El pasado 31 de agosto en algunos de los noticieros nocturnos de la televisión hicieron una pausa para notificar que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) en sesión pública estaba tomando una decisión sobre la multa que el Instituto Nacional Electoral (INE) había impuesto al partido MORENA, por la creación de un fideicomiso para la ayuda de los damnificados del sismo de septiembre de 2017. Cuando concluyó la nota periodística se habían emitido tres votos de los magistrados para revocar dicha multa y ninguno establecía la necesidad de mantener la multa que se había establecido. El lunes nos enteramos que por unanimidad la sanción había quedado sin efecto. Al parecer, el Tribunal no fue al fondo del asunto sino que estableció que el INE no había explorado suficiente al no darles a algunos de los implicados el derecho de réplica ni haber investigado con profundidad si había fondos públicos. Como el Tribunal es la más alta instancia, el caso ha quedado plenamente terminado habiéndose revocado de manera definitiva la sanción económica. Es decir, que el Tribunal examinó la forma del asunto sin emitir un juicio sobre el fondo de la, hasta entonces posible, irregularidad. Nos vamos a quedar con la duda de si el fideicomiso, fundado por miembros de MORENA, formó parte o no de la estrategia electoral del partido. Si la entrega de los recursos les atrajo votos o no (que, dados los resultados, quizá no hubiera necesitado de todas formas); para el futuro queda la duda si los partidos pueden establecer estrategias parecidas como parte de su dinámica electoral.
Pero no es esto, siendo muy importante, la motivación de mi escrito de hoy, escribo por otra razón que se evidenció, a través de la televisión, mientras se desarrollaba la sesión.
Mientras la magistrada Mónica Aralí Soto hacía uso de la voz -suponemos por lo que vimos, ya que el video no tenía audio-, el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón se mantenía inquieto, primero leyendo algunos documentos, pero súbitamente tomó su teléfono celular y utilizándolo de una forma habilísima, como si fuese el millenial más experimentado, lo colocó sobre las palmas de sus manos y empezó a escribir muy rápidamente con los dos pulgares, y durante todo el video él permanece escribiendo. Por cierto, el magistrado ponente era Reyes Rodríguez, pero mientras su compañera comentaba o discutía, él escribía en su teléfono. De manera muy bien intencionada podríamos suponer que tomaba notas sobre la discusión de la magistrada, pero también podríamos conjeturar que el magistrado ponente estaba haciendo caso omiso de lo que se hablaba, comunicándose a través de su dispositivo electrónico.
Es cierto que se ha vuelto una costumbre, a todos los niveles y en muchas situaciones, utilizar el teléfono celular mientras se hacen otras actividades y que, quizá, existan algunas personas que puedan realizar más de una actividad al mismo tiempo, desde luego, ya quedó claro que no se puede conducir un auto y hablar por teléfono y mucho menos escribir a través de éste, pero no es lo más frecuente y constituye un privilegio.
El TEPJF es la más alta instancia juzgadora de los conflictos electorales, que ya desde hace muchos años constituyen un gran pendiente de la sociedad mexicana. Creo que se esté o no de acuerdo con todas las decisiones efectuadas, ha tenido, tiene y, ojalá, siga teniendo, un papel de certidumbre que le hace bien a la política, a los políticos, a los procesos electorales, pero, sobre todo, a la sociedad. Debe conservar siempre las formas para parecer, como lo ha hecho hasta ahora, un tribunal con la más alta seriedad y solidez. El hecho de que durante una sesión pública, que ya se sabe es filmada, uno de los magistrados se dedique a escribir en el teléfono, siempre -sólo en mi opinión-, le resta contundencia.
Reyes Rodríguez Mondragón es un abogado con un currículum sólido, envidiable, que denota una sólida formación, pero que además tiene un desarrollo académico muy amplio, que ha hecho diversas publicaciones, algunas muy importantes, y tiene un desempeño muy serio en el ámbito del derecho electoral; pero que chatee durante las sesiones públicas de discusión es una falta de respeto a sus compañeros magistrados, al tribunal del que forma parte y a la sociedad en general.
Mucho me extraña que no se hayan hecho comentarios al respecto, pero como yo soy un premillenial lo resalto, creo que las formas son fundamentales, especialmente cuando se tratan asuntos de tal envergadura.
Referencias:
https://noticieros.televisa.com/videos/en-punto-programa-31-agosto-2018/
Si Dr Ramiro cada vez es más costumbre, no importando la edad, que la gente frente a uno no suelte el teléfono y si es una gran falta de respeto.
Muchas gracias y saludos
Doctor trata dos temas de interés general: uno es la multa al partido MORENA, al que el Tribunal del Poder Judicial de la Federación, se la revocó, al respecto existen pruebas con las cuales es posible constatar el destino de esos recursos, además de que las personas que se encontraban o encuentran al frente del Fideicomiso, son de gran reputación y honorabilidad, no así sucedió con “los amigos de Fox ”
El otro que destaca UD es la actitud del magistrado Reyes Rodríguez Mondragon, que faltó al respeto desde al Tribunal, que como usted aclara “es la más alta instancia juzgadora de los conflictos electorales” hasta la sociedad en general, es de lamentar su total falta de educación, responsabilidad e interés en el desempeño de sus funciones.
Una pena realmente Doctor. Parece que la actividad en redes sociales es mas importante que el trabajo propio.
Una falta de respeto completamente.