Los 10 pecados frecuentes del inventor mexicano
Más allá de pesadas teorías sobre nuestros lastres histórico-industriales en materia de generación de tecnología, existen razones simples que explican que, a nivel individual y de medianas y pequeñas empresas, muchas buenas ideas surgidas en nuestro país no alcancen una materialización suficiente como para ser generadoras de recursos y de nuevas ideas. Expongo a continuación las más recurrentes:
1) Si tramito una patente robarán mi información. Nada más falso, tanto en el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, como en las demás oficinas de patentes en el mundo, los niveles de seguridad con que se maneja la información garantizan un control adecuado. Las empresas con los desarrollos tecnológicos más valiosos tramitan patentes en todos los países sin riesgo alguno.
2) No tramito una patente porque mi invención no es importante. Craso error muy frecuente en nuestro medio. Gran parte de las invenciones que se patentan en el mundo son pequeños avances que en lo individual no son tan significativos; además, existen muchos productos comercialmente exitosos, como el post it o el clip, por sólo citar dos, que han generado miles de millones de dólares en ventas y regalías. Es necesario recordar que basta con que una invención sea novedosa, susceptible de aplicación industrial y resultado de un proceso inventivo, para poder ser patentada.
3) “Inventé”, sin verificar la novedad. Los recursos informáticos con que hoy se cuentan en el mundo, permiten que, a muy bajo costo y con enorme precisión, cualquier interesado pueda conocer el estado de la técnica en ciertas áreas industriales o productos, a fin de innovar en áreas reales de oportunidad, a partir de conocer lo que es nuevo y lo que ya fue inventado previamente. Una de las situaciones que constantemente se suscita es la consistente en que la patente sea negada por falta de novedad, echando por tierra la inversión realizada en el desarrollo de la invención. Para evitarlo, debe partirse de una búsqueda eficiente de antecedentes.
4) Se diseña una solución que sobrepasa la necesidad. En ocasiones, se sofistican tanto las soluciones, que pierden su eficacia y sus posibilidades de fabricación y uso. Es un principio conocido que las soluciones simples son las mejores. Un caso que lo ilustra es el del conocido skype.com que, hasta el momento, cuenta con más de 300 millones de usuarios, los cuales agradecen lo simple del programa, del que sus propios creadores señalan que tuvieron que vencer la tentación de añadirle herramientas y funciones, para mantenerlo tan simple como marcar un teléfono.
5) Se revela la invención destruyendo la novedad. Una de las reglas esenciales para mantener la posibilidad de obtener una patente es que la novedad no se destruya, lo que sucede cuando la invención se hace del conocimiento público. Esta circunstancia obliga a manejar la información relacionada a la invención con absoluta confidencialidad, al menos, hasta que la solicitud de patente sea publicada.
6) No se presenta oportunamente la solicitud. Cuando una invención es explotada comercialmente, se expone gravemente la posibilidad de patentarla, por pérdida de novedad. La evaluación sobre la conveniencia de patentar, y la presentación de la solicitud, debe realizarse antes del lanzamiento del producto, no después.
7) No se considera una estrategia para patentar en el extranjero. Dado que la protección de la invención se limita a los países en que se solicita la patente, debe desarrollarse un plan para determinar la extensión territorial que se pretende lograr. Es muy usual que la tecnología que funciona en un lugar lo haga en otros, por lo que la patente puede llegar a tener alcance mundial si así se diseña. Además, existen diversas opciones de Tratados Internacionales que permiten a los inventores mexicanos realizar estas gestiones en forma simplificada y con reducción de costos.
8) Se sobredimensiona su valor económico. Muchas patentes no logran llegar al mercado porque sus creadores pretenden obtener por sus invenciones cantidades exageradas, que inhiben el interés de los posibles comercializadores. Los inventores con experiencia se atienen a los estándares del mercado, y pretenden ganar lo justo por la explotación de varias patentes, antes de pretender obtener un lucro desmedido con una sola invención. El mercado es el único juez certero del valor de las invenciones, por lo que la ganancia del inventor debe sujetarse a las ventas del producto, a fin de que ambas partes garanticen su utilidad.
9) No se considera la puesta en práctica de la invención. Para que una invención sea productiva no debe sólo pensarse en la solución técnica en sí misma, sino en todo el proceso que debe seguirse para lograr su aplicación en los sistemas productivos existentes. La invención debe ser rentable. Por otro lado, si la invención se ofrece a terceros bajo licencia, debe considerarse la participación de un especialista en gestión de tecnología, que facilite la detección de potenciales interesados y que conduzca la negociación.
10) Se olvida que inventar es un proceso continuo. Aún y cuando el talento tiene mucho que ver en el proceso de innovación, la disciplina en la búsqueda y el diseño de nuevas soluciones debe considerarse como parte de un proceso continuo, que no debe detenerse al obtener una patente. Al contrario, patentar es sólo parte del proceso que, en todo caso, debe ser entendido como un reconocimiento a los méritos del inventor, y un estímulo a la labor creativa, pero no como un fin en sí mismo.
DE SUERTE ESTE DIA AL CONOCER ESPECIALISTAS EN EL TEMA.
TENGO UN DISEÑO DEL CUAL QUIERO SABER LA FACTIVILIDAD DE PATENTAR, SU UTILIDAD Y FINACIAMIENTO, ESTE ARTICULO ME ES DE GRAN AYUDA PARA CONOCER EL PROCEDIMIENTO DE LLEVAR ACABO A LA PRACTICA MI INVECIÓN.
DE ANTEMANO GRACIAS POR SU VALIOSA AYUDA QUEDO DE USTED ATTE. ROGELIO CORTÉS CASAS
Gracias Rogelio. Escribeme a mi mail personal y con gusto damos seguimiento a tu petición. mjalife@jcip.mx