Hablar de la planeación y los propósitos

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#Planeación #Propósitos

Cuando uno hace cualquier actividad, la que sea, hay algo de planeación. A veces ni siquiera nos damos cuenta de que, aunque sea por unos segundos, planeamos la actividad por hacer. Hasta en la improvisación más impremeditada hay algo de planeación, y es importante ser conscientes de ello.

¿Por qué hablar de planeación? Creo que es natural que, cuando empieza el año, la palabra se pone de moda. En muchas empresas hay “Juntas de planeación”, muchas veces incluso antes de que culmine el año anterior. Ligamos la palabra “planear” con temas financieros, empresariales o patrimoniales y nunca pensamos en planear las veces que llamarás o verás a tus padres, o que le dedicarás tiempo a ese hobby o pasión que tanto te alegra hacer. Tampoco planeamos cómo ser más saludables o conocer más cosas, etc. Como siempre, terminamos en los lugares comunes: “planeación financiera”, “planeación empresarial”; algunos a lo mejor planean sus viajes del año, aunque seguro son los menos, y otros, incluso, lo que leerán en un año.

Todos debemos hacer un alto en el camino para poner muy claro cuáles son nuestros propósitos. De ahí partir para poner prioridades y entonces, hacer nuestra planeación.

Cualquier planeación sin objetivo no tiene ningún sentido. Decían los clásicos que daba igual la ruta que te trazaras en un viaje si al final no conocías el destino. Todas son igual de malas o de buenas.

Propósito es destino. Es aquello que nos hace despertarnos y salir apresuradamente de la cama todos los días con pasión y alegría. Es aquello que nos llena el corazón y a lo que podemos dedicarles horas y horas de esfuerzo y ni siquiera lo sentimos porque realmente lo gozamos.

La vida sin propósito es más bien aburrida, tediosa y cuesta arriba. Hay claramente etapas de nuestra vida en que no tenemos claros nuestros propósitos y sobrevivimos, más que realmente vivir. Es importante entonces buscar propósitos e ir en pos de ellos.

Después de tener claro nuestro propósito o propósitos (se puede tener más de uno porque están alineados con nuestro propósito principal, pero tampoco tantos porque podemos confundirnos al llenarnos de muchas actividades en el día sin realmente satisfacer nuestra alma de alegría) lo que sigue es poner prioridades en las acciones que te harán llegar a ese propósito.

Enlistar lo importante y darles un orden a nuestras prioridades siempre nos ayudará a tener mucha claridad para poder lograr cualquier objetivo. Es bueno fijarse objetivos a corto, mediano y largo plazo, pero que siempre vayan alineados a nuestro propósito; y ahí es donde aparece la planeación. Es en la planeación, y en la revisión constante de la misma, en donde le vamos a dar forma a la resolución de nuestros propósitos. Ahí, en ese implacable documento, está lo que debemos hacer y no deberá salir de ahí hasta que se haga, por lo que entre más disciplinados y más responsables seamos en el cumplimiento de eso que planeamos, será mejor para llegar a ver nuestros propósitos hechos realidad.

Decía hace rato que la revisión de lo que planeamos es importante. La vida es dinámica, las formas de hacer las cosas que hoy funcionan puede que en unos años estén obsoletas. Incluso en ciertas cosas y con la transformación digital, muchos “cómo” cambian, no en años, sino en meses e incluso en semanas. Por lo que, lo que hoy planeaste hacer y que sería útil en cierto tiempo y espacio, probablemente ya no lo sea en otro; por eso es importante revisar la planeación de cómo llegarás a tus objetivos para así lograr tu propósito.

Los “qué” son nuestros propósitos, y esos son difíciles que cambien. Los “cuándo” son nuestras prioridades, y éstas pueden variar un poco más que nuestro propósito, aunque tampoco tanto. Es en la planeación, en los “cómo”, donde puede y debe revisarse en periodos más cortos, porque ahí sí puede haber variedad de hacer las cosas de formas distintas.

En cualquier caso y para lograr los sueños que cada uno tiene, lo que nunca ha cambiado en la historia de la humanidad es que hacer nuestro mejor esfuerzo, ser tesonero y ser creativos, ha sido siempre un común denominador de cualquiera que haya logrado su propósito; y sí, siempre acompañado de una buena planeación.

Que inicien el año con propósito y que cumplan cada una de sus metas para poder verlo cumplido.

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