No importa el tema o situación, los mexicanos naturalmente lo vemos polarizado. México es un gran país que ha tenido una historia llena de buenas y malas experiencias, donde las buenas las hemos calificado de “muy, muy buenas” y las malas de “muy, muy malas”, en pocas palabras, nos encanta desvalorizarnos o ilusionarnos.
Nuestros grandes potenciales los hemos minimizado, enjuiciamos en contra de los que se han ganado las cosas a costa de esfuerzo definiéndoles como suertudos, y aplaudimos al que lo hizo fácil por tener “el contacto” que lo llevó a ser “exitoso”. Estoy hablando de un código inconsciente que tenemos en México y que podemos observar desde las edades más tempranas, donde es más importante el que grita, hace bullying o copia las tareas, que el que se esfuerza y estudia con ganas de aprender. Esto no es de hoy, es de siempre.
Aprovechando que próximamente tendremos el mundial en Rusia, los invito a observar claramente cómo cada juego que se gane por nuestra selección terminará en una alabanza al equipo y su entrenador; pero el día que lleguen a perder, todo será un desencanto, enojo, enjuiciamientos de cada actor que tendrá la culpa, donde seguro se incluirá hasta nuestros gobernantes como parte del error. Así ha sido, y seguirá hasta que aprendamos la lección. Inclusive lo hacen los medios, naturalmente, para darnos ese momento de debilidad humana, dándole fuerza a nuestra divergencia. No estoy hablando de que no sintamos alegría o tristeza, eso es natural; me refiero a cómo lo polarizamos, llevándolo a su máxima expresión hacia cualquiera de los dos lados.
Si observamos ahora a nuestros gobernantes y lo ligamos al dicho callejero de “tenemos lo que merecemos”, podemos ver que la frase se interpreta en la mayoría de las veces desde la culpa, como un castigo o como algo malo que nos ganamos por elegir mal a nuestros gobernantes; en lugar de ver nuestro reflejo y, siendo auto-referentes, hacernos conscientes de que algo tenemos que cambiar en lo personal para que todo alrededor cambie. Dejar de ser tranzas, corruptos, mentirosos, gandallas, en fin, todos los adjetivos que les ponemos a los políticos y encontramos en el día a día en todo México. Por lo tanto, nuestro inconsciente colectivo actúa por traernos el aprendizaje que requerimos para hacernos conscientes y nos presenta lo que necesitamos, no lo que merecemos.
Estamos a punto de tener las elecciones que han sido bautizadas como ‒siempre, de forma polarizada‒ “las más importantes de la historia”; donde podemos ver que todas las situaciones posibles de triunfo que hemos generado inconscientemente de forma polarizada, nos llevan al caos por el lado que las veamos, “seremos como Venezuela” o “nos robará todo la mafia del poder”; logrando conectar con nuestros miedos o enojos para que, como “robots”, nos polaricemos a un lado o el otro, maximicemos lo malo y sigamos sin aprender por no estar conscientes de que México puede y ha podido y que esto no depende de uno solo.
Si queremos que México cambie, empecemos por ser auto-referentes y dejar de echar la culpa al exterior de lo que somos cada uno. La oportunidad está en observarnos a nosotros mismos en cada situación; y sin juicios, preguntarnos “¿para qué me sucede esto a mí?”, con la intención de hacernos conscientes cada uno. Éste es un primer paso que puede cambiar la ruta que llevamos al hacerlo colectivo.
Un México consciente es un país unido, que no se ve separado y sabe que todos sus integrantes forman un solo México, porque sólo así, vendrá la libertad, la compasión y la tolerancia que son rasgos de una sociedad camino a la conciencia.
Muchos de los mensajes que andan circulando crean la duda de si llegaremos o no al quinto partido en el mundial, instalando un paradigma colectivo como gancho para preparar nuestra polarización de forma inconsciente; yo creo que sin importar al partido que lleguemos, será una gran participación mientras todos nos entreguemos de corazón ‒equipo y seguidores‒ y dejemos los juicios fuera de lugar.
Para el tema de las elecciones 2018, existen diferentes versiones de quién ganará la presidencia; yo creo que la ganará quien nos traiga nuestro próximo aprendizaje respecto al inconsciente colectivo; y esperemos que ahora sí, después de este resultado, aprendamos lo necesario para tener un México consciente.
Gracias!
Excelente!!!
Sin mas la reflexion que me invita a realizar el cambio desde mi lugar y que se replique como efecto mariposa sin intencion.
Gracias Sandra
Muy interesante el artículo. Me quedo con la frase “…nuestro inconsciente colectivo actúa por traernos el aprendizaje que requerimos para hacernos conscientes y nos presenta lo que necesitamos, no lo que merecemos.”
La frase tiene motricidad para mi. Me invita a estar más conciente. Pareciera que todo el artículo la arropa.
Felicidades, muy bueno.
Gracias Esteban por tu aportación
Muy buena aportación Alejandro, invita a la reflexión y motiva a “hacernos cargo” de nuestras acciones y ser responsables de nuestro actuar cotidiano.
Gracias Gerardo por tu aportación
Desafortunadamente, México es como aquel cuento de los dos Canastos con cangrejos:
El 1o con cangrejos extranjeros, que para salir de el se hayudan uno al otro. El 2o con cangrejos mexicanos que si uno de ellos quiere salir no lo dejan los demás, es triste y muy cierto la falta de cultura y comprensión conciente del ser….
Gracias Jesús por tu aportación