Después de cerca de medio año de incertidumbre política España consigue crear una alianza gubernamental.
Pedro Sánchez, es nombrado presidente de España, al conseguir 167 votos a favor, 18 abstenciones y 165 en contra. De esta forma el político deberá gobernar en coalición, algo que no ocurre en ese país desde que estallara la Guerra Civil (1936-1939).
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) logró la diferencia más corta desde que España volviera a celebrar elecciones democráticas tras la muerte del general Francisco Franco.
Su compañero de gobierno será Unidas Podemos, otra suma de partidos de izquierdas liderada por Pablo Iglesias, que ejercerá de vicepresidente segundo de Asuntos Sociales.
Unidas Podemos estará a cargo de cuatro ministerios que dependerán directamente de la vicepresidencia de Iglesias: Igualdad, Trabajo, Universidades y Consumo, según informó la prensa española.
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Esta es la segunda votación de investidura que realiza el Congreso.
En la primera, celebrada el pasado domingo, Sánchez se quedó a nueve votos de obtener la mayoría absoluta de 176 votos (en una Cámara de 350 escaños).
Con este nuevo gobierno, se espera poner fin a la crisis política iniciada en junio de 2018, cuando el conservador Mariano Rajoy fue destituido por el legislativo, después de que su formación, el Partido Popular (PP), fuera condenada por corrupción.
Rajoy fue sustituido por Sánchez, que meses después tuvo que convocar elecciones al no conseguir suficiente apoyo para aprobar los presupuestos.
El PSOE resultó el partido más votado en aquellos comicios, celebrados en abril de 2019, pero sin los escaños suficientes para su objetivo de gobernar en solitario.
Entonces, Sánchez se negó a pactar con Iglesias, que pedía formar parte del gobierno, y prefirió volver a acudir a las urnas en noviembre del año pasado.
Sin embargo, esto no tuvo el efecto deseado: si bien el PSOE mantuvo su liderazgo, perdió escaños y tuvo que ver cómo Vox ganaba terreno en la Cámara, convirtiéndose en la tercera fuerza política del país.
Ante el avance de la ultraderecha y el riesgo de que los españoles tuvieran que ir a las urnas por tercera vez en un año, Sánchez tuvo que adoptar esta vez un tono más conciliador y acceder a compartir el gobierno con Iglesias.
Con información de la BBC.