Estos días finales de marzo y principios de abril en la Ciudad de México son particularmente luminosos, sobre todo a media mañana y a media tarde son especialmente brillantes. Estos días radiantes y refulgentes se ven contrastados, quizá resaltados, por la floración de las jacarandas. El bellísimo árbol durante estos meses de repente florece, de manera súbita aparecen en sus copas múltiples flores de color entre lila y nazareno, aunque lo más propio es llamarlo “color jacaranda”. El paisaje se embellece aún más porque al caer llenan el suelo del mismo color, algunos árboles siguen floreciendo hasta mayo. Octavio Paz en algún poema llamó a la aparición de las flores de las jacarandas: fuegos de artificio.
La jacaranda se encuentra tan extendida en nuestra ciudad y en otras del altiplano que muchos podríamos creer que es un árbol nativo, se encuentra perfectamente adaptado, no ocasiona conflictos con otras especies y la mayor parte del año pasa desapercibido hasta que florece nuevamente. No es nativa de México y hace menos de 100 años que se encuentra extendida entre nosotros. Pascual Ortiz Rubio durante su periodo de gobierno decidió pedir al Imperio Japonés el regalo de cerezos, tal como lo había hecho antes (en 1912) a Washington, ya para entonces la floración del árbol japonés en la capital americana empezaba a ser famoso. Los japoneses decidieron consultar primero la conveniencia de hacerlo, por las posibilidades de éxito; se consultó a un jardinero que ya tenía varios años en México y había obtenido gran prestigio. Tatsugoro Matsumoto, desaconsejó plantar los cerezos porque para florecer requieren un cambio brusco de temperatura del invierno a la primavera –cosa que no sucede en la Ciudad de México– recomendó que fueran plantadas jacarandas, que él ya había empezado a cultivar en los viveros que tenía en la ex Hacienda de Temixco y en lo que ahora es la Unidad Independencia. Afortunadamente fue atendida su opinión y se iniciaron los trabajos, pocos años después se empezaron a ver los resultados que al final han sido un éxito total. Matsumoto llegó a México en 1896 y rápidamente adquirió prestigio por sus amplios conocimientos y experiencia, fundó una dinastía de jardineros y floricultores que se extiende hasta la fecha, probablemente mucho tuvo que ver en la corriente de Arquitectura del paisaje que ahora se desarrolla en México como licenciatura e incluso posgrado en varias universidades y en la que, por cierto, destacan muchos descendientes de japoneses. Antes de llegar a México había hecho un periplo sudamericano, en Brasil y Paraguay conoció a las jacarandas, pues además del gusto para percibir su belleza se percató de sus necesidades y adaptabilidad, y ya en México descubrió las posibilidades de que se adaptara.
No sucedió lo mismo con los eucaliptos. Miguel Ángel de Quevedo fue un muy destacado y prestigiado ingeniero, había estudiado en Francia donde también realizó estudios de posgrado, además de realizar diversas obras civiles –que era el área de su formación específica– fue un personaje fundamental del desarrollo forestal. Sus tareas se desarrollaron durante un largo periodo desde la parte final del porfiriato y el gobierno de Francisco I. Madero; durante la época huertista se exilió y regresó a Francia, posteriormente regresó a México continuando su tarea. Una de sus acciones forestales fundamentales fue la importación de eucaliptos y su siembra en amplias zonas de nuestro país especialmente en el Valle de México. Hay que comentar que en Francia, Reino Unido y España se estaba realizando para aprovechar rápido crecimiento y combatir la desforestación y sobre todo los deslaves, los tres países dieron marcha atrás unos años después al percatarse de las consecuencias de la siembra del árbol de origen australiano, que si bien se adapta prácticamente a casi todos los medios y crece de manera acelerada, presenta un inconveniente fundamental: tiene una vida corta y al final de la misma, su derrumbe puede ser catastrófico, pero primordialmente, impide el crecimiento de otras especies de árbol e incluso de arbustos a su alrededor. Los tres países europeos que comentamos derrumbaron los eucaliptos y lo sustituyeron por árboles locales; el último espacio del que se hizo desaparecer fue del Parque de Doñana, en España –que actualmente es Patrimonio de la Humanidad– en 1969 cuando se estableció formalmente, tuvo sus mayores dificultades en luchar contra los sembradíos de arroz y conseguir el derrumbe de eucaliptos, que fue en su momento ampliamente criticado. Finalmente para conseguir lo que actualmente existe, hubo que suprimir la siembra de arroz y talar miles de eucaliptos que habían sido sembrados sin orden ni concierto.
Con las jacarandas y los eucaliptos tenemos una de cal y una de arena en la importación y siembra de especies forestales, quizá la opinión de un verdadero experto sea la diferencia.
Uno de los planes que contempla la Cuarta Transformación es la siembra de árboles en el sureste para combatir la deforestación, nos han dicho que sembrarán especies frutales y maderables, pero no han dicho cuáles. Espero que la visión para la elección de los árboles, tenga una visión holística, quizá con un predominio ecológico.
Lecturas recomendadas:
https://www.azc.uam.mx/instancias/verde/euca.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_%C3%81ngel_de_Quevedo
https://rotativo.com.mx/turismo/581716-tatsugoro-matsumoto-la-magia-las-jacarandas-mexico/
Preciosa la descripción de las jacarandas Dr. mil gracias a soñar con ellas
Doctor Ramiro como siempre agradezco que sus grandes conocimientos los comparta.
Ignoraba la historia de las hermosas jacarandas que embellecen los lugares en donde se encuentran. Mis papás sembraron una jacaranda enfrente de su casa, pero las raíces crecieron tanto que llegaron al patio trasero de la casa vecina, por esta razón le pidieron a mis papás que lo quitaran, se batalló mucho para el permiso, pero se logró, con gran pesar de mi familia.
Respecto a los eucaliptos si representan un serio problema.
Muy poética la descripción de las jacarandas, realmente son árboles muy hermosos, mi colonia esta llena de estos árboles y en las mañanas antes que pasen barriendo me gusta caminar por la slfombra de flores. Fue una atinada decisión plantarlos en Mexico, pero se busco la asesoría de un experto, y en eso radica el éxito, espero que tambien se apoyen en los excelentes botánicos y estudiosos de la zona, que son muchos, y realmente se haga un buen trabajo en el sureste, seria una lástima lo contrario. Aunque visto lo visto el actual gobierno no recurre a los expertos nacionales y contrata empresas extranjeras que a su vez tendran que contratar a esos expertos nacionales para que realicen los estudios ambientales para los proyectos de desarrolo propuestos. Esperemos que todo salga bien porque no habra 4T sin proteccion y conservacion de los recursos naturales y el medio ambiente.
Me gusto mucho leer de algo tan hermoso y tan nuevo para mi aprendí mucho. Sofía Scholar