¿Cómo tomar un verdadero riesgo?

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Un riesgo puede implicar que las cosas no salgan como uno espera, por lo que muchas personas tienen miedo de afrontarlo, sobre todo si tiene que ver con su negocio.

Ciudad de México – Existen personas que al percibir el riesgo se paralizan y lo evitan a toda costa, tomando decisiones que los mantengan lo más alejados posibles de cualquier probabilidad de daño, accidente o error.

Las personas envueltas en el mundo de los negocios ven al riego como una oportunidad más que un resultado negativo, ellos toman el riesgo y basados, parte en los hechos y parte en su imaginación, visualizan un escenario positivo y simplemente van a por él.

“La diferencia es que para ellos el riesgo es visto desde otra perspectiva, con una visión de libertad. Un emprendedor te dirá que hay más riesgo en trabajar para otra persona que en ser tu propia fuente de trabajo”, señala Acción Preferente.

Por ello, medio cita 6 consejos que pueden ayudarte a afrontar un riego y convertirlo en oportunidad.

Comienza por pequeñas apuestas: la mejor forma de tomar un riesgo es que inicies de las cosas que tendrían un índice de ganancia mayor, empezar por proyectos pequeños para después “acostúmbrese a vivir con el riesgo”.

Crea un archivo con todas las opciones posibles de acción: la única manera de solucionar la incertidumbre que puede genera el riesgo es pensando el proyecto de forma más exhaustiva, ponte en todos los casos y genera un dossier con alternativas de acción. Te significará más trabajo, pero también más tranquilidad.

No temas no saberlo todo, aprende en el camino: no te asustes de no saberlo todo, estos problemas son los que te van formando en el emprendimiento y te regalan experiencia y capacidad resolutiva, velo como una escuela. Una eventualidad puede ser tanto una sorpresa como un problema, depende de cómo lo enfrentes.

No aplaces las cosas buscando la perfección: cuando hay que cumplir plazos y metas, es fundamental tener la capacidad de tomar decisiones. La gente en exceso detallista o perfeccionista en ocasiones se queda en el camino buscando esa perfección y sobre todo en el emprendimiento es importante tener una mente ágil.

Disfruta el camino: un gran error a la hora de pensar un proyecto es obsesionarse con el trofeo, con el éxito final, cada detalle es importante para cimentar el éxito por lo que debes estar siempre en el presente. “La meta y los objetivos son tu norte, los que te dan la dirección hacia dónde caminar, pero el trabajo del día a día es el mejor maestro”.

Ponte en el peor de los casos: pregúntate ¿Qué es lo peor que podría pasar si todo sale mal? Piensa en las consecuencias y pondera. Muchas veces verás que tu temor es mayor que las consecuencias negativas que podría traer el riesgo.

 

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