Supongamos que existiera la siguiente ley: “Cuando un hombre sea violado se le entregará a un bebé, de preferencia que se parezca al violador, para que lo cuide, eduque y ame como propio, al menos hasta que llegue a la mayoría de edad. En caso de que la criatura tenga una enfermedad genética grave, retraso mental o malformación, lo tendrá que atender durante toda su vida”. Seguramente nos parecería un ley injusta, me imagino que en particular a los hombres.
Pues precisamente eso sienten las mujeres que tienen un embarazo no deseado y se les prohíbe abortar; consideran que se les impone una ley injusta. Comprendo que sólo una fracción minúsculas de las mujeres que desean abortar son violadas; por desgracia, para las niñas con frecuencia por parientes cercanos. Sin embargo, no hay cómo poner un ejemplo extremo para comprender una situación.
En términos generales, no es fácil decidirse a poner término a un embarazo; porque se sabe que si una mujer tiene condiciones adecuadas y decide tener al bebé que surgió de un “descuido”, éste puede resultar una fuente de alegría. Pero, por el contrario, no debe imponérsele a una mujer ocuparse de un niño que no desea, cualesquiera que sean sus razones, es un asunto personal y respetable.
He discutido con personas sobre el aborto y en general me dicen que siempre está la opción de dar al bebé no deseado en adopción. No obstante, entregar a un hijo propio, con la carga maternal que esto implica y en una sociedad donde la trata de personas es común, desde luego que no es cosa sencilla. ¿Entregaríamos a nuestro bebé recién nacido sabiendo que se le podría utilizar como donador de órganos?¿O que cuando crezca un poco sea empleado para pornografía infantil?
Terminar con un embarazo no deseado debe ser un derecho de las mujeres. Por fortuna ahora será más sencillo decidir. Existen dos medicamentos que tomados juntos producen un aborto: mifepristone y misoprostol. Éste debe ser supervisado minuciosamente por un ginecólogo, puede ser a distancia (Skype, FaceTime).
¿Qué podemos hacer para evitar embarazos? Educar y distribuir anticonceptivos.
En mi opinión, en las secundarias deberían impartirse cursos de sexualidad para las madres de familia, con la finalidad de que cuiden a sus hijas. Además, allí deberían entregarse anticonceptivos a los alumnos como previo entrenamiento. Menciono en particular las secundarias para evitar que continúe la epidemia de embarazos juveniles; aunque considero que en todas las escuelas a partir de la edad fértil de las niñas deberían distribuirse anticonceptivos de manera gratuita y sencilla.
