La salud para el ciudadano. Dificultades para la prevención
Hace más de doscientos años, Kant declaró que las ciencias de la salud eran una disciplina vulgar y subjetiva, tal afirmación, se gestó en torno a la ambigüedad de la definición de lo que se considera estar sano. Coloquialmente, se define a la salud como la ausencia de enfermedad. Sin embargo, esta definición está lejos de plasmar la complejidad científica, social y antropológica que trae consigo el ejercicio médico.
Siglos después, la filosofía encontraría una forma de remediar el postulado kantiano. La bioética homologaría los conceptos de la ciencia y la filosofía para dar cabida a un nuevo paradigma entorno a las ciencias de la salud. Es precisamente ésta disciplina la que posiciona al bienestar humano como piedra angular de la medicina, en este sentido, la salud va más allá de la nulidad de una enfermedad; se vuelve un constructo multidisciplinario que se rige en torno a la dignidad humana y procuración social.
Aunado a lo anterior, y tras un breve receso; se han reanudado las jornadas Hacer México, que en esta ocasión tuvieron como eje de discusión la temática de la salud. La séptima jornada organizada por el Instituto de la Mexicanidad, contó con la presencia como moderador de Armando Barriguete (Consultor Obesidad y Trastornos de la Alimentación) y los panelistas: Dr. Antonio González (SNI, Academia Nacional de Medicina, Academia Mexicana de Cirugía), Dr. Ismael Castillo (Rector Universidad de Montemorelos), Dr. Francisco Navarro (Ex. Pte. Academia Mexicana de Cirugia, Academia Nacional de Medicina México, Academia Nacional de Medicina Francia) y Gonzalo Olivares.
En la mesa se habló de la salud como un igualador social, es decir, que la salud más allá de ser una condición física, dignifica al ser humano y lo posibilita para su pleno desarrollo. Se dijo, que, desde un punto de vista humanista, la salud y la educación son los dos aspectos para alcanzar la plenitud del hombre.
Paralelamente se divagó sobre el papel que toma el Estado en este rubro. Los panelistas hicieron mención de la urgencia de crear una reforma de salud. Se enfatizó en el hecho de que no existe una normativa que estimule fiscalmente a las empresas para que doten de servicios de salud a sus empleados.
En la discusión se habló de la problemática fiscal que representa dotar de recursos monetarios al Instituto Mexicano del Seguro Social. Es hacienda la secretaría encargada de hacer el presupuesto del IMSS, esto representa un inconveniente puesto que la fiscalización de los recursos no es en tiempo real, lo que repercute en la administración de dicha institución. Un organismo mejor estructurado, es un organismo que puede optimizar sus procesos.
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El humanismo en el ejercicio medico
Desde la óptica del doctor Francisco Navarro, el servicio médico debe pensarse de una manera integral. Es decir, considerar al equipo que conforma el sector salud, y paralelamente contemplar a los familiares del paciente. A su vez, el doctor Navarro comentó sobre la importancia de generar un cambio en la actitud de los trabajadores de la salud, en sus palabras, los médicos “se deben acabar los zapatos en los pasillos”.
Aunado a lo anterior, el ex presidente de la Academia Mexicana de Cirugía, se manifestó al respecto de la problemática de la designación de recursos. “El problema no radica en cómo se designan los recursos, sino la manera en que se aplican. Se debe crear una política que designe los insumos de manera efectiva”. El panelista concluyó afirmando que la educación y la salud son pilares para generar circunstancias de igualdad social.
La salud para el ciudadano, oportunidades para la prevención
Gran parte de la problemática de salud pública en nuestro país se gesta en el consumo desmedido de alimentos poco nutritivos. La situación es tan evidente, que nuestra nación ocupa uno de los primeros lugares en obesidad infantil. Sobre este tema discutieron los panelistas: Dr. Carlos Aguilar (SNI. Coordinador del Centro de Investigación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición SZ), Dr. Simón Barquera (SNI. Instituto Nacional de Salud Pública México), Dra. Martha Palencia (Directora del Instituto de la Mujer en Durango) y Dr. Aldo Suárez (Presidente Electo de la Asociación Psiquiátrica Mexicana).
En el panel se hizo hincapié en la necesidad de combatir la diabetes y la obesidad infantil, se habló de lo oportuno que resultan ser las campañas de información. Sin embargo, la alimentación y el ideario del mexicano deben cambiar de paradigma, pues no existe una cultura de prevención.
Aunado a lo anterior, se hizo énfasis en la importancia de incluir la salud mental en la discusión de dicho sector en México. La salud mental ha sido mal vista durante mucho tiempo, pues se tiende a asociar con enfermedades psiquiátricas; sin embargo, esta disciplina es piedra angular para el desarrollo pleno del sujeto.
Paralelamente, la Dra. Martha Palencia, habló de la importancia de generar autoestima elevada en las mujeres como un método de mejorar el paradigma de la salud pública. En su participación hizo hincapié en el menester que es referirse a los trastornos alimenticios por su nombre. Es decir, si una mujer esta gorda, no se debe atenuar por que sea políticamente correcto. El lenguaje no debiese responder a la moral de un sequito de personas.
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La mercadotecnia como un problema de salud pública
En una sociedad inmersa en el consumismo, la salud pública ha sufrido los estragos de la mercadotecnia. El doctor Simón Barquera, hizo hincapié en la necesidad de generar una normativa que regule el empaque de los alimentos, y de este modo crear una cultura de consumo saludable. El etiquetado y el envase de los productos alimenticios, debiese orientan al consumidor a una alimentación sana. Sin embargo, los empaques de cereales, bebidas, lácteos, entre otros, son poco informativos e incitan al consumidor a una adquisición del producto de forma desmedida.
El también miembro de la Academia Mexicana de Medicina, propuso la creación de un organismo de profesionales de la nutrición que estuvieran a cargo de regular el etiquetado de los productos alimenticios. La problemática en este rubro es tal, que países como Chile han prohibido la imagen de las mascotas en las cajas de cereales de renombre
Conclusión
El filósofo francés, Gilles Lipovetsky, ha hecho hincapié en la “transubstanciación” de esencias de la que es víctima el hombre en la posmodernidad. Lipovetsky afirma que en la denominada era del vacío, los individuos se determinan por la capacidad de consumo que tienen. Esta problemática es más compleja de lo que parece, pues el hombre se construye a través de esencias prefabricadas.
El problema esta tan arraigado en los confines de la cultura, que ha repercutido en la salud pública. El consumismo ha modificado los hábitos de alimentación y por ende el estado de bienestar de los ciudadanos. Lo anterior, es un claro ejemplo de que la salud no debiese ser vista como un agente externo del constructo social. Los mexicanos tienen la impresión de que asistir a una revisión con el médico es una alternativa que se puede postergar. El común denominador prefiere reemplazar su guardarropa o celular que asistir a una consulta de salud.
Si bien es cierto que la burocracia ha atentado contra la dignificación de la salud de los ciudadanos, los mexicanos muestran una carente consciencia de prevención. Aunado a lo anterior, la universalización de la salud en nuestro país presenta una problemática de ingresos, ya que más de la mitad de la población que goza de servicios médicos a través del seguro popular no paga impuestos.
Entre los problemas de fiscalización, burocracia, presupuesto y consumismo; no es extraño que el mexicano sufra una odisea de salud. Ya lo dijo un educador del siglo XV, “para educar, primero hay que sanar”.
Carlos Ramírez
