Un año complicado se avecina para la economía mexicana que deberá demostrar si su moneda es lo suficientemente fuerte como para seguir luchando contra la inflación, soportar una eventual derogación del TLCAN y los incrementos en las tasas de la Fed.
Los tres gigantes ante los que se enfrentará el peso mexicano se erigen con mayor fuerza en 2018 con panoramas de incertidumbre más claros causados por una inamovible postura proteccionista del gobierno de Donald Trump en Estados Unidos.
La economía mexicana deberá luchas por defender su peso y mantener el timón en rumbo para lograr sumar índices de crecimiento económico por arriba del 1.8 por ciento estimado como mínimo por el Banco de México (Banxico), siendo la inflación su principal monstruo a vencer.
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No solo la variación del índice de Precios al Consumidor es el principal enemigo de la economía mexicana. En 2018 dos eventos podrían presionar a la economía a la baja: una eventual negociación fallida del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la tendencia alcista en la tasa de interés de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, ambos factores que dependen de las políticas de Donald Trump.
La economía mexicana podría depender en 2018, en buena medida, de la política monetaria que adopte el nuevo gobernador de Banxico, el comportamiento del gasto público y el puerto al que llegue la negociación del TLCAN.
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A estos puntos se podría añadir el efecto transitorio que las elecciones presidenciales puedan tener en los mercados.
