Un estudio elaborado por la Universidad de Waterloo, ubicada en la ciudad de Ontario, analizó las características que presentaban las personas que son consideradas sabias.
De acuerdo con Igor Grossman, líder de la investigación, en declaraciones retomadas por la BBC, aun cuando “algunos eruditos han conceptualizado la sabiduría como una característica, es decir, algo que tienes o no tienes y que no puedes realmente desarrollar mucho. No todos concuerdan con esa visión. Filosofías como el Budismo indican que puedes desarrollarla con entrenamiento pero ciertamente muchos, incluso mucha gente común, piensan que es idiosincrático”.
Para intentar determinar si un tipo especifico de personas podía ser considerada sabia o si la sabiduría dependía de la situación los investigadores le pidieron a un grupo de estudio que escribiera diariamente cuál fue la circunstancia más difícil cada día.
Grossman aclaró que para evaluar la sabiduría a partir de esas experiencias, los científicos se fijaron en los estilos de razonamiento. De tal forma que encontraron que la variación de las respuestas no sólo se daba entre sujetos, sino que también variaba a lo largo del día y de los días en la misma persona.
“Probablemente todos somos capaces de al menos un aspecto de sabiduría, sólo que no todo el tiempo. Hay situaciones en las que nuestra sabiduría se potencia, mientras que otras situaciones evitan que funcione al máximo de su capacidad”, detalló el también catedrático.
Otra variante que fue analizado fue la ayuda proporcionada por amigos o conocidos, “cuando estás con amigos, es más posible que reconozcas los límites de tus conocimientos y consideres la situación desde una perspectiva más amplia que cuando estás sólo, inmerso en el problema, y quizás ni siquiera consideres otras alternativas”, agregó.
Algunos de los elementos en común que se encontraron en las personas, que fueron catalogadas como sabios, son aquellas que se asocian con el desarrollo de una perspectiva y de un sentido del ser, como por ejemplo, el desapego y el desarrolló de un sentido de interdependencia. Ademas de que determinaron que la sabiduría no estaba totalmente determinada por la edad de los participantes.
Una de las conclusiones de la investigación fue que todos somos capaces de al menos un aspecto de sabiduría, sólo que no todo el tiempo. “Hay situaciones en las que nuestra sabiduría se potencia, mientras que otras situaciones evitan que funcione al máximo de su capacidad”, aseguraron los investigadores.
