Una nueva investigación encontró que un suplemento encontrado en el pescado puede reparar áreas del cerebro que han sido dañadas por eventos traumáticos.
Investigadores de la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de Tokio llevaron a cabo un estudio que confirma que el aceite de pescado puede ayudar a combatir algunos trastornos emocionales, como el estrés crónico y el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
Gracias a la investigación, encontraron que el suplemento omega-3 puede reparar el daño que el cerebro ha sufrido por eventos traumáticos.
Para el estudio, los doctores revisaron los resultados de otros estudios, particularmente uno que se llevó a cabo en el año 2011, en donde se había analizado a rescatistas quienes ayudaron en las labores de rescate tras el terremoto de Japón de ese año, el cual mató a 16 mil personas.
A 172 rescatistas se les proporcionó aceite de pescado, y sus análisis fueron comparados con casi 11 mil rescatistas quienes también ayudaron después del terremoto pero no consumieron el suplemento, o lo hicieron en bajas dosis.
Los resultados mostraron que quienes tomaron el aceite de pescado tuvieron menos niveles de TEPT. Esto se debe a que cuando una persona experimenta un evento traumático, su cerebro libera la hormona cortisol, la cual puede afectar la memoria, el aprendizaje y las funciones cognitivas. Con el omega-3, se reduce la liberación de cortisol, lo cual protege al hipocampo, el cual se sobrecarga cuando hay estrés.
Sin embargo, los investigadores han pedido otros estudios adicionales para conocer a fondo los efectos positivos, y negativos, si los hay, de recibir omega-3.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Psychotherapy and Psychosomatics.
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