Nancy Pelosi y Kirstjen Nielsen, mujeres del poder

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La geopolítica no distingue géneros, sólo le atañen los intereses. Y hoy, los intereses de dos mujeres están en el eje de la superpotencia. Una es la demócrata Nancy Pelosi, de quien se diría que está en su mejor momento, tras ser reconocida apenas el domingo como la mujer más importante en la historia política de su país. La fundación de la Biblioteca John F. Kennedy le otorgaba el Premio Profile in Courage (Perfil del valor) a la primera italo-estadounidense en presidir la Cámara de Representantes.

La californiana ha sido una excepción en la política estadounidense. Debutaba en la escena parlamentaria a los 47 años, al obtener un escaño en la Cámara Baja por San Francisco. Otro rasgo que la prensa prácticamente no destaca, es su gran experiencia en materia de inteligencia. Pelosi ha sido la demócrata de mayor rango en el Comité de Inteligencia en ese órgano legislativo.

En 2007 Pelosi personalizaba el rechazo demócrata al plan de George Walker Bush, de aumentar el nivel de tropas en Irak. La legisladora y el líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, enviaban al presidente este mensaje el 5 de enero: “No hay solución militar en Irak. Sólo una solución política. Añadir tropas sólo expondrá más a los estadounidenses y reducirá a nuestras tropas a un punto de quiebre por ninguna ganancia estratégica”.

Para México, Nancy Pelosi es una figura de importancia estratégica. De las prioridades en su agenda legislativa depende la ratificación del nuevo T-MEC. También, es clave en el asunto migratorio.

Cabeza de vaca y Nancy Pelosi.
Cabeza de vaca y Nancy Pelosi abrazados.

Ese 7 de abril, cuando Pelosi era agasajada por sus adeptos demócratas, la Casa Blanca anunciaba la renuncia de nuestro segundo personaje: la secretaria de Seguridad Nacional (DHS), Kirstjen Nielsen. Su salida del Gabinete no sorprende, dados las reprensiones que recibía del presidente estadounidense y que eran del dominio público. De ahí que su salida fuese “inevitable” escribe Jonathan Blitzer en The Newyorker.

Algunos atribuyen ese ensañamiento a la “falta de química” entre Trump y Nielsen. Lo cierto y comprobable es que el magnate-presidente no es dado a trabajar con mujeres. Aún así, el magnate le confió la misión de blindar a la superpotencia de la inmigración indocumentada, a coste de separar familias. Sin embargo, la funcionaria no convenció a Trump de abordar la cuestión migratoria con visión profesional.

Nielsen no es improvisada en seguridad interior. Experta en ciberseguridad y gestión de desastres, graduada en Derecho por la Universidad de Virginia y en Servicio Exterior por la Universidad de Georgetown.

Su carta de servicios es sorprendente; en 2004 ya trabajaba en la Administración de Transporte y Seguridad (dependiente del DHS) y fundaba una consultoría de gestión de riesgos. Con Donald Trump sería jefa adjunta del gabinete y en octubre de 2017, se convertía en la tercera persona en dirigir el DHS en la presidencia del magnate, luego de que su mentor, el general John Kelly, dejase el cargo y tras el interinato de Elaine Duke.

Kirstjen Nielsen
Kirstjen Nielsen.

Al asumir el cargo, en el DHS ya operaba la agresiva política anti-inmigrante de Trump. Regía el veto migratorio contra nacionales de países con población de mayoría musulmana y se limitaba el asilo en general. Para Trump, Nielsen era el boleto para mantener a su electorado, de ahí que la convirtiese en abanderada de su durísima política de separar a menores de sus familiares inmigrantes indocumentados, detenidos por ingresar al país.

En sus reprimendas a Nielsen, el presidente le insistía detener “como fuese y al costo que fuese”, el ingreso de inmigrantes por la frontera con México. Le exigía más dureza contra indocumentados –aún a costa de las crecientes críticas y denuncias de defensores de derechos humanos‒. En mayo de 2018 la secretaria amenazó renunciar luego de ser humillada por Trump en una reunión de gabinete.

Para los analistas, el legado de Nielsen será precisamente el llanto de esos menores al momento de ser arrancados de sus padres para ser confinados en centros de detención de inmigrantes. Hace tiempo que esta mujer rigurosa, dedicada y oficiosa, concentraría las denuncias, críticas y ofensas dirigidas contra la política anti-inmigrante de su jefe.

Caravana a EU.
Hondureños en la caravana de migrantes, rumbo a Estados Unidos.

The New York Times la bautizaría como “la enfermera Ratchet”, en recuerdo del rígido personaje de la célebre película One Flew Over the Cuckoo’s Nest. Para otros medios era Joseph Ratzinger (el cardenal que sería el papa Benedicto CVI).

En 2018 todo actuaría en su contra. Aumentaba el número de migrantes centroamericanos en la frontera y cada mes eran arrestados miles de ellos. Trump la acusaba: “¿Por qué no tienes soluciones?”. El pasado 13 de julio, Nielsen con el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, se reunían en México con el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

Hoy queda en lugar de la secretaria un veterano de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, Kevin McAleenan, hawaiano nacido en 1971 que respalda el discurso contra la inmigración de Trump. Cabe preguntar si al término de su gestión, ¿también le saltarán al cuello como a Nielsen?

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marisol

Gracias, Nydia Egremy, por otro incomparable artículo. Aunque yo lo titularía “Mujeres en poder del… (Imperialismo)”. La Sra. Pelosi hace tiempo fue comprada por el sionismo (me lo dijo una fuente plenamente confiable, corresponsal de guerra desde que lo destinaron a Honduras cuando el triunfo sandinista, y que ha informado desde el mundo entero). Es por ello, conclusión mía, que no hará nada en contra del fascista Trump, mucho menos pedir para él el Impeachment o juicio político para destituirlo, aunque medio Estados Unidos se da cuenta de su talante, repito, fascista y contrario a los Derechos Humanos en su totalidad. En la Cámara de Diputados se aprobó hoy 11 de abril el dictamen de Reforma Laboral y sólo falta su votación por el Senado, sin tomar en cuenta, parece, la exigencia expresada por Pelosi de que los trabajadores mexicanos deben tener salarios competitivos. En cuanto a la Sra. Nielsen, qué pena, tanto trabajo para convertirse en un robot deshumanizado y deshumanizador, y que sus esfuerzos totalmente contrarios a los DDHH de los migrantes no fueran suficientes para Trump. Hay que anotar que la separación de familias migrantes no es nueva, se empezó a practicar ya en el gobierno de Obama. También la deportación indiscriminada, que aprovecharon sus adversarios para ponerle el nombre de “deporter-in-chief”. Muchos saludos a usted, Nydia, siga por favor su excelente labor periodística y de investigación. Gracias.

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