Wabi-sabi empresarial

Lectura: 4 minutos

Nada es permanente, nada es perfecto y nada está terminado.
Wabi-sabi (侘・寂).

Nos acostumbramos a entender el concepto de error como una verdadera catástrofe. Lo peor que nos puede pasar es que cualquier cosa que hagamos no salga como originalmente lo planeamos, porque eso ante la sociedad, la familia, los amigos, e incluso los seguidores en nuestras redes sociales, representa el fracaso. Equivocarnos al elegir pareja, al truncar un sueño, al desperdiciar oportunidades, son temores que evidencian ante el mundo nuestra incapacidad de ser exitosos, nuestra falta de ambición o nuestra poca capacidad de prosperar.

En Japón, una de las potencias económicas mundiales, existe un grado de excelencia milimétrica. Mantienen el orden, la ecuanimidad en cualquier circunstancia y valores que marcan la diferencia en campos. Pero hasta ellos aceptan el error como parte de una constante en esta vida, y a ésta la han llamado el efecto wabi-sabi, un término que se originó en el taoísmo durante la dinastía Song en China (960 -1279) y luego se transmitió al budismo zen.

Wabi, quiere decir “la elegante belleza de la humilde simplicidad”, y sabi, significa “el paso del tiempo y el subsiguiente deterioro”, así, se forma un sentido único de percepción ante las cosas que tenemos. Lily Crossley-Baxter, una blogger de la BBC Travel, lo define con la anécdota que vivió durante uno de sus viajes a Japón, cuando estaba ante un maestro alfarero, intentando hacer una taza con bordes que no eran del todo perfectos: “me dijo que dejara la taza así, pero no puedo decir que comprendiera sus motivos”.

“Tiene wabi-sabi”, dijo el alfarero sonriendo, mientras llevaba la taza de barro al horno.[1]

Wabi-sabi es el concepto que busca la belleza dentro de las imperfecciones de la vida y que acepta pacíficamente el ciclo natural de crecimiento y decadencia de todo ser viviente u objeto. Es un tipo de estética japonesa que se podría resumir como sencillez y tranquilidad”.[2]

Wabi-sabi.
Fotografía: Emma Krafft.

Apreciar algo considerado como wabi-sabi logra tres cosas según el profesor Tanehisa Otabe, del Instituto de Estética de la Universidad de Tokio: una conciencia de las fuerzas naturales involucradas en la creación de la pieza; una aceptación del poder de la naturaleza y un abandono del dualismo, la creencia de que estamos separados de nuestro entorno. Estas experiencias permiten vernos a nosotros mismos como parte de un mundo natural, que no está separado por la sociedad, ni por sus construcciones ya que estamos a merced del paso natural del tiempo. “En lugar de ver las abolladuras o las formas desiguales como errores, éstas se ven como una creación de la naturaleza, como el musgo que crece en una pared o un árbol que se curva con el viento”.

Esta manera de ver la vida en Japón ha marcado diversos aspectos de su cultura. No sólo en las obras de arte podemos encontrar wabi-sabi, también en la gastronomía, en la arquitectura, en todo lo relacionado con el urbanismo, ante ciertas circunstancias como la soledad, la melancolía, etc. Nos invita a disfrutar la vida y a ser felices, sin importar que nuestras obras sean perfectas o completas, porque no seremos eternos e incluso el tiempo las deteriorará.

Wabi-sabi en los negocios

Como líderes de una empresa, aceptar los fallos dentro de nuestro trabajo puede ser costoso. No sólo económicamente, también deja lecciones que pueden o no afectarnos a futuro. Esa actitud podría dejarnos mal parados ante nuestros competidores o con los mismos colaboradores, pero si lo tomamos con sabiduría, podemos levantarnos más fuertes, más sabios y seguros de que nuestro paso por la vida requiere el coraje para ser felices. Pero, si aún no sabes por dónde empezar, te dejo estas ideas sencillas para poner en práctica:

  1. Detente un momento y siente lo que estás viviendo. No sólo emocionalmente, admira lo que hay a tu alrededor, saborea tu comida y sé consciente de dónde estás parad@.[3]
  2. Aprende a respirar. Más allá de una simple acción natural de los seres humanos, respira tomando en cuenta todo lo que esta acción implica. Siente cómo entra el aire y cómo puede ayudarte a relajarte.
  3. Ve lo positivo. Aunque suene muy idealista, ver el lado bueno de las cosas siempre ayudará a mantener una actitud diferente a la que la mayoría de la gente está acostumbrada.
  4. No te quejes. Hay situaciones que escapan y escaparán de nuestras manos, aunque seamos los más poderosos, los más fuertes, o los más listos. Siempre habrá algo que salga mal, pero hay que verlo como lección.
  5. Acepta tu vida. No pocas veces me he encontrado con personas que preferirían estar en un lugar mejor, por lo cual se frustran; acepta que estás en el mejor lugar donde podrías estar.
Empresario.
Fotografía: Supercurioso.

De esta manera entendí que no todo lo que está en nuestra obra debe ser perfecto. Esos bordes, esas malas experiencias que solemos ocultar ante la sociedad, forma parte de nuestra propia obra, así que es momento de aceptarla como una parte inherente de nuestro camino. Por eso no te preocupes por el error que cometiste antes o que cometerás en el futuro. Mejor ve la vida como es: simple, con defectos perfectos y acepta todo tal y como se presenta.

Notas:
[1] “¿Qué es wabi-sabi, la particular manera japonesa de ver el mundo y de entender la imperfección como belleza?”. Lily Crossley-Baxter para BBC Travel.
[2] Espai Wabi-sabi. Escuela y espacio de difusión de la cultura japonesa.
[3]Wabi-Sabi, el secreto japonés de la felicidad”. Ricardo Segura, EFE Reportajes para El Tiempo.
0 0 votos
Calificación del artículo
Subscribir
Notificar a
guest
0 Comentarios
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
0
Danos tu opinión.x