En los últimos meses hemos descubierto que el gobierno de la 4T plantea hacer un cambio, al parecer radical en nuestro sistema de salud, también nos hemos enterando a través de declaraciones de funcionarios –por cierto–, primordialmente dichas por el Dr. Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud, quien se ha convertido prácticamente en el vocero. Sin embargo, de la lista, excepcionalmente habla el Secretario, el Dr. Jorge Alcocer, menos aún la Subsecretaria, la Dra. Asa Cristina Laurell, tampoco hemos escuchado al Dr. Mauricio Hernández, Director de Prestaciones Económicas del IMSS ni al Dr. Víctor Hugo Borja, Director de Prestaciones Médicas del mismo IMSS –ambos expertos reconocidos en Sistemas de Salud–, menos aún hemos oído al Director Médico del ISSSTE, el Dr. Ramiro López Elizalde. En un esquema en que todos los planes de gobierno rondan la Conferencia Mañanera del Presidente, y las pocas declaraciones de sus colaboradores, esto debe tener un significado. Hay que hacer notar que las declaraciones del Dr. López-Gatell son siempre en el sentido de ahorros en las compras, justificaciones a las carencias y ataques al sistema anterior. Se ha mencionado insistentemente en la desmantelación del programa del Seguro Popular. En principio se intentó que el IMSS atendiera el primer nivel de todo el sistema, con un cambio en el nombre de su rama, que atiende a no derechohabientes que se llama ahora IMSS Bienestar, pero ante las dificultades o el análisis que desembocó en la imposibilidad para hacerlo de esa manera, no se ha vuelto a mencionar. El día de hoy se convoca a un foro en la Cámara de Diputados, en donde participarán funcionarios y expertos, y quizás nos enteremos en qué consiste el nuevo plan y cómo funcionará y, sobre todo, cómo se organizará y financiará.
Creo que fundamentalmente hay que establecer que el presupuesto en Salud no es un gasto, si no una inversión, lo mismo que sucede con la Educación, con el dedicado a las Infraestructuras que generan resultados que mejoran o mejorarán las condiciones de vida de la población.
Hace unos días, realizando algunos comentarios acerca de estos temas con un amigo experto médico, administrador, profesor y pensador en medicina, me dijo que el gasto en Salud no era suficiente para obtener buenos resultados; después de revisar algunos datos –que a continuación les mostraré– pienso que, puede que no sea suficiente, pero sí indispensable.
La meta (promesa) del actual gobierno es tener un sistema de salud de acceso libre y universal, gratuito y de la calidad y eficiencia similar a la de los sistemas de Noruega, Suecia, Reino Unido o Canadá. He revisado los presupuestos en Salud de estos países y los resultados que han ido obteniendo comparados con los de México; he agregado los datos de España y Francia, que tienen un exitoso sistema de cobertura total; también de India que tiene enormes problemas; Honduras y Bolivia, que tienen similitudes socioculturales con nosotros; Estados Unidos, porque de manera general, se ha considerado como el mejor o uno de los mejores sistemas y; finalmente, Cuba, por las similitudes y el rumor (sólo rumor) que ha corrido acerca de traer personal cubano para reforzar al sistema mexicano. Revisamos la mortalidad materna, la mortalidad infantil, y la esperanza de vida, que tradicionalmente han sido los indicadores que miden la eficiencia de un sistema de salud. Al final haré algunas consideraciones sobre la mortalidad por infarto del miocardio que quizá se vaya convirtiendo en un nuevo marcador de eficiencia.
Tradicionalmente se ha observado el porcentaje del PIB invertido en Salud como la medida más confiable de la participación de un Estado en los diversos aspectos sanitarios y de la salud, sin embargo, posiblemente pueda dar una idea más exacta el gasto per cápita, que iguala los datos entre países y permite comparaciones más detalladas. En las tablas que muestro, si comparamos éste gasto en Noruega, Canadá o Suecia vemos que las diferencias con México son muy notables, mientras Noruega invierte más de 6,000 euros por habitante, Suecia 4,773 y Canadá 2,938, en México se destinan 236 euros por persona. Otro indicador muy importante es el número de camas por cada 1,000 habitantes y observamos que Canadá cuenta con 2.7, Suecia con 2.5, Noruega con 3.8, el Reino Unido tiene 2.9 y México con 1.5. Debo resaltar el caso de Honduras, que aunque destina el 3.86 de su PIB, apenas alcanza 83 euros per cápita. También hago notar que en México la inversión ha ido creciendo y que si bien en 1999 era 116 euros por habitante, ahora llega a 236. Destaco también el caso de Cuba, que destina hasta el 10.9 % del PIB que se convierte en 786 euros per cápita, mencionando que para Latinoamérica es muy alta. El intento de mi nota es comparar estas cifras de inversión con los resultados obtenidos, al comparar las cifras de la mortalidad infantil y la mortalidad materna entre los países que invierten más, frente a los que lo hacen notablemente menos, podremos observar diferencias considerables, resaltar que en México –aún con cifras bajas de inversión– se han logrado resultados y que la mortalidad materna, que era de 85 en 2008, en 2015 fue de 38; y la mortalidad infantil que era de 26.19 en el año 2000, en 2017 fue 11.6, cifras ambas aún altas y que no llegan a las planteadas como compromisos internos ni metas internacionales. Pueden compararse las cifras de esperanza de vida al nacer que muestran un paralelismo similar. Incluí el caso de India que siendo el 6° país del mundo por PIB, tiene resultados catastróficos en Salud, probablemente por su muy baja inversión.
Incluí a España, Estados Unidos y Francia, porque, teniendo muy buenos resultados al igual que Noruega, Suecia y Reino Unido, muestran diferencias notables en la efectividad. Mientras Estados Unidos invierte 7,577 euros per cápita, España utiliza 1,617, Francia 3,278, Noruega 6,055 y Suecia 4,773, en los extremos hay diferencias notables cuyas causas debemos observar para conseguir más con menos –un slogan actual, aunque no recientemente inventado–. En España, uno de los países más eficaces, eficientes y efectivos en materia, aunque tiene un único servicio de Seguridad Social, la gestión y ejercicio de la inversión se hace a través de los gobiernos comunitarios, un poco como se hacía aquí, que el Seguro Popular, siendo un fondo central se ejercía estatalmente.
El infarto del miocardio es la causa más frecuente de fallecimiento en la mayoría de los países que tomo como muestra, su tratamiento establece un gran reto para el sistema, porque se establece una batalla contra el tiempo. En cuanto un paciente tiene síntomas, su problema debe ser resuelto antes de que transcurran seis horas, idealmente tres. Los medicamentos (fibrinolíticos) que se recetan, son caros, y más los utensilios (stents) que se usan para restablecer el flujo coronario a través del cateterismo, que requiere de establecimientos hospitalarios complicados y costosos, (la sala de hemodinamia, la unidad de cuidados intensivos coronarios) y se requiere de personal altamente calificado para realizar los procedimientos. Todos distribuidos por el país, puesto que no pueden pasar más de tres a seis horas entre el inicio del problema y el tratamiento. México ocupa el último lugar entre los países de la OCDE para la mortalidad por infarto del miocardio con 28.1, mientras el promedio es de 7.5. En Cuba es 47.9. Desde luego que la prevención es el mejor aliado, pero al final si logramos que los pacientes del 40 y 50 años no tengan infartos, los acabarán teniendo a los 70 y 80 y habrá que tratarlos, puesto que a esas edades se pueden obtener también magníficos resultados.
Tenemos muchas cosas por mejorar, mucho se ha dicho que los fondos para la Salud fueron mal ejercidos, lo que es muy probable y quizá posible –seguramente hay una mejor manera de gastar el dinero, de manera más efectiva y sobre todo honesta–. Nunca se puede estar de acuerdo en la ineficiencia, mucho menos en la deshonestidad y menos con la inversión en Salud. Espero que el nuevo sistema de Bienestar recupere lo recorrido, subsane los errores, pero sobre todo, que tenga funcionarios que alcancen a convencer a sus pares en el gobierno y a la Cámara responsable de la realización de los presupuestos que éstos deben incrementar la inversión en Salud, probablemente hasta llegar al doble de lo destinado actualmente para el final del sexenio. Desde luego que el plan debe ser bueno y el gasto eficaz, efectivo y sin duda honesto.
El dinero no es suficiente para tener un buen sistema de salud pero es un punto de partida indispensable.
Anexos:
Muy bueno. Excelente
Excelente Dr. Ramiro. Definitivamente el aumento en gastos de salud es fundamental para un mejor sistema de salud sin lugar a dudas.
Es un análisis muy completo , pero en los EE UU. Es diferente para las clases sociales bajas hay mucha población sin seguro y su mortalidad es muy alta los modelos de Canadá Noruega Francia y. Suecia y U K son algo que nosotros en los Estados Unidos quisiéramos para todos. Saludos amigo Sofía Scholar MD
Doctor Ramiro como buen médico que es Ud, es importante su análisis comparativo de salud en México respecto a diferentes países.
Es lamentable que la salud y la educación no se hubieran tenido en décadas anteriores como una gran prioridad para el desarrollo y bienestar del pueblo mexicano.
En tan corto tiempo, siete meses, que tiene el nuevo gobierno, no se puede realizar un diagnóstico certero al respecto de la salud al igual que de la educación.
Un trabajo muy grande el que hizo Dr, con datos que no son fáciles de obtener y analizar, en definitiva tiene usted razón en que es necesario aumentar el gasto en salud, el ejemplo que pone del infarto agudo al miocardio es muy ilustrativo puesto que, actualmente, el seguro popular no cubre la enfermedad coronaria en mayores de 65 años… esperemos que este nuevo instituto de salud cumpla la propuesta de eliminar el CAUSES y dar atención a todos los no derechohabientes, pero es fundamental aumentar el gasto en salud y en eficientar tal gasto.
Dr Ramiro, un trabajo titánico el que hizo usted con los datos, que por cierto, no son fáciles de obtener y menos de analizar. definitivamente tiene razón en que hay que incrementar el gasto en salud, el ejemplo del infarto agudo al miocardio es muy ilustrativo puesto que, actualmente, el seguro popular no cubre la enfermedad arterial coronaria en mayores de 65 años… esperemos que el nuevo instituto de salud cumpla la propuesta de eliminar el CAUSES y dar atención a todos los no derechohabientes sin restricciones de atención y tratamiento, para lo cual es fundamental incrementar el gasto en salud y además eficientarlo.
existe una “respuesta” al escrito de los ex secretarios de salud con respecto a la eliminación del seguro popular por parte de la Mta. Ivone Cisneros actual comisionada del seguro popular, creo es un excelente diagnóstico y una alentadora propuesta, veamos si se cristaliza.