La propuesta de que Banxico lance un billete con denominación de 2 mil pesos, hace pensar en una estrategia para hacer frente a la creciente inflación y una crisis económica en puerta.
México.- ¿Por qué tanto bullicio por el billete de 2 mil pesos? ¿Acaso la lastimada economía mexicana podría estar peor? Algunos analistas han considerado que un billete de tan alta denominación podría significar que la economía enfrenta un alto riesgo de padecer mayor inflación en los próximos años.
Después de que Banco de México (Banxico) hiciera el anuncio del cambio de imagen en los billetes mexicanos y presentara la propuesta de lanzar un papel moneda de alta denominación, a evaluarse en 2020 y que entre en circulación en 2021, las especulaciones sobre la medida del banco central para combatir una inflación incontenida saltaron entre los analistas.
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¿Qué significa que México lance un billete de 2 mil pesos?
Las propuesta de “billete grande” por parte de Banxico, añade leña al fuego de la expectativa relacionada a una creciente inflación, ya avivado por las señales emitidas en el informe trimestral en el que la organización financiera elevó sus estimaciones inflacionarias, esto debido al comportamiento del precio de los energéticos, pasando del 3.8 al 4.2 por ciento para el cierre de 2018.
“Las previsiones para la inflación que se presentan en este Informe toman en cuenta que los incrementos mayores a los previstos que se han observado en los precios de los energéticos, principalmente de la gasolina y del gas L.P., en un entorno en el que la inflación no subyacente ya se encontraba en niveles elevados, afectarán la trayectoria de la inflación general anual esperada durante 2019, si bien se estima que su efecto sea transitorio”, expuso Banxico en su informe.
Podría ser que Banxico buscará en 2021 moderar el circulante con un billete de más alta denominación, poco accesible para las compras del consumidor minorista y podría contener el gasto de las familias en alguna forma.
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Rasche y Williams en su libro “The Effectiveness of Monetary Policy” (2005), nos recuerdan que la política monetaria sigue interpretándose como “la acción de influenciar alguna medida del stock de dinero”.
Sin embargo, el lanzamiento de un billete de alta denominación no implica una medida que prediga una catástrofe financiera y tampoco avista un incremento inflacionario. La propuesta de Banxico no implica incrementar la cantidad de dinero en circulación, sino modificar la emisión y sus denominaciones.
Se debe reconocer que la inflación ha devaluado un billete de mil pesos adquirido en 2004, a un poder adquisitivo de 230 pesos, y si bien Banxico debe enfocarse en mantener la tasa de inflación en su nivel objetivo del 3.0 +/- 1 punto porcentual, su estrategia de política monetaria implica el manejo de las tasa de interés, emisión de bonos y otros instrumentos de política monetaria.
Así pues, tener un “billete grande” no es tan malo. Entre los beneficios del billete de 2 mil pesos estaría la agilización de procesos bancarios y transacciones, además de una mayor fluidez del circulante en una época en la que las compras en efectivo implican el gasto de mayores cantidades de billetes.
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Habrá que esperar al 2020 para ver las condiciones inflacionarias de la economía mexicana, cómo es que los mercados han recibido los primeros años de gestión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y el final, final, de la larga historia de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, para revisar si la medida de un billete de 2000 pesos es o no augurio de recesión.
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