La historia de los tres reyes magos enmarca sinnúmero de tradiciones en todo el mundo, cada una con distintas versiones; pero ¿cuál es su verdadero origen?
Los tres reyes magos han inspirado un sin fin de tradiciones y han dado vida a películas, animaciones, juguetes y mucho más. La leyenda dice que los tres reyes montados en caballo, camello y un elefante que recorren el mundo cumpliendo deseos a los niños que se han portado bien, pero, ¿de dónde nace está historia?
Su primera aparición se remonta en el Evangelio de San Mateo (2:1-12), donde se nombró por vez primera a los Reyes Magos, que llegaron de Oriente a Jerusalén siguiendo una estrella y entregaron al niño Jesús oro, incienso y mirra. “Cuando Jesús nació en Belén de Judea. Vinieron del oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”.
Lo que no queda muy claro a través de la historia es de dónde provienen, ya que en el Evangelio de Salomón (Salmo 72, 20), se menciona que los Reyes Magos venían de Tarsis, Seba y Sabá. Sin embargo, algunos investigadores los consideran originarios de Persia, basándose en unas pinturas que los ubicaron con dicha vestimenta.
Por otra parte, en algunas investigaciones posteriores, los consideran originarios de Europa, Asia, y África, de ahí sus colores, razas y el animal en el que viaja cada uno.
En el siglo V se habla de sus nombres en dos escritos, el primero titulado Excerpta latina bárbari, en el que los llaman Melichior, Gathaspa y Bithisarea y en el Evangelio armenio de la infancia, donde se les llama Balthazar, Melkon y Gaspard.
Conocidos actualmente como Melchor: Anciano con barbas blancas, cuyo regalo fue oro, representa la realeza; Gaspar: Joven y rubio. Regala al niño incienso, que representa la gloria, la alabanza; y Baltasar: De raza negra, regaló mirra, que representa la naturaleza humana.
Con el paso del tiempo la representación de esta historia ha llevado a distintas tradiciones, en algunos lugares es costumbre organizar una Cabalgata de Reyes el 5 de enero, en la que personas caracterizados como estos reyes suelen ir montados a caballo o en carrozas, vestidos con mantos y coronas.
La mañana siguiente, el 6 de enero, los niños disfrutan de obsequios que son dejados por los reyes dentro de sus zapatos, los cuales han colocado la noche antes y han dejado leche y galletas para los reyes, acompañados de su carta donde escriben lo que les gustaría recibir, también se ha heredado la costumbre del trozo carbón para los niños que se portan mal.
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