Enfrentamientos, edificios incendiados y vacío político es como despierta Bolivia tras noche de caos por renuncia de Evo Morales y golpe de Estado.
Su intención era evitar mayor crisis de violencia que derivara en una guerra civil, al menos eso fue lo que Evo Morales dijo el domingo al presentar su renuncia como presidente de Bolivia
“Estoy renunciando para que mis hermanos del movimiento socialismo no sean hostigados, perseguidos, amenazados (…) Mi obligación como primer presidente indígena es buscar la pacificación.”
Sin embargo, las tensiones en todo el país se han intensificado durante la noche del 10 de noviembre y la madrugada del lunes 11, despertando una Bolivia con vacío de poder tras la renuncia no sólo del presidente, sino del vicepresidente, la líder del Senado y el de la Cámara de Diputados.
Los saqueos e incendios de edificios no se hicieron esperar. La prominente figura de oposición y académico Waldo Albarracin publicó en su twitter que su casa había sido incendiada por seguidores de Morales. Por su parte, otro video ampliamente compartido parecía mostrar a la gente dentro de una propiedad del líder Evo Morales realizando graffitis en las paredes de su vivienda.
La capital boliviana y ciudades claves como La Paz y Santa Cruz, fueron las más violentadas por los saqueos, intensificados tras el reporte de la Organización de Estados Americanos (OEA) que señaló que las elecciones del 20 de octubre deberían ser anuladas para dar paso a nuevos comicios, luego de haber encontrado “irregularidades” que cuestionaron la victoria de Morales.
La situación generó preocupación y críticas en todo el continente, donde muchos líderes consideraron que hubo un golpe de Estado contra Morales.
México, Venezuela y el presidente electo de Argentina, entre otros, respaldaron al líder indígena. En tanto, Rusia acusó a la oposición boliviana de desatar una ola de violencia en el país.
El presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, dejó entrever satisfacción en su cuenta de Twitter: “Gran día”, tuiteó el domingo el mandatario.
El lunes los legisladores acordaron una comisión interna para definir quién asumirá la presidencia. La segunda vicepresidenta del Senado, Jeanine Áñez será quien sustituya a Evo Morales en la presidencia de Bolivia.
“Voy a asumir el reto solamente para estar lo necesario para llamar a elecciones transparentes, para que los bolivianos tengan la certidumbre de que su voto va a ser respetado”, dijo Añez en una entrevista con el canal de televisión Red Uno