Este es uno de los temas más polémicos y que más preocupación ha despertado entre la burocracia, pero ¿la reducción de salarios de altos funcionarios federales es buena o mala medida?
Ciudad de México.- Comenzando por el presidente de la República, todos los funcionarios federales no podrán ganar más de 108 mil pesos al mes, que es el tope salarial que ha anunciado el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Luego de anunciar la reducción de salarios enmarcada en la nueva “austeridad republicana”, el debate ha comenzado entre expertos de temas laborales y analizan los posibles efectos que esto puede traer a la dinámica y calidad de trabajo del sistema administrativo federal.
Según ha declarado el presidente electo, los cargos que tendrán una reducción salarial son los secretarios de Estado, subsecretario de Estado, Oficial Mayor, jefe de Unidad, director general y director general adjunto.
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¿Justo o injusto el pago a los altos funcionarios?
En México la clase gobernante ha creado en torno suyo una idea de que están rodeados de lujos, opulencia y medios materiales a su disposición de manera ilimitada. Esto ha repercutido en la percepción social y ha generado un rechazo natural a estas condiciones.
Con los nuevos aumentos aprobados recientemente por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a los puestos de altos funcionarios, el presidente ganará 222 mil 261 pesos al mes; un secretario de estado en promedio ganará 144 mil 976 pesos y los directores generales y coordinadores generales percibirán cada mes 207 mil pesos.
Son percepciones monetarias muy altas para el nivel de ingresos que tiene la sociedad en general, pero sus responsabilidades también son proporcionalmente mayores y de suma importancia para la vida del país.
Sin embargo, a pesar de estas condicionantes, “se han extralimitado las percepciones, prestaciones y privilegios de los servidores públicos de niveles superiores y deben acotarse”, asegura Miguel González, coordinador del Centro de Estudios Financieros y de Finanzas Públicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Trabajar por y para el país
Por ello, el debate se centra en el hecho de que para algunos especialistas, como Íñigo Arizmendiarrieta, director general en México de la consultora Talengo, la reducción de salarios no debería tener un impacto mayor en la calidad del trabajo de los funcionarios.
“Al nivel de altos funcionarios, no creo que estos recortes de sueldo vayan a suponer un impacto importante”, asegura el especialista en declaraciones que retoma El Economista.
Y agrega: “en términos de reputación, un trabajo con grandes responsabilidades en el gobierno es atractivo”, por lo que “muchos funcionarios están encantados de servir a su país. Para ellos, el hecho de que su remuneración sea menor, no suele ser un inconveniente”.
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En esto coincide, Felipe Llaguno, socio director en México de la firma de reclutamiento Alder Koten, ya que algunos perfiles profesionales como académicos, investigadores o ejecutivos, pueden ocupar esos cargos y es personal altamente capacitado “cuya principal motivación no es el dinero, sino regresar algo a la sociedad”.
En ese sentido, la medida de reducir los salarios de los altos funcionarios puede tener beneficios más allá de los económicos, ya que como lo señala para Dinero en Imagen, Rodolfo de la Torre, director en Desarrollo Social con Equidad del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), esto puede concientizar a la alta burocracia.
“Un sueldo de un mando alto le da para pagar educación y salud privada, y los ha aislado de usar los que presta el gobierno”, dice el especialista, pero “con un menor sueldo probablemente se verán obligados a usar esos servicios y eso ejercería una presión para debatir la pertinencia de mejorar su calidad”, concluye de la Torre.