Mientras un encaprichado Donald Trump se empeña en defender sus ideas para reducir el déficit comercial de Estados Unidos con México, la industria automotriz prepara su ataque de cara a la negociación del TLCAN en Washington.
Cierto gesto de incomodidad ha mostrado el gobierno de Estados Unidos ante la inamovible postura del sector automotriz de defender sus intereses en la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y su oposición a los objetivos de la administración de Trump para reducir el déficit con México.
“La administración Trump ha enmarcado sus objetivos de negociación del TLCAN en torno a reducir el déficit comercial con México”, dijo Caroline Freund, una experta en comercio del Peterson Institute for International Economics. “Si no tocan los autos, no hay forma de llegar a lo que quieren”.
La Oficina del Censo ha señalado que Estados Unidos registra un déficit comercial de 74 mil millones de dólares con su país vecino del sur en automóviles y piezas de vehículos, siendo este el componente dominante de un déficit total de 64 mil millones de dólares.
El representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, podría buscar impulsar el empleo de su sector automotor a través de la prohibición de entrada de piezas de vehículos desde Asia y posiblemente un requisito de contenido específico sin precedentes para los vehículos fabricados en México.
Mientras Estados Unidos se mantenga en el dicho de buscar “asegurar que las reglas de origen incentiven el abastecimiento de bienes y materiales de Estados Unidos y Norteamérica”, los líderes de la industria automotriz no estarán tranquilos y sus grupos comerciales no descansarán hasta lograr un acuerdo que garantice un cierto porcentaje de producción para el mercado estadounidense.
El sector automotriz ha destacado que la mejor manera de impulsar los empleos manufactureros en Estados Unidos es a través de políticas dirigidas a expandir las exportaciones de vehículos, de otra manera, el impuesto que pretende imponer el gobierno de Trump terminará siendo absorbido por el consumidor final.