La vocación escondida de los empresarios #bomberos

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Aviso: contiene spoilers de lo que ocurre

en “El Libro Negro del Emprendedor”.

Aún hoy en día con tantos estudiosos hablándonos de la mercadotecnia ideal, de la publicidad de boca en boca, de los análisis de productos y servicios, creemos que nos irá bien en un negocio si practicamos rituales específicos para evitar efectos negativos, los cuales pueden ser eliminados gracias a cuestiones paranormales. Es válido creer, pero también es válido entender que podemos ser exitosos si emprendemos con el corazón.

Para ello, hay que tomar ciertas lecciones de administración, las cuales nos ayudarán a entender que hay variables indispensables para hacer despegar un negocio, pero sin duda, hay una implícita en cada historia de éxito: el o los dueños son emprendedores en algún momento de sus vidas.

En cierto modo, todos somos emprendedores, pero hay algunos que sobresalen por ser quienes se atreven y cambian el rumbo de lo establecido. Esa cualidad la explica de forma simple y amena el español Fernando Trias de Bes, el autor de El libro negro del emprendedor[1], ya que hace una similitud entre los emprendedores y los bomberos. Él afirma que hay dos tipos de emprendedores, los que se autonombran así, sólo por el simple hecho de querer serlo. Textual, nos dice: “en el nivel más básico, se encuentran las personas que denomino <<emprendedores NIF>> (en México sería algo así como el emprendedor RFC). Para éstas, ir al notario y construir una sociedad mercantil supone convertirse en emprendedores…” Mientras que en un segundo nivel están los “emprendedores idea feliz”, quienes textualmente creen que: “tener una idea de negocio, conseguir una franquicia, exportar o importar una marca en exclusiva supone ser un emprendedor”. Emprender es mucho más que eso, es más que montar un negocio, una agencia de publicidad, una startup que diseña aplicaciones. Emprender tiene que ver con la vocación de un bombero.

bombero emprendedor

¿Emprendedor = Bombero?

Así es. Sólo piénsalo un momento. La mayoría de nosotros quisimos ser bomberos en alguna etapa de nuestras vidas. El autor describe que durante una entrevista, conoció a un bombero, a quien le preguntó ¿por qué había elegido esa profesión? A lo que el hombre respondió “Todo bombero no desea otra cosa más en la vida, que ser bombero. Ser bombero te proporciona una forma de vida que ninguna otra profesión te ofrece, la posibilidad de arriesgarte en un escenario real. Esto no es un teatro, no es un parque de diversiones en donde los riesgos son ficticios. Los riesgos que corremos todos los días son reales: un incendio, una fuga de gas, un edificio colapsado… Es adrenalina pura, es una forma de vida que se convierte en una droga de la que no se puede renunciar”.  De esta manera, emprender también forma parte de un estilo de vida, tal como el de los bomberos, no es para todos. Es mantener un ritmo de vida al límite en donde puedes arriesgarte para ganar todo o perderlo.

También, resalta el papel de la vocación de las personas. Si se mantiene por sobre todas las cosas ese instinto, esa capacidad de seguir en contra de todo lo establecido, será mucho más fácil lograrlo. Ese deseo que nace en cada emprendedor es el mismo que un bombero mantiene desde que es niño. Citando a Paul Auster, cuando recibió el premio Príncipe de Asturias, dijo que “eso era lo único que podía hacer, porque no había más remedio, porque era su impulso fundamental para crear novelas, no tenía otro objetivo más que crear”.

Por ello, tenemos que buscar ese instinto, esa pasión que no nos deje ninguna opción para reaccionar y hacerlo, irremediablemente, el mundo del emprendedor está hecho de esos momentos en los que el trabajo diario dará resultados efectivos. Lo hemos escuchado en muchos lugares, pero hoy no nos queda otra opción: si sueñas con algo, hazlo realidad, manteniendo fija tu meta y esforzándote hasta alcanzarlo. Quino, el padre de una de las niñas más famosas de las tiras cómicas, decía que “de vez en cuando conviene sacar a pasear un poco el instinto”. El momento ideal nunca llegará si pensamos en todas las variables, lo ideal es lanzarnos ya en esa aventura de emprendimiento… y seguir.

[1] De Bes, F. T. (2008), El libro Negro del Emprendedor, Perú: Empresa Activa.

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