Se trata de una nueva manera de procesar el pensamiento. De un nuevo modo de tejer aquello que damos por bueno, positivo o con valor.
Un cambio de época es mucho más que un cambio meramente generacional. Las verdades sobre las que se construyó un mundo son desplazadas.
En medio de ello, de este desplazamiento incesante de las verdades conocidas y la forma tradicional de construir los referentes, emerge una nueva figura del mundo y sus significados.
Hace un par de semanas, respondiendo positivamente a una invitación que le hiciera AlfabetizaDigital, Sonia Abadi, la connotada conferencista argentina, compartió con un grupo en México parte de sus ideas sobre esta era.
Médico, psicoanalista, autora de un gran número de artículos, profesora universitaria, Sonia Abadi se ha convertido en un referente central cuando se trata de pensar la era que vivimos desde un mirador distinto.
A no dudarlo, en Abadi aflora una formación tan sólida como amplia. Tanto en lo formal como en lo que ella misma llama esa historia personal, sin la que, dice, es imposible comprender el camino que ha seguido para llegar a las ideas que expresa sobre la realidad que nos ha tocado vivir.
Sin el amor al teatro, a la música, al baile, sin la disciplina y el conocimiento que la medicina entraña y ese ámbito luminosamente fronterizo que es el psicoanálisis, difícilmente hubiese arribado a la divisa central que expresa su mirada del mundo: pensar en red.
El Pensamiento en Red, que es la expresión que da título al libro seminal de Abadi sobre este tiempo que nos ha tocado vivir, no es algo que surja de pronto. Está ahí, dice la autora, existe en múltiples expresiones de la cotidianidad; el reto es estimularlo.
El desplazamiento clave, pues, está en entender que es el pensamiento lineal, jerarquizado a cual más, repleto de taxonomías y rutas preestablecidas, es uno de los pilares que van cediendo su espacio a nuevos caminos para construir los nuevos paradigmas.
Escribe Sonia Abadi: En ocasiones, cuando nos liberamos de la lógica y dejamos operar a la intuición, percibimos y procesamos con impactante claridad, pero al volver al ámbito del trabajo regresamos al funcionamiento lineal y perdemos lo ganado en esos instantes especiales.
En una suerte de invitación a superar justamente la lógica de los contrarios insalvables. En lugar de eso, lo que se traza es una línea de continuidad en la que el Pensamiento en Red implique incorporar a nuestro modo de percibir y procesar ese otro nivel de comprensión que complementa al pensamiento lineal.
Es claro que Abadi se dirige, y nosotros con ella al escucharla o leerla, hacia los terrenos de lo que ella misma nombra una nueva ingeniería del pensamiento. La capacidad para comprender e incorporar nuevos patrones en la generación de (nuevas) ideas.
Estos patrones cuyo dibujo mental es la red, desde luego, tienen en el concepto de conectividad su eje articulador. Su concepto base.
Quizá la fortaleza mayor del camino que propone Abadi sea, exactamente, la capacidad que ha tenido para plantear un horizonte en el que lo digital pasa de los aparatos, cables, antenas, a los procesos humanos.
Así, cuando Abadi retoma el término conectividad, ella misma ejerce la capacidad para reterritorializar, a favor de lo humano, un concepto que proviene del universo meramente técnico o tecnológico.
La conectividad, en el plano en el que Abadi nos coloca no se refiere a la capacidad técnica para llevar las conexiones de Internet a territorios cada vez más vastos.
Lo que la pensadora argentina pondrá sobre la mesa es la manera cómo las personas trasladan a su vida, real, afectiva, simbólica, laboral, familiar, a su vida entera, pues, la noción de vivir en conectividad.
Señala, por tanto, que lo notable es que cuando la conectividad está activa en todos los niveles –personal, interpersonal y hacia el mundo–, todo lo nuevo que se incorpora (información, conocimientos) no se dirige sólo al archivo de contenidos, sino que modificará las estructuras mentales procesadoras de las ideas”.
Original y esclarecedor, el universo de pensamiento que propone Abadi es capaz, al mismo tiempo, de advertir que Pensar en Red, supone el reconocimiento de estructuras que existían ya, y existen, en la compleja trama de lo biológico.
En plena era del engreimiento tecnológico, escuchar a Sonia Abadi subrayar cómo desde la ciencia hoy prevalece la idea de que estamos frente a “revelaciones” antes que “revoluciones”, parece un llamado a la humildad con tintes de imprescindible relativización del ego humano.
La red ya era para el mundo, antes de que la Red modificara para siempre nuestra manera de verlo y habitarlo.
En el exhorto a dejarse habitar por las redes, a ser en ellas y a través por ellas, Sonia Abadi, reclama para este tiempo: creatividad, innovación, manejo de la intuición, humor, empatía. Inteligencias conectivas. Sentido de la vida. Diseminación de lo vital.
Ser capaces de construir un pensamiento “complejo, integrador y original”. El privilegio de aprender a Pensar en Red.
Exhorto monumental, pero en palabras de una mente en red, posible.
A todas luces que sí.
El título de este artículo alude al nombre del libro de Sonia Abadi, Pensar en Red, mismo que se halla disponible para su descarga en el sitio de la autora: www.soniaabadi.com.ar