La situación se ha complicado con la imposición de aranceles a productos de ambos países y en medio de la incertidumbre por las negociaciones del TLCAN, ¿quién pierde más con la guerra comercial entre México y Estados Unidos?
Ciudad de México.- Muy pocas veces se había visto esto en la relación bilateral, donde se ha tenido que establecer una lucha donde nuestro país responderá con medidas “dólar por dólar” a las decisiones que imponga Estados Unidos, tal como lo señaló en su momento el embajador mexicano en suelo estadounidense, Gerónimo Gutiérrez.
Con la entrada en vigor de impuestos al acero y aluminio procedentes de México, el gobierno de Donald Trump inició una guerra comercial en donde tal como lo señala Gabriela Siller Pagaza, economista en jefe de Banco Base, todos tienen algo que perder.
“En este juego del gato y el ratón que tanto le gusta al presidente Donald Trump, nadie sale ganando”, aseveró la experta.
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México aprieta con más aranceles
Por un lado, la Secretaría de Economía (SE) anunció la lista de productos procedentes del país vecino del norte con sus respectivos aranceles.
Según lo publicó en el Diario Oficial, se estableció un impuesto de 20 por ciento a las “importaciones definitivas de piernas, paletas y otros tipos de carne de cerdo, manzanas, arándanos y papas estadounidenses”.
Además de otros impuestos de entre 20 y 25 por ciento “sobre varios tipos de quesos y whisky tipo Bourbon” y aranceles de 15 y 25 por ciento a productos de acero como placas, láminas, chapas, varillas, tubos y alambrón.
Riesgos sobre la inflación en México
Esta guerra comercial implica correr ciertos riesgos sobre posibles efectos negativos en la economía nacional y de acuerdo a Gabriela Siller, el impacto podría recaer en el aumento en los niveles de inflación.
“En México no se puede calcular exactamente el efecto que tendrían las medidas espejo adoptadas contra la inflación general, sin embargo, es previsible que esta variable se mantenga con presiones al alza”, afirmó la experta en declaraciones que retoma Notimex.
A pesar de esto, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, aseguró en su momento que los productos a los que impusieron aranceles no “afectan al consumo nacional, ni a la inflación”, ya que hay alternativas para sustituirlos.
Y un ejemplo es la carne de cerdo, que con las nuevas disposiciones, la SE anunció “un cupo libre de arancel” de 350 mil toneladas a las importaciones de patas y paleta de cerdo con vigencia al 31 de diciembre del 2018.
“Ante la urgencia de evitar que se desestabilice el mercado de carne de cerdo, mejorar los niveles de oferta y proteger a los consumidores, es necesario diversificar las opciones de proveeduría externa”, explicó la dependencia.
Pérdidas para Estados Unidos
Pero este escenario también representa daños a la economía de los Estados Unidos, ya que un análisis del Banco Base asegura que los aranceles “generarán un aumento de 1.0 por ciento en términos mensuales en los precios de bienes importados”.
Además, “afectarían negativamente a las industrias que aportan 21.9 por ciento del valor agregado total del Producto Interno Bruto (PIB)”, entre las que destaca la producción de productos electrodomésticos, equipo eléctrico y de cómputo, así como la industria automotriz.
Por tal motivo, es “posible que se geste una contracción del PIB de 0.2 por ciento trimestral y de hasta 0.92 por ciento anual en los Estados Unidos si los aranceles se dejan por un periodo largo” y además, se producirán “episodios de volatilidad financiera a nivel global”, concluyó Siller.
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