Tres visiones de la economía global en 2020: ¿Estamos aquí preparados?

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En México, el escenario económico del año que comienza, según lo que perfila una buena parte de los analistas y gestores de mercados y activos financieros, así como empresarios, es de incertidumbre o al menos de prudente contención, en el sentido de unas expectativas más favorables sobre lo que fue el 2019, pero no tanto como para dar por seguro un entorno radicalmente mejor en términos de condiciones para la inversión y el crecimiento. En cambio, para la economía global, en lo general y en particular desde la perspectiva de Estados Unidos, el panorama sí luce relativamente más promisorio, si bien no libre de debate en cuanto a qué tanto, ni mucho menos exento de riesgos.

Para calibrar lo que nos espera en materia económica en 2020, bien vale la pena salir un poco del ensimismamiento alrededor de los problemas internos y voltear a ver cómo se percibe el contexto global desde otras latitudes. Aquí presentamos una aproximación a la visión de algunas de las corporaciones financieras de mayor peso en el mundo, de acuerdo con las posturas que han explicitado y los reportes de prospectiva que vienen realizando desde fines del año pasado. Nos centramos en tres que bien pueden considerarse representativas e incorporamos algunos comentarios.

economia para mexico 2020
Imagen: El CEO.

¿Viento en popa?

Según el informe de perspectiva económica global de Morgan Stanley, publicado el 13 de diciembre, estaríamos ante “aguas más calmas hacia delante”. Destacan una disminución en las disputas comerciales que perturbaron el crecimiento económico en 2019, así como en las tensiones geopolíticas.

Ojalá fuera así. Sin embargo, la crisis por el asesinato de un alto mando militar iraní por parte de Estados Unidos, como estreno del 2020, parece contradecir esa visión optimista de cierre de año, claramente en línea con el excelente sprint final en Wall Street, impulsado con el acuerdo preliminar en la pugna comercial con China, que frenó la entrada en vigor de una nueva tanda de aranceles.

La cuestión es que el conflicto en Medio Oriente nos recordó que, en el mundo actual, como ocurre con el clima en la era del calentamiento global, no pueden descartarse las tormentas inesperadas, mucho menos de cara a las elecciones por la Casa Blanca, con cita para el próximo 3 de noviembre. Además, no es la única región ni el único frente geopolítico capaz de engendrar algún “cisne negro” o cuando menos volatilidad. Basta pensar que el 31 de enero, como cierre de año, Kim Jong-un declaró que Corea del Norte ya no se sentía obligada a cumplir con lo que llamó “una moratoria autoimpuesta de pruebas de armas nucleares”.

kim jong-un y armas nucleares
Fotografía: El Confidencial.

Como sea, según el análisis de Morgan Stanley, se presentan vientos favorables para lo que llama “un tercer mini ciclo de recuperación”, en el marco de la expansión global que se extiende por más de una década. Exponen que en este periodo largo de crecimiento ha habido constantes interrupciones que han mantenido a raya el riesgo de sobrecalentamiento. Ése sería el caso del 2019, con una desaceleración motivada en gran medida por el resurgimiento del proteccionismo comercial, tal como en 2011 se presentó el problema de la crisis de deuda europea y en 2014, la desaceleración de China.

La estimación es que hacia el cuarto trimestre de este año el mundo habrá tenido un crecimiento de 3.4%, que contrasta con el 2.9% para el mismo lapso del 2019. Detallan que la aportación predominante corresponderá a economías emergentes, si bien habría una relativa mejora en Europa, mientras que Estados Unidos continuará sentado sobre terreno firme.

No es un mal escenario para México, aunque hay que recordar que uno de los signos que más llamaron la atención del 2019 fue el desacoplamiento de la trayectoria de nuestra economía respecto del ciclo de la de nuestro vecino del norte. Desde los años 90 íbamos en línea y esa tendencia se rompió, con un crecimiento sólido de su parte y el estancamiento o ligera contracción en nuestro caso. Lo diferente, para el 2020, es que ese motor que concentra más de 80% de nuestras exportaciones iría ahora un poco más lento.

De acuerdo con la última encuesta a especialistas de Banco de México, este año creceríamos al 1.1%, lo cual no sólo está muy lejos del promedio mundial, sino por debajo de la estimación sobre la cual se construyó el Presupuesto de Egresos de la Federación, en 2 por ciento.

riesgos en economia global
Fotografía: Yancuic.

¿Recesión o no recesión?

El optimismo de Goldman Sachs es aún más enfático, desde el título de su Perspectiva Económica Global 2020, publicado antes, el 20 de noviembre: algo así como “una apertura en las nubes”. Según los economistas de su área de análisis, la desaceleración global, que comenzó a principios de 2018, está llegando a su fin y el crecimiento será del 3.4%, desde un 3.1% en 2019. Las causas: condiciones financieras más propicias, un apaciguamiento comercial entre Estados Unidos y China y la reducción de la incertidumbre del Brexit.

Desde la óptica de esta firma, el riesgo de una recesión global sigue siendo más limitado que lo que sugeriría la “curva plana de rendimiento” (cuando existe poca o nula diferencia entre los rendimientos de largo respecto a los de corto plazo) y la baja tasa de desempleo en Estados Unidos, “cuyo valor predictivo para la inflación y un ajuste monetario agresivo ha caído”. En este terreno también destacan la ausencia de déficits financieros importantes en el sector privado en casi todas las economías avanzadas.

Sobre la probabilidad de una recesión de la economía estadounidense en los próximos 12 meses, en esa proyección de Goldman Sachs se resalta que una encuesta reciente de Bloomberg mostró que el promedio entre los analistas era de 33%, pero sobre todo, que su propio modelo estadístico coloca el riesgo en un nivel aún más bajo, de 20 por ciento. Su argumentación es que se ha sobrestimado la relevancia de los factores arriba mencionados, en particular la curva invertida de tasas, que tanto preocupó a mediados del 2019 y que, desde su visión, en las condiciones actuales de los mercados tendería a ser mucho más frecuente y menos significativa que en el pasado.

Hay que tomar en cuenta que, hasta ahora, era prácticamente sabiduría convencional que uno de los anuncios de una eventual recesión era el que las tasas a corto plazo fueran mayores que aquellas que exigen privarse de liquidez por un mayor tiempo. Desde el punto de vista de los analistas de este banco de inversión, los cambios recientes en los mercados, en la economía, en la tecnología, serían tan profundos que alteraron esta ecuación.

Goldman sachs
Fotografía: Portafolio.

Nuevamente: esperemos que sea así. El problema es que no todo el mundo está de acuerdo. En particular, el sector corporativo empresarial parece no compartir esa seguridad que hay en varios agentes importantes del sector financiero. Apenas el 2 de enero, The Conference Board difundió una encuesta entre CEOs y ejecutivos de alto nivel de todo el mundo sobre los factores externos que más les preocupan para este año: por segundo año consecutivo, colocaron en primer lugar a una posible recesión y, en segundo lugar, a la incertidumbre comercial. Más aún, para los presidentes de empresa en Estados Unidos, la recesión pasó de ser la tercera mayor preocupación en el 2019 a la más importante, por encima de la ciberseguridad. 

¿Límites a prueba?

Finalmente, la visión de BlackRock, otro de los mayores administradores de activos del mundo, o más propiamente dicho, la prospectiva de su Instituto de Inversiones, es también optimista, perfilando un año sustantivamente mejor que lo que vimos en el 2019, pero con matices que sugieren tener prudencia.

En su perspectiva, el crecimiento debería ser mayor y, con ello, más limitados los riesgos de recesión, en un contexto más favorable para los instrumentos financieros. Sin embargo, acotan que la política de relajamiento monetario del banco central, que fue un pivote para los mercados en 2019, quedará atrás, además de que las amenazas inflacionarias podrían estar siendo subestimadas, lo mismo que el panorama de distensión comercial que entusiasmó a muchos en diciembre.  

mapa con monedas internacionales
Imagen: chappysworldblog.

En síntesis, este reporte asume una postura “modestamente pro-riesgo para el 2020”, pero sin echar campanas al vuelo: “Poderosas tendencias estructurales están poniendo a prueba los límites”, con capacidad disruptiva suficiente para alterar las circunstancias en el corto plazo y convertirse en directrices de mercado.

No hablan de cuestiones que sólo preocupen en el ámbito financiero, sino al común de las personas: los efectos de las desigualdades crecientes, movimientos populistas y lo que éstos pueden significar en términos de políticas de impuestos o regulaciones. Asimismo, el factor sustentabilidad, las fricciones comerciales e incluso una especie de ánimo de “desglobalización” en algunos sectores. Todo eso, más lo que implica un nivel de tasas de interés tan abajo que limita sobremanera la efectividad de las políticas monetarias.

Los analistas de BlackRock consideran que si en Estados Unidos se acabó el empuje por la vía de una postura expansiva de la Fed, cualquier impulso significativo en la zona euro tendría que provenir de políticas fiscales más agresivas, que no ven en el escenario. En contraste, los mercados emergentes aún tendrían margen para un estímulo monetario, sobre lo cual hay que señalar que así es visto por muchos economistas para el caso de México. El factor clave: que se mantenga el crecimiento.

Son tres visiones que presentan una perspectiva relativamente más despejada a lo que vimos en el mundo en el 2019. En México tenemos también nuestros propios problemas, riesgos y oportunidades. Hay que prestar atención. Ver hacia dentro no basta.

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