En teoría, ellas tienen las mismas posibilidades que los hombres para acceder a puestos laborales, sin embargo, bajos salarios y discriminación laboral es la realidad que enfrentan las mujeres en México y que no les permite avanzar.
Ciudad de México.- Sin importar los niveles académicos o los puestos dentro de un organigrama que ocupen en el mundo empresarial, el entorno es el mismo para las mujeres: bajos salarios, discriminación laboral y muy pocas oportunidades de desarrollo.
Según Oxfam, las mujeres enfrentan más barreras que los hombres para mejorar su situación económica y mejorar así su calidad de vida, “y una de las causas es que sus condiciones laborales son más precarias”.
Con menores salarios a los que perciben los hombres realizando las mismas actividades o con responsabilidades similares, las mujeres tienen que enfrentar esto de manera generalizada y en un hecho que parece se ha enraizado en todos los ámbitos laborales del país.
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Poca inclusión laboral y bajos salarios
Si bien los números oficiales hablan de que las mujeres han aumentado su participación en el mercado laboral, las condiciones que les ofrecen no les permiten acceder a una movilidad social constante ni aspirar a posiciones directivas de alto nivel.
De acuerdo a cifras de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), de los tres millones 600 mil empleos formales que se han generado en México en los últimos cinco años, 43 por ciento ha sido ocupado por mujeres”.
Sin embargo, “esta cifra, excluyendo a los países árabes, hace que México tenga uno de los porcentajes más bajos del mundo”, asegura el estudio Desigualdades en México 2018, realizado por el Colegio de México (Colmex).
Pero además, “en la mayoría de los trabajos más precarios, las mujeres están sobre representadas. Por ejemplo, en maquilas suelen ser sectores muy feminizados, entonces atacar la parte de política laboral y el sistema en México, beneficiará especialmente a las mujeres que trabajan en estos sectores”, asegura Oxfam.
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No importa escolaridad ni estudios
Y cuando pareciera que las mujeres que tienen estudios de nivel superior pueden encontrar mejores oportunidades laborales, los números echan por tierra esta afirmación y demuestran lo contrario.
En ese sentido, el estudio del Colmex afirma que 87.8 por ciento de los hombres que tienen estudios universitarios “participan en la economía” de manera formal, pero en el caso de las mujeres este porcentaje se reduce hasta un 20 por ciento.
“La conclusión es preocupante”, dice este estudio, ya que “más de un millón mexicanas adultas que fueron a la universidad, no utiliza sus conocimientos en algún trabajo remunerado”.
Pero las condiciones son las mismas cuando se habla de ocupar cargos en puestos directivos. De acuerdo a cifras de la Asociación de Mujeres Consejeras (WCD, por sus siglas en inglés), en los consejos de administración de las empresas solo 6.1 por ciento es ocupado por mujeres, mientras que el 93.9 por ciento son de hombres.
Estos números colocan a México en la última posición en inclusión laboral de puestos directivos de toda América Latina; pero peor aún, ya que según la WCD “América Latina es la región más rezagada en esta materia” a nivel mundial.
Por todas estas situaciones, el informe Desigualdades en México 2018, califica a esta realidad como “potencial desperdiciado”, ya que con mejores condiciones laborales y de equidad para las mujeres, se “podrían incrementar de manera muy significativa su aporte al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza” en el país.