Una reseña de El Populismo: Una estrategia de movilización política
El Populismo. Una estrategia de MOVILIZACIÓN política de Salvador Cárdenas Gutiérrez y Carlos Requena, publicado por la Editorial LID, es una obra, no en contra del populismo, sino sobre éste mismo. Una lectura imprescindible para entender la política actual mundial. Especialmente ante los escenarios de corrupción e impunidad que han aumentado en los últimos años, no sólo en México sino en un buen número de países del mundo.
La mayor parte de los políticos y líderes de opinión hablan del populismo como la causa de la crisis institucional de la democracia, cuando en realidad es más un efecto, una reacción de las personas indignadas ante el abuso que ha sufrido la institución de la representación.
Éste es un libro que aparece en un momento clave, electoral, no como un texto oportunista, sino oportuno, bueno y favorable, útil en las circunstancias actuales de México, en esta coyuntura que vivimos, a favor de los derechos y del respeto de los indignados (que cada día sumamos más). La indignación, así como la incertidumbre en este país, son democratizadoras: nos afectan a todos. Entre la corrupción e impunidad, la desigualdad social y la tambaleante economía nacional, el sentimiento de indignación y desencanto es una realidad de la que todos participamos, en mayor o menor medida, pero que permanece en algún lugar de nuestra psique.
El populismo debe ser un modo de pensar lo político, no un movimiento, ni una ideología, ni un partido, que podría tomar muchas direcciones en la práctica: sí, una dictadura, pero también la apertura humana de una comunicación social. El populismo debe ser una propuesta de democracia alternativa, no una negación de la existente; es la propuesta de nuevas formas de hacer política. Un requerimiento, no una propuesta: es una llamada a actuar de otro modo, es una llamada a creer nuevamente en el ser humano.
Carlos Requena y Salvador Cárdenas Gutiérrez emprenden este ensayo o debate intelectual, movidos por el deseo de abrir o despejar el campo conceptual de la política, como expresión de su rebeldía intelectual e inconformismo crítico, que ambos comparten, adoptando una perspectiva de abogados. Buscan criticar el uso indiscriminado y superficial del término populismo, alejarse del cliché empleado (amenaza populista) y proponer una línea interpretativa más adecuada a la realidad. Sabiendo que el populismo no puede definirse bajo la estrechez de una definición académica, sino que es un término amplio, lleno de matices, ellos escriben, ensayan y argumentan, en la búsqueda de dejarlo, no claro ni oscuro, sino más bien agrisado.
El campo de la política está ya demasiado erosionado como para plantear una regeneración radical. La gradualidad es el rumbo ideal; Gabriel Zaid dice que, para lograr el progreso, dos elementos imprescindibles son la gradualidad y el rumbo, no la impaciencia. Si algo queremos cambiar, desde la indignación, necesitamos paciencia pero, sobre todo, conciencia. Lo menos que podemos hacer en un momento histórico como éste es estar enterados de lo que ocurre. La mejor defensa es el conocimiento. El Populismo es una lectura importante y necesaria, para reflexionar y comprender. En la mezcla de emoción y razón se encuentra el coraje para cambiar y transformar la realidad: no hay una mejor estrategia de movilización política.
