de quién con su estilo supo contender con el torero más taquillero de la historia, Manuel Benítez El Cordobés.

Uno de los argumentos que reiteradamente Palomo recurre en la charla, es a la voluntad popular por encima de todos los conceptos; ella fue quién decidió en su momento apoyar a él y a El Cordobés en su rebeldía contra los empresarios y es también esa, quién le otorgó el rabo en 1972, en la plaza de Las Ventas en la tarde del 22 de mayo de 1972, cuando alternó con Curro Rivera con los toros de Atanasio.

El otorgamiento del trofeo en aquella ocasión provocó la dimisión del Presidente del festejo y desde entonces ninguno se ha atrevido a darlo, porque el público no lo ha solicitado, pero si así sucediera, Palomo está seguro que se impondría el juez supremo en el toreo y puede llevar razón.

Una de las razones de la frialdad hacia los toreros es el alejamiento paulatino de las masas que desde hace muchos años no se interesa por el espectáculo taurino y parte del meollo del embrollo es que hoy en día los toreros ya no son aquellos héroes populares que lo fueron.

Una de las señales de ser figura del toreo es que exista más demanda que oferta de boletos para sus actuaciones y hoy en día el único que lo logra es José Tomás en sus esporádicas presentaciones.

En México desde la época de David Silveti y Jorge Gutiérrez con Cavazos en medio, hace ya más de 20 años que ningún torero mexicano ha provocado ismo y por ello se ha recurrido a las figuras españolas como señuelo para incrementar la afluencia sin lograrlo por completo y solamente Ponce es capaz de realizar esa sensación de pertenencia pero sin llegar a la que inducía por ejemplo Paco Camino, de ídolo que avivaba en sus actuaciones, reventa.

En la entrevista de Tendido Cero, comentó Palomo sobre el toro actual corpulento y cornalón pero también afirmó soso y le complementaria el que escribe; el llamado toro artista en España que le llamo light en México; que sirve para faenas muy estéticas pero la mayoría carentes de sensación de arrebato y peligro, que si provocaban los utreros que se lidiaban en España antes del registro obligatorio de nacencias en los años previos a los ochenta por su variedad de comportamiento en el ruedo y que hoy con más corpulencia es lo que abunda en México que en el renglón de edad, salvo algunas ganaderías de todos conocidas, pocos hacen el ciclo completo.

Conjugó un muy buen artículo en El Financiero Rafael Cué en que se pregunta ¿Y la pasión? Reflexionando sobre esa sensación pérdida actualmente y no es fácil encontrar la respuesta, hace años que ningún torero la provoca, vemos como los novilleros que pasan al escalafón de matadores pasan de puntillas como fue el caso de Gerardo Rivera o de tantos otros en el planeta taurino que por sus condiciones merecerían atraer mayor atención y que finalmente no la provocan.

Así que está muy complicado el panorama.

En 1995 durante la presidencia de Guillermo Cantú en la Comisión Taurina del Distrito Federal, una firma encuestadora realizó una investigación en la que se preguntó a un grupo representativo entre otras muchas cosas, que estilo de torear les gustaba más ¿El mexicano o el español? Y el casi 60% respondió que el mexicano.

Hoy sería complejo responder la pregunta, porque la mayor parte de toreros torea con las mismas bases pues se forman en ambos países y los toreros como Palomo Linares o Jorge Gutiérrez que aprendieron en la legua, es difícil que trasciendan y que lleguen aquellos que vienen desde abajo a ídolos.

Ese pudiera ser un argumento más para entender el alejamiento popular del toreo y otros espectáculos como lo es también del fútbol dónde es casi imposible ver el surgimiento de un Cuauhtémoc Blanco desde el barrio hasta la idolatría. Más perfección, más refinamiento, mejor concepto, parecen no conectar con la base del pueblo, ese que guste o no, es quién escoge a sus ídolos sin tanto análisis y con una alta dosis de sentimiento.

Duro galimatías tenemos a futuro y pues en arduo tema de la política que en temas de popularidad no canta mal las rancheras, pero ese ya es otro cuento, me limito a lo taurino, que es lo nuestro y si bien deseamos que regrese la pasión y que las figuras no sólo aparezcan sino que arrasen con la taquilla, vemos que es un buen deseo y que le parece el porvenir, no presenta augurios de cambio.

Pero a veces suceden milagros y uno nunca sabe.

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