Democracia y futbol

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El fin de la semana pasada y el principio de la actual, México vivió sanamente convulsionado, concentrando su atención en dos procesos: el de las elecciones en casa y el partido de futbol entre el equipo nacional frente a la selección de Brasil. Afortunadamente, los dos se resolvieron de acuerdo a las reglas que los rigen, y todos(as) aceptaron los resultados de forma pacífica y civilizada.

Lejos de ser la primera vez que se vive esa coincidencia temporal entre el juego de la democracia moderna y el futbol, los orígenes históricos de estas dos contiendas coinciden en tiempo y lugar.

Como bien lo apunta el gran sociólogo europeo Norbert Elias (1897-1990),  el futbol nace en el siglo XIX, al mismo tiempo que la vida parlamentaria en Inglaterra. Durante mucho tiempo, ambas prácticas se han distinguido al estar integradas por dos equipos de hombres que son rivales y que se enfrenan entre ellos de forma no agresiva y con capacidad de manejar una  “tensión controlada”, lo cual les permite competir y reconocer el triunfo del adversario de acuerdo a las reglas del juego establecidas.

elecciones 2018 México
Foto: EFE.

A pesar de que, como se sabe, desde las olimpiadas griegas ya existían las competencias físicas entre dos personas y/o grupos, la invención del deporte moderno es mucho más reciente y surge como parte de un proceso de conducta que se desarrolla en las clases altas inglesas durante los siglos XVII y XIX, y que da lugar al nacimiento de dos ramas del futbol inglés: el rugby y el soccer que se instala como juego en 1863.

Como otros deportes modernos, el futbol que surge a partir de entonces, se caracteriza por ser una forma de ejercicio no violento que, a diferencia de las contiendas anteriores, se atiene a un tiempo de duración claramente establecido que supone y demuestra que el ser humano tiene capacidad para prolongar el placer del clímax hasta conocer la victoria.

Pero, lo que resulta más interesante del asunto, y en cuanto a la democracia se refiere, es que Elias demuestra cómo el surgimiento de estos grupos deportivos coincide históricamente con el desarrollo de la vida parlamentaria en Inglaterra, durante la misma época cuando también se instala una forma de lucha civilizada entre  dos “equipos” masculinos, que permite una rotación sin sobresaltos de grupos  de poder, rivales mediante el desarrollo de habilidades verbales, de persuasión y retórica, sustituyendo a otro tipo de enfrentamientos de carácter violento.

Así, la “parlamentarización” de las clases hacendadas de Inglaterra tuvo su  equivalente en la “deportivización” de sus pasatiempos. En ambos casos se esperaba que las contiendas fueron abiertas y frente al público de tal forma, que los caballeros protagonistas de la disputa se vieron obligados a dominar sus expresiones agresivas frente a sus espectadores.

Afortunadamente en el México de hoy, y a pesar de que perdimos frente a Brasil, y de que la execrable violencia que vive el país dio lugar a un sangriento proceso electoral con una enorme e injustificada cantidad de candidatos(as) asesinados, el domingo y el lunes fueron días de fiesta por la competitividad que mostró nuestro equipo de futbol y por la participación civilizada y nutrida de los ciudadanos(as) en nuestro proceso electoral.

Felicidades a todos(as).

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