Puntos clave miden el liderazgo de Olga Sánchez Cordero en Gobernación.  

“Abrazos no balazos”, “no hacer leña del árbol caído” y un llamado a “todos a portarnos bien”, son frases que han definido el modus operandi de la política del Presidente Andrés Manuel López Obrador, una ideología que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha asumido como propia y busca implementar en todos los niveles de la dependencia que preside.  

La experiencia como ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación por más de 25 años, además de los valores y ética demostrada, hicieron de Sánchez Cordero la candidata perfecta del Presidente para liderar la Secretaría de Gobernación, dependencia encargada del desarrollo político del país y coadyuvar en la conducción de las relaciones del Poder Ejecutivo con los otros Poderes de la Unión, además de fomentar la convivencia armónica, paz social y la conciliación.

Los retos del gobierno de López Obrador son muchos y más en materia que le concierne atender a Gobernación. Fibras sensibles del tejido social que por décadas habían sido desatendidas por el gobierno federal y que ahora Sánchez Cordero busca restaurar.

A un año de gobierno de López Obrador, el trabajo de Sánchez Cordero puede medirse con puntos claves que, si bien carecen aún de frutos sorprendentes, sí permiten vislumbrar el rumbo que lleva el país en temas de seguridad, igualdad y conciliación.

Pero el éxito de su liderazgo es resultado de un trabajo en equipo y determinación para lograr limar asperezas heredadas por viejas costumbres. De ahí que Sánchez Cordero asuma que su papel es perpetrar y hacer eficiente la legalidad en el país, pues en el cambio de gobierno se ha enfrentado a muros que no ha podido escalar más que con la ayuda de otras dependencias.

Así lo dejó ver al participar en el marco del Primer Informe de Labores del Presidente del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, Plácido Morales Vázquez. La titular de Gobernación reconoció la colaboración que ha recibido por parte de este tipo de dependencias en el proceso de transición y de la adopción de una nueva forma de gobierno.

“Nos han apoyado en muchos conflictos y quiero reconocérselos. Desde el punto de vista de la estricta legalidad de Seguridad Pública y de Justicia; pero, también en el tema de los policías federales que no quisieron ser transferidos a la Guardia Nacional, ustedes nos apoyaron mucho, porque este conflicto pudo haber escalado más,” declaró.

Sin duda el tema de la conformación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ha representado un desafío para el nuevo gobierno; sin embargo, el papel de Gobernación ha sido fundamental en el proceso y lograr el espaldarazo del Congreso de la Unión para la creación del nuevo cuerpo de seguridad y lograr legitimizarse con el respaldo de las 32 legislaturas locales.

La equidad entre hombres y mujeres, mediante la firma del acuerdo para la equidad de la mujer y por la erradicación de la violencia hacia las mujeres, como pilar fundamental para garantizar el acceso a la justicia y una sociedad más igualitaria, es otro punto necesario destacar en el primer año de Sánchez Cordero al frente de Gobernación.

Desde que inició el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, la dependencia cambió su enfoque de negociadora política a una dependencia garante de la gobernabilidad y los derechos humanos.

En este contexto, la funcionaria federal señaló que en casos como el del ex Secretario de Seguridad, Genaro García Luna, detenido en Estados Unidos por presuntos vínculos con el crimen organizado, se garantiza el desarrollo de “un juicio justo y una defensa adecuada, como todas las personas”.

“Lo único que les puedo decir yo, juzgadora desde hace más de 25 años, que todas las personas, como un derecho humano, tenemos el derecho a un juicio justo, al acceso a la justicia y a una defensa adecuada”, opinó.

Si bien los retos que Olga Sánchez Cordero asumió al tomar protesta como secretaria de Gobernación son muchos, los logros alcanzados en este su primer año de gobierno permiten vislumbrar que, con cooperación y voluntad, las metas señaladas podrían ser alcanzadas; sin embargo, la necesidad de frutos en el corto plazo no la salvarían del juicio y el escrutinio al ojo público.