ÉRASE UNA VEZ en Paris, Texas, no el glamoroso París, Francia; sólo Estados Unidos, donde se centra la historia de un hombre que aparentemente no recuerda nada de su pasado, y es hallado sin identidad en medio del desierto texano. Cuando es identificado como Travis, por su hermano, éste lo lleva a Los Ángeles, California con su esposa, quien vive con el hijo de Travis, el cual fue abandonado por su mamá y posteriormente por Travis.
Ése es el guión de la película de Wim Wenders, cineasta alemán, estelarizada por Nastassja Kinsky y Harry Dean Stanton, reconocida con la “Palma de Oro” en el Festival de Cannes de 1984.
En torno a este film, se reunieron los egresados de los posgrados en Comunicación de la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México.
Ante la pregunta, ¿por qué este film? y ¿por qué ahora? José Luis Flores Jara, maestro en Comunicación, responde: “esta película representa una época donde se empezaba a vislumbrar cosas que hoy son plenas. El film siendo europeo, proyecta una ética centrada en el otro y abandona al ‘Yo’ del clima de pre-guerra en referencia a la Segunda Guerra Mundial. Esta película es vigente ahora por la necesidad de volver a darle su lugar al lenguaje oral, desplazado por la imagen como forma de comunicación. Hoy, como entonces, es un momento profundo de revisión ética”.
Claudia Pérez Flores, maestra en Comunicación, comparte sus impresiones al señalar que “es momento de retorno a lo humano. Lo que vives te hace ser quien eres. Hay un juego simbólico entre lo global y lo local, en torno a un juego de palabras alrededor al vocablo «París»”.
Jeffrey Bárcenas, invitado especial y de formación astrófísico, destaca la idealización del ser humano desde una perspectiva alemana. No concibe la ética de la sociedad estadounidense de ese tiempo.
Me llama la atención la impronta de mexicanidad característica del filme, musicalizada con la “Canción Mixteca” y “Las Mañanitas”, que hacen de México un actor permanente de aquella realidad ochentera, que aún no se siente tan lejana.
Sin duda, el drama de la desintegración y la violencia intrafamiliar es el tema central, cómo impacta en la mente y en los sentimientos de los involucrados; cómo el amor destruye y descarrila la vida de las personas.
EN PERSPECTIVA, Paris, Texas es un filme vigente a 35 años después de su creación. A través de largos monólogos nos sensibiliza sobre la complejidad del amor y la mutua comprensión. Cómo el amor mueve montañas, pero también puede colapsarlas. ¿Acaso el amor es la quinta esencia de lo humano? ¿Usted qué piensa?
Interesante la temática del filme Roberto, gracias por la invitación a ver la película desde una perspectiva más analítica
Un placer Don Mario!