Los analistas revisan con opiniones dispares el Plan de Infraestructura 2020 con el que el gobierno y la iniciativa privada buscan reactivar la economía.
El Plan de Infraestructura presentado por el gobierno de López Obrador y la iniciativa privada se coloca bajo la lupa de analistas que arrojan opiniones dispares.
En un paquete inicial de 147 proyectos, de mil 600 que se tenían planeados, es como el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) abre sus puertas a la inversión privada, resultado de largas mesas de diálogo y un “estira y afloja.”
Fue después de un año de incertidumbre que los inversionistas por fin pudieron ver un poco de claridad al final del túnel de la 4T. Y, ahora con el Acuerdo Nacional de Inversión en Infraestructura del Sector Privado, se busca limar asperezas, inyectar certidumbre al mercado y reactivar las industrias frenadas en los primeros meses de la administración de AMLO.
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¿Qué dicen los analistas?
Bajo la revisión de analista del Grupo Financiero Banorte, el Plan de Infraestructura 2020 que generarán inversiones por más de 859 mil millones de pesos a lo largo del sexenio, es un buen esfuerzo del Gobierno federal para reactivar la actividad económica, además de que podría ayudar a reducir los altos niveles de incertidumbre que han impactado al crecimiento del PIB, en particular en términos del gasto en inversión.
“Reiteramos nuestro pronóstico de crecimiento para 2020 en 1.4 por ciento anual, en el cual estimamos que la inversión dentro de la demanda agregada regresará a terreno positivo (0.3 por ciento anual desde un negativo de 4.2 por ciento estimado para este año)”, indicó el análisis.
Para Carlos González Tabares, director de análisis económico y Bursátil en Grupo Financiero Monex, el acuerdo con inversionistas podría resultar positivo en caso de que se materialice de manera adecuada el proceso de licitación, los esquemas de financiamiento, así como las sinergias implícitas en cada uno de los proyectos.
“Hacia el futuro será importante evaluar la inversión estimada hacia obras de infraestructura, ya que éstas abren la posibilidad a nuevos proyectos a sectores como el de la salud, energía y telecomunicaciones”, indicó.
Por su parte, la calificadora Moody´s, que se ha mostrado severa al evaluar el dinamismo económico bajo el gobierno de López Obrador, vio como “positivo” el plan y estimó que podría impulsar el débil crecimiento económico local.
“Creemos que es positivo que haya un acuerdo entre el gobierno y el sector privado en identificar proyectos que puedan potenciar el crecimiento de ciertas zonas de México”, dijo a Reuters Ariane Ortiz-Bollin, analista de Moody’s.
Ortiz-Bollin dijo que la rápida implementación del programa, presentado el martes por López Obrador junto con la cúpula empresarial del país, podría tener un “efecto positivo multiplicador en el crecimiento”.
Sin embargo, advirtió que es “difícil” que la agencia cambie su perspectiva de crecimiento actual. Moody’s prevé una expansión del Producto Interno Bruto (PIB) local del 0.2 por ciento este año y de un 1.3 por ciento para 2020.
Sin impresionar a mercados
De primera instancia, tras la presentación del Plan de Infraestructura y los espaldarazos de empresarios, los mercados no reaccionaron con euforia y el Índice Bursátil S&P/BMV IPC no logró sortear las presiones de los mercados externos y cayó 1.6 por ciento, su mayor caída en ocho semanas.
El analista de Morgan Stanley Nikolaj Lippmann dijo que no estaba claro cuántos de los 147 proyectos ya habían sido anunciados y solo estaban siendo reempacados y cuántas eran nuevas inversiones.
“El plan nacional de infraestructura es un paso en la dirección correcta, pero es poco probable que sea un catalizador para que México salga de su limbo de inversión”, escribió Lippmann en una nota a sus clientes. Dijo que el anuncio “proporciona una pista de que hay poco gasto incremental por considerar en esta etapa para que se produzca una recuperación significativa,” indicó.
Mientras que Gustavo Rangel, economista jefe para América Latina de ING Financial Markets, mantiene sus reservas sobre el acuerdo. “Es una gran iniciativa porque reconoce la debilidad en la inversión y el segmento de la construcción y reconoce la necesidad y la importancia del papel del sector privado”, dijo. “Dicho esto, los riesgos de implementación aún son difíciles de evaluar en esta etapa,” añadió.
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