Los precios siguen subiendo en la economía mexicana y el consumidor final es el que absorbe los grandes costos del resultado paulatino de las reformas estructurales.
Ciudad de México.- Las autoridades financieras insisten en que las reformas estructurales generarán grandes beneficios al país y en reacción a las medidas de política económica las familias llegarán a percibir los beneficios.
Sin embargo, la espera se hace cada vez más prolongada y los techos en el incremento de precios parecen alejarse quincena con quincena, con una inflación que no cede y el poder adquisitivo de las familias se ven menguados mes a mes.
En el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los precios al consumidor registraron un incremento de 2.73% en el mes de agosto, comparados con el nivel del mismo mes de 2016, ubicando a la inflación a una tasa anual de 6.66%, la más alta desde el 6.95% de mayo de 2001.
El Banco de México (Banxico) ha insistido en que la inflación se acerca a su techo y llegando el momento, los precios comenzarán a presentar su tendencia a la baja, hasta alcanzar la tasa objetivo de 3.0 + – un punto porcentual. Paraíso inflacionario que, de ser acertada la proyección del banco central, se verá hasta 2019.
Banxico ha estado haciendo su tarea para mantener la inflación en niveles controlados. En su búsqueda por controlar el alza sostenida de precios, la institución ha modificado su política monetaria con siete alzas consecutivas de la tasa de interés referencial desde septiembre de 2016.
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Las autoridades han insistido que el proceso inflacionario de agosto, que supera en más del 3% las proyecciones óptimas de Banxico para el crecimiento económico, se debe al incremento de los energéticos y una variación de productos agropecuarios, principalmente.
La inflación subyacente, que elimina productos con alto nivel de volatilidad y mejora la medición de la trayectoria de los precios, en agosto de 2017 incrementó 0.25%, una tasa anual del 5.0%, destacó INEGI.
