A principios de este año el telescopio espacial Hubble, gracias al efecto del lente gravitacional, logró captar una imagen detallada de SPT0615-JD, la galaxia más distante que hasta ahora conocemos y que es tan antigua como el universo.
No es sencillo descubrir objetos remotos porque la intensidad de la luz disminuye con la distancia. Además, en el caso de las galaxias, que son conglomerados de miles de millones de estrellas, las más alejadas son distintas a las más cercanas, poseen menos estrellas y por lo tanto son menos brillantes, lo cual dificulta su observación.
La luz de los astros tarda cierto tiempo en llegar desde donde están hasta la Tierra, entre más lejos se encuentren, les toma más tiempo, no sólo por la distancia sino porque el universo se está expandiendo de manera acelerada. La consecuencia es que vemos a los astros no como son, sino como fueron. La radiación de las galaxias espirales cercanas toma millones de años en llegar, en cambio de las más lejanas tarda miles de millones de años. Es decir, en astronomía siempre se observa el pasado.
Ver lo que fue tiene una ventaja; si observamos galaxias semejantes, cada vez más alejadas, podemos observar su evolución. Desde cómo son ahora, cómo es nuestra galaxia y sus vecinas, hasta cómo fueron hace cientos o miles de millones de años.
Dado que la luz que recibimos de las galaxias más remotas es tan débil, se utiliza la técnica de lentes gravitacionales para observarlas. Cuando está en nuestra línea de visión un hoyo negro súper masivo, como los que están en los centros de las galaxias, y detrás de éste se halla una galaxia lejana, la atracción gravitacional del hoyo negro pliega la luz de la galaxia lejana como si fuera una lente y la concentra, aumentando su brillo. Así que la podemos ver a pesar de su enorme distancia.
Las lentes gravitacionales suelen deformar las imágenes, sin embargo, la calidad de la luz, su gama de colores, y su espectro, nos permite conocer las condiciones físicas del cuerpo emisor, por ejemplo, en este caso el tipo de estrellas que forman la galaxia lejana.
Se ha descubierto que esta galaxia tan lejana, SPT0615-JD, se formó hace 13,300 millones de años, y el cosmos inició su expansión hace 13,800 millones de años. Por medio del telescopio Hubble también se ha podido ver que es mucho menor que nuestra Vía Láctea, ya que a lo largo de su evolución las galaxias se fusionan. Por ejemplo, la Vía Láctea ha absorbido varias galaxias y dentro de miles de millones de años se fusionará con Andrómeda. Las estrellas de la galaxia más remota están compuestas de hidrógeno y helio, a diferencia de las estrellas cercanas como el Sol, que poseen el resto de los elementos químicos, los cuales fabrican las estrellas durante su evolución y arrojan al espacio cuando mueren.
La información detallada de SPT0615-JD se obtuvo gracias a 900 horas de exposición con el telescopio espacial Spitzer y 100 horas con el Hubble. Lo que es fantástico es que si hubiese una civilización similar a la nuestra en SPT0615-JD, nos verían a nosotros como nosotros los vemos a ellos porque nuestra radiación también le tomaría 13,300 millones de años en llegar hasta allá. Verían una galaxia en formación, y es posible que ellos ahora habiten en una hermosa galaxia espiral.