Esta es la mejor manera de que tus ordenes no se tomen a mal

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En algún punto, cuando te conviertes en jefe, tantas tareas por realizar se pueden convertir en un agobio si intentas manejar todo tu solo, por ello es necesario delegar responsabilidades, que se podrían tomar en ordenes cuando quizá no quieres que suenen así.

Ciudad de México .- Para evitar que pase lo anterior, debes tener una buena relación con tus subordinados, la cual tendría que basarse en la confianza y claridad.

Antes que nada es necesario conocer a tu equipo y saber si tienen las capacidades necesarias para saber que podrán encarar las acciones necesarias de acuerdo a los objetivos planteados. “La confianza se gana, se construye a base de hechos”, señala Entrepreneur.

La claridad también es determinante al delegar, porque cualquier comunicación confusa genera un resultado igual en forma proporcional. Esto significa que, si hay aspectos en quien delega que son débiles y mal definidos, es muy poco probable que se alcance el objetivo.

Al respecto, el medio especializado en negocios, sugiere los siguientes tips para que tus ordenes no sean tomadas tan mal por tus empleados.

1. Define los objetivos

En primer lugar, debes definir claramente los objetivos que deseas alcanzar. La mayoría del tiempo los líderes dan órdenes para que se hagan determinadas tareas, sin fijarse objetivos medibles y posibles de cumplir en el tiempo asignado. Si tiene claridad en este aspecto, ha avanzado un cincuenta por ciento hacia el éxito.

2. Ten un propósito

La siguiente etapa consiste en explicar el propósito. Algo tan sencillo como esto, significa detallar por qué es importante lo que está delegando. Convoca a las personas apropiadas, tome el tiempo necesario para ofrecer la información necesaria para desarrollar las tareas. Aquí, como en la vida, el propósito es lo que le da sentido a lo que hacemos. Por lo tanto, una delegación sin propósito es como vivir sin rumbo.

3. Establece un metódo de seguimiento

Fijando dos o tres etapas intermedias, de acuerdo a la forma en que ambas partes supervisarán la ejecución de las tareas. Luego, deje el proceso sin interferencias. Es muy probable que se sorprenda con caminos alternativos que descubren los colaboradores y que a usted no se le habían ocurrido. El seguimiento tiene un doble propósito: ir ganando confianza de ambas partes, y, a su vez, poder sugerir correcciones y mejoras antes del momento final. De esta forma, evitará las sorpresas.

 

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